22.09.12
La partida de defunción de la Iglesia Católica lleva redactándose dos mil años. En España recordamos perfectamente las palabras de Don Manuel Azaña, en 1931, en las Cortes: “España ha dejado de ser católica”. Desde entonces y hasta hoy, pasando por la desolación de la guerra civil que supuso el intento de acabar con sacerdotes, religiosos y templos católicos, hay gente empeñada en demostrar cómo la iglesia española no existe en la práctica.
Las razones son tan viejas como el sepulcro de Pedro: la iglesia traicionera al Concilio Vaticano II, ultraconservadora, alejada de la realidad se vacía. Luego hay que cambiar.
Hoy lo repite en su blog José María Castillo: “La Iglesia se debilita por días, pierde credibilidad y a la gran mayoría de la gente ya no le interesa. ¿Será cierto que esta Iglesia no tiene futuro?” Pues niego la mayor, y a partir de ahí discutimos. Pero no es que lo niegue un servidor, es que lo niega el mismo portal donde escribe el señor Castillo, y que hoy abre con la noticia de que “El cristianismo se ha convertido en la primera religión de África, por encima del Islam”.
Pero no es la única vez que se hace preciso reconocer que los datos dicen justo lo contario: “El número de españoles creyentes que asisten a misa u otros oficios religiosos –sin contar bodas, comuniones o funerales–, casi todos los domingos y festivos ha aumentado en 2,1 puntos respecto al mismo mes del año anterior, según el avance de resultados del barómetro de enero de 2012 del Centro de Investigaciones Sociológicas”.
Los datos son tercos. Esta iglesia para algunos ultraconservadora, traidora, alejada de Cristo, va para arriba. Qué cosas. Eso sí, se piensan que a base de decir lo contario al final nos lo creeremos como si fuera la biblia.Pero basta darse una vuelta por cualquier parroquia normal un domingo cualquiera y ver cómo están las misas. Para nada vacías. Las misas, los despachos de caritas, los grupos de niños y jóvenes, actividades de todo tipo. Sí, esas parroquias que tienen que aguantar el remoquete de “conservadoras” simplemente porque han decidido celebrar como mandan los libros litúrgicos y formar a la gente según el catecismo. Pues para nada vacías.
Lo que se vacía no son las parroquias normales, los encuentros con el papa, las misas bien celebradas, que según confirman los datos, cada vez cuentan con más gente.
Se vacían los congresos de la Juan XXIII, las parroquias tan modernas y actualizadas, las reverendas gundisalvas tan actuales ellas, y los hermanos menganos más abiertos que mejillón en paella. Se vacían las reuniones de cristianismo, new age y apertura iridiscente, los encuentros de compromiso solidario trascendental y los grupos de oración danzante alternativa.¿Pero lo demás? Pues para arriba. Y no lo digo yo, lo dicen el CIS y hasta Religión Digital. Pues nada, a repetir la vieja afirmación de que la iglesia se queda sin gente. Pues será la suya.
Ah! Y no me vale eso también tan manido de que la gente va a misa pero no quiere saber nada de los pobres. Porque en las iglesias cavernícolas como la de un servidor, tan cavernícola que celebramos con casulla y tenemos exposición del Santísimo, formamos a los niños jóvenes y adultos con materiales diocesanos y criticamos al obispo sólo lo justo, también tenemos cuatro proyectos de Caritas con más de cuarenta voluntarios y la gran colaboración de los fieles.