ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 28 de septiembre de 2012

Santa Sede

El 'nobel' de Teología a un historiador francés y a un jesuita estadounidense
Los ganadores del Premio Ratzinger 2012 son Rémi Brague y Brian E. Daley

El mensaje cristiano arraiga donde es vivido con autenticidad y elocuentemente por una comunidad
Mensaje de Benedicto XVI al encuentro de obispos europeos que tiene lugar en St. Gallen

Los jóvenes migrantes necesitan puntos de referencia
El cardenal Veglió en un congreso indica las dificultades y oportunidades

Mundo

En una crisis europea similar a la actual, san Juan de Ávila alimentó los surcos del espíritu
Dijo el cardenal Rouco Varela en el encuentro de obispos europeos de St. Gallen

Venezuela: Mensaje de la pastoral familiar en la región Bolivariana y del Caribe
Evento organizado por el Celam culmina con compromisos importantes

El cardenal Bertone dedicó el importe del premio recibido en Barcelona a dos obras sociales
Agradecimiento del arzobispo Lluís Martínez Sistach

Nueva Evangelización

Desafíos de la Vida Religiosa a la Nueva Evangelización
Entrevista a la superiora general de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará

En la escuela de san Pablo...

No acumular riquezas podridas y vestidos apolillados (Tiempo ordinario 26º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical

Flash

La Academia Internacional de Filosofía abre su oferta de estudios
En colaboración con la Archidiócesis de Granada

Documentación

"Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile"
Los obispos piden un cambio y una renovación del país a todos los niveles


Santa Sede


El 'nobel' de Teología a un historiador francés y a un jesuita estadounidense
Los ganadores del Premio Ratzinger 2012 son Rémi Brague y Brian E. Daley
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Los dos ganadores del Premio Ratzinger 2012 son un filósofo e historiador del pensamiento, Rémi Brague, y un teólogo y patrólogo Brian E Daley, menos conocido en Italia, pero de importancia internacional, especialmente en el área anglófona.

El resultado fue anunciado hoy por el cardenal Camillo Ruini, presidente del Comité Científico de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI y el presidente de la misma, monseñor Joseph A. Scotti, durante presentación en la sala de prensa de la Santa Sede.

"El propósito de la Fundación es centrar el debate de la cuestión de Dios -dijo monseñor Scotti- del Dios vivo". Y recordó las palabras del papa en su homilía de Pascua de este año: "La oscuridad realmente amenazante para el hombre es el hecho que él, en verdad, es capaz de ver e investigar las cosas tangibles, materiales, pero no puede ver a dónde va y de dónde viene". Y que "la oscuridad sobre Dios y la oscuridad sobre los valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y el mundo en general".

"Rémi Brague es, en mi opinión -indicó el cardenal Ruini- un verdadero filósofo y al mismo tiempo un gran historiador del pensamiento y de la cultura, que combina la fuerza especulativa y la visión histórica fe cristiana y católica, sin complejos. Personalmente, estoy muy contento de que le hayan conferido el premio Ratzinger".

"Conozco menos sobre el padre Brian Edward Daley", señaló su eminencia, si bien luego de leer tantas publicaciones y actividades curriculares, como docencias universitarias, concluyó: "Es por lo tanto un gran historiador de la teología patrística, pero también un hombre muy ocupado en la vida y misión de la Iglesia, que combina el rigor científico ejemplar con una pasión por el Evangelio".

Monseñor Scotti por su parte, precisó que “La creación del Premio Ratzinger quiere presentar ante la opinión pública 'la cuestión de Dios'", una de las tres actividades del trabajo ordinario de la Fundación. Las otras dos son las becas de estudio que la Fundación ofrece a los doctorandos en teología, así como los congresos de alto valor científico que la Fundación promueve.

La ceremonia para conferir el premio, el próximo 30 de octubre, dijo el director de la Fundación, será como el año pasado en la Sala Clementina, después del saludo de Benedicto XVI, se entregará el premio que es un pergamino y la suma de 50.000 euros. A continuación será el discurso del Santo Padre. "Muy fraternal sin escenarios especiales", afirmó.

El año pasado en Bydgoszcz, Polonia, se celebró el primer congreso patrocinado por la fundación en el que participaron 32 universidades de Europa.

Este año, el segundo congreso se celebrará, poco después de la entrega del Premio Ratzinger, del 8 al 9 de noviembre. Más de 90 universidades se han adherido y el tema antropologico será: "Qué es lo que hace que el hombre sea hombre".

"La Fundación contará -señaló el obispo Scotti- con la estrecha colaboración de la Universidad Católica de Río de Janeiro y del compromiso generoso de los Heraldos del Evangelio. A ellos les manifiesto públicamente mi gratitud y agradecimiento por los esfuerzos realizados hasta ahora", dijo.

Interrogado por un periodista sobre los Heraldos del Evangelio, monseñor Scotti recordó una entrevista en la que el papa "se quedó sorprendido por la frescura de esta realidad que evangeliza". Precisó que hoy están no sólo en Brasil. Y puso ejemplos de su presencia en Italia.

Los Heraldos, añadió, "son parte de la realidad eclesial que sabe vivir una fe intensa y sencilla, donde la sencillez no significa banalidad, sino completa sintonía con el papa, con la reflexión teológica y profundizando constantemente".

Sobre el interés que ha despertado el premio Ratzinger también entre los jóvenes estudiantes de teología, monseñor Scotti reportó como un indicador que de las 32 universidades que habían adherido a comienzos de este año ahora han llegado a 90, y la gran cantidad de contactos epistolares que han tenido con jóvenes y personas interesadas en el tema.

Sobre la posibilidad de otorgar el premio a un teólogo de otra religión, el cardenal Ruini precisó: "La posibilidad y también la intención permanece. Tal vez incluso alguna mujer” agregó. En cuanto al número de ganadores "podrían ser también cuatro, según las contribuciones económicas que lleguen a la Fundación", dijo.

Interrogados sobre la fuga de noticias en el llamado 'Vatileaks', monseñor Scotti dijo: "Después de la filtración de noticias, nuestro sitio web ha tenido un aumento en las visitas. La fundación no sufrió ningún aspecto negativo y el caso ha llevado a un mayor conocimiento de la misma".

En alguna pequeña controversia registrada sobre el pensamiento de los ganadores del año pasado, en la que alguien dijo: "Ratzinger no lo piensa así", el cardenal señaló que es cierto que no todos los teólogos deben pensar lo mismo, lo que se tiene en cuenta es que 'sean personas que han trabajado y dado espacio en la búsqueda de Dios".

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


El mensaje cristiano arraiga donde es vivido con autenticidad y elocuentemente por una comunidad
Mensaje de Benedicto XVI al encuentro de obispos europeos que tiene lugar en St. Gallen
ST. GALLEN, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Sigue en St. Gallen, Suiza, la Asamblea Plenaria del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que se celebra del 27 al 30 de septiembre.

Benedicto XVI ha hecho público el mensaje que envió a este encuentro, firmado por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, al presidente del CCEE, cardenal Péter Erdő, y del que se dió lectura ayer en la apertura de los trabajos de la Asamblea.

En su mensaje, el papa "acoge con satisfacción la feliz convergencia del lugar de la reunión, sede de la Secretaría de la CCEE" con el 1.400 aniversario de la llegada de san Galo a este lugar, un evento "que invita a reflexionar sobre la tarea perenne de la evangelización y de su actual y renovada urgencia"

Recordó Benedicto XVI que "san Galo, discípulo del gran abad san Columbano, junto con él y otros discípulos, vinieron de Irlanda al continente. Después que una enfermedad lo obligó a detenerse cerca de Arbon, decidió dedicarse a la vida eremítica. Pronto, sin embargo, su fama de santidad atrajo a muchos a su alrededor, dando origen a una comunidad monástica que se convirtió, a su vez, en el corazón de posteriores misiones entre muchos pueblos".

"La experiencia de san Galo, como aquella de muchos otros protagonistas de la evangelización en las tierras de Europa y en el mundo entero --añade el santo padre--, nos enseña que el Mensaje cristiano viene sembrado y se enraiza eficazmente allí donde es vivido con autenticidad y elocuentemente por una comunidad, de modo que la predicación se apoye en el testimonio de la caridad fraterna e inspirada por la oración común".

La memoria de San Galo y su obra --en la víspera de la Asamblea Sinodal sobre la Nueva Evangelización--, "servirá de estimulo a la Plenaria de este Consejo para mirar con fe y esperanza --a través de los ojos de Cristo el Señor--, la gran 'cosecha' que son los pueblos de Europa, en la línea del Concilio Vaticano II y de las enseñanzas de los Sumos Pontífices que lo han puesto en práctica", subrayó Benedicto XVI.

En particular, el mensaje firmado por el cardenal Bertone aconseja "adoptar las magistrales lecciones del siervo de Dios Pablo VI en la Evangelii nuntiandi y en la enseñanza del beato Juan Pablo II en la Nova millennio ineunte, y por supuesto, a la luz del magisterio del santo padre Benedicto XVI y en la prospectiva del próximo Año de la fe".

El organismo continental reúne a los presidentes de las 33 conferencias episcopales de Europa, los arzobispos de Luxemburgo y el Principado de Mónaco, el arzobispo de los Maronitas de Chipre, el eparca de Mukachevo, Ucrania, y el obispo de Chişinău, Moldavia.

Los responsables de la Iglesia católica en Europa debaten, junto a algunos expertos, los aspectos sociales y espirituales de los retos que afronta la Europa actual. También abordan la cuestión de la discriminación de los cristianos en Europa y la persecución de los cristianos en el mundo; la libertad religiosa; la actividad de la Unión Europea y el Consejo de Europa, el Año de la Fe y el 50° aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

En la Asamblea participan el cardenal Marc Ouellet, junto a numerosos purpurados europeos y varios obispos de la Conferencia Episcopal Suiza. Tambien intervienen en los debates los responsables de los organismos eclesiales continentales de América Latina (CELAM) y África (SECAM).  

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Los jóvenes migrantes necesitan puntos de referencia
El cardenal Veglió en un congreso indica las dificultades y oportunidades
ROMA, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Los jóvenes migrantes están entre dos culturas, con las ventajas y dificultades que esto significa, con el desafío de integrarse sin perder su cultura de origen. Ellos necesitan puntos de referencia particularmente si están lejos de sus familias. El hecho de que muchos tengan estudios superiores debe llevarles no solamente a mejorar su situación, sino también a ser considerados un recurso en sus países de origen.

Lo indicó el cardenal Antonio Maria Veglió, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes en sus palabras a la Primera Conferencia de los Filipinos en Europa, con el título “De la diáspora al diálogo” que se realiza del 26 al 29 del presente mes en esta ciudad.

La inmigración procedente de América Latina es un factor relativamente reciente respecto a la procedente desde las Filipinas, que inicia varias décadas antes, si bien varios de los problemas planteados registran muchas características similares, en particular por lo que se refiere a los jóvenes.

“Les aseguro -dijo- el apoyo y soporte del Pontificio Consejo para fortalecer la comunidad filipina de inmigrantes, en su desarrollo e integración en los países y la reintegración de quienes vuelven a sus casas en las Filipinas”.

Cifras en la mano indicó que en la actualidad las Filipinas son el octavo país por el número de inmigrantes fuera de su país, de los cuales dos tercios se encuentran en los países europeos, la mayoría de los trabajadores tienen entre 15 y 44 años y las mujeres son el mayor número de ellos.

La mayoría llegaron a Europa buscando oportunidades de trabajo o en casos de reunificación familiar. Muchos de ellos son niños que nacieron en los países de inmigración y nunca conocieron las Filipinas.

“El santo padre está muy preocupado por la situación de los jóvenes inmigrantes”, dijo, y explicó que por ello “en los últimos cinco años les ha dedicado dos de sus mensajes, en el Día del Refugiado y el de los Migrantes”.

“En ambos mensajes indicó el papa, que los jóvenes migrantes están entre dos culturas, con las ventajas y dificultades que esto significa. De un lado ofrece la oportunidad de enriquecerse con la experiencia de los encuentros entre diversas culturas y tradiciones. Y de otro lado delante del desafío de no perder su cultura de origen al integrarse en la sociedad que los acoge” añadió el purpurado.

“Por ello – prosiguió el cardenal- el papa Benedicto señaló en su mensaje de 2010 que 'vivir en un país extranjero sin puntos de referencia eficaces genera un sinnúmero de dificultades, muchas veces graves para los jóvenes migrantes, especialmente si se encuentran privados del apoyo de sus familias”.

“La comunidad filipina -recordó el purpurado- es verdaderamente una familia acogedora hasta para aquellos que no tienen parientes aquí en Europa. La seguridad que ofrece a estos jóvenes migrantes filipinos facilita su apertura a los otros grupos étnicos y al diálogo intercultural”.

Subrayó también “la necesidad de dar a los jóvenes inmigrantes la posibilidad de asistir a la escuela e ir a la universidad”, además de “estructuras sociales que son importantes para su posterior integración en el mundo laboral y la inclusión social”.

Entretanto dejó claro que “la clave para una integración comienza por conocer el idioma del país que les recibe”, y que la integración requiere conocer bien las leyes de sus países y respetarlas, para así obtener el respeto de las poblaciones locales y facilitar la vida conjunta de manera armoniosa.

Recordó que muchos filipinos que trabajan como empleados del hogar o en labores sencillas, tienen títulos de estudio, lo que debe hacerles plantearse la posibilidad no solamente de mejorar su situación en la vieja Europa, sino ser considerados un recurso para el desarrollo de sus países.

La crisis económica global que golpea a Europa pone además a los jóvenes inmigrantes en riesgo de marginalización y discriminación. Riesgo de xenofobia, lo que hace necesario encontrar canales para integrar y proteger a los jóvenes migrantes contra la discriminación.

“Que esta Conferencia -concluyó- ayude a encontrar los medios para lograr esta fraternidad entre los migrantes y las poblaciones locales”, pues la ciudad del hombre que se basa en la unidad y la paz, “en cierta medida es una anticipación y una prefigura de la única ciudad de Dios".

La conferencia está organizada por el Consejo Global de Filipinos en la Diáspora, por la Comisión Filipinos en el Exterior, con el apoyo de la Embajada de Filipinas en Roma y patrocinada por la Organización Internacional de las Migraciones, por el Instituto de los escalabrinianos para las Migraciones y por el Municipio de Roma.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Mundo


En una crisis europea similar a la actual, san Juan de Ávila alimentó los surcos del espíritu
Dijo el cardenal Rouco Varela en el encuentro de obispos europeos de St. Gallen
Por Nieves San Martín

ST. GALLEN, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Sigue en St. Gallen, Suiza, la Asamblea Plenaria del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que se celebra del 27 al 30 de septiembre.

Durante la jornada de hoy, en rueda de prensa, comparecieron varios asambleistas, entre ellos el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal de España, Antonio María Rouco Varela.

Preguntado por la situación del país y las últimas protestas en la calle, en Madrid, el cardenal Rouco les restó importancia, afirmando que las noticias son "exageradas" y se trata de "un pequeño grupo antisistema". "Todos vivimos la crisis en términos de familia, sectores de la sociedad, historias personales", comentó.

Comentando la situación que vive el continente europeo, el cardenal Rouco dijo: "La crisis es profunda, no solo económica, sino moral y en el fondo es una crisis espiritual que viene de lejos, podemos señalar los puntos claves donde se fue generando". En su opinión la sociedad ha ignorado el magisterio de la Iglesia lo que ha conducido a la situación actual. "Una Europa que no es capaz de dar la vida, sin niños; las personas mayores son la inmensa mayoría". "Los pecados se pagan", afirmó. "Sin historia de santidad, no hay historia de superación de crisis", señaló.

A una pregunta de ZENIT sobre la próxima proclamación de san Juan de Ávila como doctor de la Iglesia, el cardenal Rouco Varela lo definió como "un gran sacerdote español, un precursor".

"En el siglo XVI --recordó el presidente de la Conferencia Episcopal Española--, que es un siglo de concilio, de renovación, de reforma ante una crisis europea muy grave. Europa se rompe no sólo políticamente, sino espiritual y eclesialmente. Ha habido figuras que dentro de esa historia estaban alimentando los surcos del espíritu y una de ellas era san Juan de Ávila".

Reiteró su definición del nuevo doctor como "un gran sacerdote" y destacó que "fue confesor o director espiritual de san Ignacio de Loyola, de santa Teresa de Jesús, fundador de colegios mayores para universitarios, director espiritual y apóstol de muchas almas. En España se le llama el Apóstol de Andalucía. Y el himno que cantaremos si Dios quiere el sábado dice así: 'Apóstol de Andalucía, el pueblo de Dios te aclama...'".

Sobre la utilidad de proclamar doctor hoy a un santo del siglo XVI, cuando estamos en el siglo XXI, hecha por otro periodista, el cardenal respondió: "Pues la misma, si seguimos el camino de san Juan de Ávila de renovación espiritual, de renovación interior, de oración profunda, de conexión clara con la gran experiencia cristiana de lo místico". Aludió a la célebre frase del teólogo Karl Rahner, quien dijo que el cristiano del siglo XXI será místico o no será. "¿Será o no será?", se preguntó el cardenal Rouco.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Venezuela: Mensaje de la pastoral familiar en la región Bolivariana y del Caribe
Evento organizado por el Celam culmina con compromisos importantes
CARACAS, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Finalizados los trabajos del I Encuentro de los obispos responsables de la Pastoral Familiar en las regiones Bolivariana y del Caribe, convocados en esta ciudad del 17 al 21 de septiembre por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se ha hecho pública la declaración final del mismo.

El importante documento titulado “Familia, Trabajo y Fiesta”, elabora un diagnóstico actualizado de la familia en esta región del continente, así como sus principales desafíos y los compromisos asumidos por los participantes.

Ofrecemos a nuestro lectores la declaración que consiste en doce puntos para la reflexión y las acciones concretas en cada realidad.

*****

FAMILIA, TRABAJO Y FIESTA”

1. Reunidos en el I Encuentro de Agentes de Pastoral Familiar de los países bolivarianos queremos dirigirnos a nuestros hermanos de todos los países de la región a fin de compartir la reflexión y la alegría que hemos vivido en este tiempo, y la profundización de las conclusiones del VII Encuentro Mundial de las Familias en Milán.

UNA REALIDAD QUE NOS INTERPELA

2. En este mundo globalizado y postmoderno nos encontramos con una situación en la cual hay dos visiones antropológicas que engloban al ser humano, la familia y la sociedad. Estas visiones marcan acentos diferentes y en muchos casos contradictorios que deben tenerse en cuenta en la labor de la Pastoral Familiar. Una visión antropológica reduccionista caracterizada por fenómenos como el individualismo, el utilitarismo, el consumismo y el relativismo.

3. En esta manera de ver al ser humano “La familia se reduce a simple cohabitación de individuos en la misma casa, según una multiplicidad de modelos, estimados equivalentes entre ellos, por esto, se prefiere hablar de familias en plural” (Cardenal Ennio Antonelli). En este contexto la UNESCO cambió la definición de familia pasando a ser “un consenso universal modificable”, por lo tanto, la familia será lo que se acuerde que sea conforme a los intereses de turno.

4. Dentro de esta antropología se concibe al individuo únicamente como fuerza laboral y se le emplea para producir. Se vive la experiencia en la que se considera el hombre para el trabajo y no el trabajo para el hombre. La familia inmersa en esta realidad se ve afectada por el desempleo, el subempleo, la discriminación laboral de la mujer, el trabajo infantil.

5. Esta antropología también afecta el sentido del descanso y la fiesta, pues el ser humano, considerado solo como individuo, no siente la necesidad de los demás, incluida su familia. No requiere de nadie para compartir el tiempo libre y fomentar las relaciones afectivas.

De otra parte podemos identificar una visión antropológica cristiana que concibe la persona religada, relacionada ontológicamente para poderse comprender. Para esta visión, la familia se entiende como comunidad de vida y amor, donde se comparte, se vive la experiencia de la donación sincera y total y la institución familiar se hace fecunda solidaria y misionera.

LA PALABRA Y EL MAGISTERIO ILUMINAN ESTA REALIDAD

7. Desde los orígenes bíblicos, el trabajo y el descanso están íntimanete conectados con la familia. El hombre y la mujer han sido creados a imagen y semejanza de Dios, iguales en la dignidad, pero diferentes en su sexualidad, capaces de amarse de una manera complementaria y recíproca. “Creemos que “la familia es imagen de Dios que, en su misterio más íntimo no es una soledad, si no una familia” en la comunión de las tres divinas personas nuestras familias tienen su origen, su modelo perfecto, su motivación más bella y su último destino” (Aparecida 434). Dios llama al hombre y a la mujer a colaborar en su obra creadora. De esta manera el trabajo no es para someter al hombre, sino que el hombre mediante el trabajo está llamado a “someter” la tierra (Gn. 1,28). Dios, descansó el séptimo día de la creación para enseñar al hombre que necesita del descanso y de la “fiesta” para reparar fuerzas, para agradecer y para dedicarse a la familia.

8. “Una relación muy particular une a la familia con el trabajo: «La familia constituye uno de los puntos de referencia más importantes, según los cuales debe formarse el orden socio-ético del trabajo humano». El trabajo es esencial en cuanto representa la condición que hace posible la fundación de una familia, cuyos medios de subsistencia se adquieren mediante el trabajo” (Compendio de la Doctrina social de la Iglesia n. 249). Nos preocupa la precaria situación laboral que viven nuestras familias, afectadas por un sistema que privilegia la producción por encima del desarrollo humano y el capital por encima de los valores éticos.

9. El Señor descansó el séptimo día después de haber trabajado en la obra de la creación. En la nueva alianza, el día de descanso es el día de la Pascua, el día de la resurrección de Jesús, es la fiesta de la liberación defintiva de la humanidad. El domingo es la pascua semanal para celebrar el día del Señor, que los cristianos vivimos participando en la Eucaristía, fomentando la vida de familia, realizando obras de caridad y proyectando la alegría cristiana a todos en la sociedad.

10. La familia, fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer, está llamada a ser imagen del amor trinitario. Esta realidad del amor divino se vive en la familia siendo una comunidad de personas, que experimentan la riqueza del amor en sus relaciones conyugales, paternales, filiales y fraternales. Esta comunidad de vida y de amor centra su ser y su misión en la donación recíproca que lleva a sus miembros por la senda del nosotros. El trabajo y la fiesta son dos realidades necesarias para fomentar la vida familiar y, a la vez, la familia proyecta sus valores asumiendo el trabajo y el descanso en la verdadera dimensión de felicidad y vida plena según el plan de Dios.

NOS COMPROMETEMOS

11. El encuentro nos permitió elaborar unas propuestas de trabajo que llamamos “líneas de acción”. Queremos compartirlas con todos ustedes con la esperanza de aportar elementos nuevos que impulsen la Pastoral Familiar en nuestras comunidades eclesiales. Los invitamos a asumirlas e incorporarlas a sus diferentes planes pastorales.

12. Finalmente retomemos las palabras del Papa Benedicto XVI en el VII Encuentro Mundial de las Familias en Milán: “Familia, trabajo, fiesta: tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra existencia que han de encontrar un equilibrio armónico. Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la paternidad y la maternidad, el trabajo y la fiesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano.”

El Santo Padre también se dirige a todas nuestras familias: “Queridas familias, pedid con frecuencia en la oración la ayuda de la Virgen María y de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron. Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el cosmos, el mundo".

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


El cardenal Bertone dedicó el importe del premio recibido en Barcelona a dos obras sociales
Agradecimiento del arzobispo Lluís Martínez Sistach
BARCELONA, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, que el pasado día 25 de septiembre recibió el IV Premio Internacional Conde de Barcelona en un acto celebrado en el monasterio de Pedralbes, decidió repartir la asignación monetaria de este galardón destinando la mitad a la iniciativa del Arzobispado de Barcelona "Joves a l’Atur" y la otra mitad a los proyectos sociales del Grupo Guadalupe de Nicaragua.

La obra social del arzobispado de Barcelona en favor de los jóvenes en paro -que son más del 50% de la población juvenil- se inició con motivo de la celebración de las bodas de oro sacerdotales del cardenal de Barcelona, el cual pidió a los diocesanos que destinaran a tal proyecto el importe de los posibles obsequios que le quisieran hacer en aquella ocasión. Esta obra está gestionada por Caritas Diocesana y está orientada a trabajar para crear aquellas condiciones que puedan permitir a los jóvenes en paro integrarse en el mundo laboral.

La obra del Grupo Guadalupe de Nicaragua es una iniciativa creada por la hermana Guadalupe Caldera Ramírez, religiosa capuchina de la Madre del Divino Pastor.

El cardenal arzobispo de Barcelona agradece al cardenal Tarcisio Bertone este gesto, que es una expresión de su profundo sentido social y cristiano, informa el Arzobispado de Barcelona.

Doctor honoris causa por la Universidad Católica de Varsovia

Por otra parte, el doctor Lluís Martínez Sistach ha sido nombrado doctor honoris causa por la Pontificia Facultad de Teología de Varsovia, integrada en la Universidad Católica de Varsovia que lleva el nombre del cardenal Stefan Wyszynski, una figura emblemática del catolicismo polaco.

El cardenal de Barcelona recibirá este doctorado en un acto que está previsto celebrar el día 6 del próximo noviembre en la sede de esta Facultad en la capital de Polonia. Invitado por el cardenal Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia, el cardenal Martínez Sistach tendrá también la ocasión de presentar la versión polaca de su libro Las asociaciones de fieles, traducido a varios idiomas.

El cardenal, en el acto de la concesión del doctorado honoris causa, estará acompañado por el señor obispo auxiliar, por otros colaboradores inmediatos y por otros diocesanos.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Nueva Evangelización


Desafíos de la Vida Religiosa a la Nueva Evangelización
Entrevista a la superiora general de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Durante nueves meses hemos venido entrevistando a distintos superiores generales de las congregaciones religiosas, en una atenta espera a la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización. Ahora, solo nos queda contar los días para su inauguración este domingo 7 de octubre por el santo padre Benedicto XVI, que reunirá a la Iglesia entera en un afán por relanzar la fe, digamos la figura auténtica de ese “Dios desconocido” al que el mundo de hoy evade...

Al finalizar esta serie tan valiosa, ZENIT conversó con la madre María de Anima Christi van Eijk, superiora general del Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, quien a pesar de su alta responsabilidad, no deja de escribir puntualmente una columna muy leída en un periódico holandés, su país natal.

¿Cómo ha recibido su congregación el llamado del papa a la Nueva Evangelización?

-Madre María de Anima Christi: Muy bien porque esa es nuestra tarea desde que nacimos como instituto, cuyo carisma particular es la evangelización de la cultura. Sentimos una gran alegría porque como familia religiosa hemos nacido en este tiempo, porque Dios así lo quiso, con una tarea especial de trabajar en un mundo donde el secularismo reina.

Parece que el Sínodo va a dirigir el trabajo más hacia Occidente, ¿cómo hablar de Dios al hombre de hoy?

-Madre María de Anima Christi: No solo será Europa, porque el secularismo se está extendiendo y hay que estar atentos. El hombre de hoy necesita testigos creíbles. Este hombre se mueve mucho por la sensibilidad y necesita de alguien que le enseñe que vivir el evangelio es posible, y que de este modo se puede hacer el bien. En un mundo donde hay tanto egoísmo, los hombres se conmueven ante un testimonio de vida evangélica. Y todo hay que hacerlo con mucha alegría…

¿Cuál es el rol que la vida religiosa debe cumplir ante la nueva evangelización?

-Madre María de Anima Christi: Creo que Dios nos ha dado un llamado especial, y sin merecerlo escogió a algunas de nosotras para seguirlo más íntimamente. Creo que con nuestra vida podemos mostrar el amor que le tenemos a Dios, porque es un amor esponsalicio que nos une a Él. Por eso es importante dar testimonio del amor que le tenemos a Dios y de que nos sentimos amadas. También es importante en nuestra vida la maternidad espiritual con las almas, porque no somos religiosas para nosotras mismas, sino que detrás de cada vocación hay una fila muy larga de personas. Yo como religiosa, puedo ser madre de muchas de ellas y este es un elemento muy importante del llamado a la vida religiosa, ya que me preocupo como una madre del bien espiritual de las personas. Nosotras damos a luz hijos para el cielo.

Durante la formación para la vida religiosa, ¿Qué se debe enfatizar para que una vocación crezca y se desarrolle?

-Madre María de Anima Christi: Primero hay que enseñar la fe con todo su contenido, no hay que “aguar” el evangelio. Una religiosa tiene que conocer el catecismo, debemos conocerlo y saber transmitirlo. En segundo lugar, debe haber una sólida vida espiritual, pero esto no es solamente cuando yo voy a la capilla algunas horas al día. Mi vida espiritual es en cada momento del día, en que tengo que vivir en la presencia de Dios. Si esta íntima relación con Dios anima mi vida, también eso determina el modo en que yo trato a las personas o cómo vivo cada instante de mi vida, aunque sea el humilde servicio en la cocina o en la limpieza. Si Dios esta allí presente, entonces son méritos que alcanzan el cielo.

¿Y a nivel psicológico?

-Madre María de Anima Christi: Es muy importante la vida comunitaria, la vida fraterna. Debemos ser familia entre nosotros y mostrar al mundo que es bueno vivir juntos, hoy donde la gente vive sola. Porque al querer ser una familia, esto nos ayuda a perseverar y a tener una comunidad. Así, cuando vuelvo a mi comunidad después de un día difícil, y lo cuento en mi comunidad, terminamos riéndonos todas; la alegría debe ser también una característica de la vida religiosa.

Cuando conversa con las más jóvenes, ¿qué les llama a la vida religiosa hoy?

-Madre María de Anima Christi: Creo que la mayoría de las veces una vocación nace de la cruz, de una experiencia de la cruz. Vienen después de haber comprendido más profundamente lo que es la cruz, de ver a Cristo crucificado, y de haber visto que Jesús ha pagado por mi vida, por mis deudas. Vencen el miedo al sufrimiento y encuentran la llave hacia una nueva comprensión de la realidad, de que el sufrimiento es parte de la vida. Y después descubren en esto una nueva alegría, un nuevo sentido de la vida, porque los jóvenes son generosos y están dispuestos a sacrificarse por los demás. Tenemos muchos jóvenes que hacen voluntariado con nosotras y se conmueven ante el sufrimiento, y entonces quieren entregar su corazón a Dios y a los demás.

A 50 años del Vaticano II, ¿cómo ha asumido la vida religiosa esta reforma y qué faltaría?

-Madre María de Anima Christi: Me parece hermoso que el papa haya llamado a una profundización y a una recta interpretación del Vaticano II. Y es importante que todos en la Iglesia lo hagamos de manera sincera. Me parece que tenemos que renovar la vida religiosa a raíz de lo que se ha dicho en Perfectae Caritatis o en Lumen Gentium, y ver la misión de la Iglesia en el mundo como realmente lo quiso el Vaticano II.

¿Cómo va el desarrollo de su congregación en el mundo, los planes?

-Madre María de Anima Christi: Creo que Dios siempre tiene planes y estos van más rápido que nosotros, tal es así que no podemos alcanzarlo… Por gracia de Dios estamos creciendo, ahora somos cerca de mil hermanas y casi quinientas en formación. Estamos en 38 países, con nuevas fundaciones ad portas, como ir a fundar en Madrid, en Vich (España), en Chipre, en Jordania y en Florida (Estados Unidos).

Y a usted en especial, ¿hay algún lugar al que le gustaría llegar pronto?

-Madre María de Anima Christi: A muchos sitios, porque veo tantas necesidades en el mundo y en las almas. Viajando uno ve realmente almas sin Dios, sin asistencia espiritual. Pienso que Europa es muy importante, ayudar a la Iglesia en Europa porque veo un avance del mal. Me da mucha pena ver la pobreza espiritual, y lo peor es que no nos damos cuenta de que necesitamos a Dios: ¿Quizás porque no nos faltan los medios materiales?

¿Cree que el Año de la fe ayudará para alcanzar esto?

-Madre María de Anima Christi: Es una muy buena ocasión. Primero puede ayudar a la gente de la Iglesia, ya que hay muchos católicos que no están seguros de la existencia del cielo. Y luego en este mundo no entienden el fin último del hombre; entonces se busca aprovechar la vida, porque si no hay nada después, la lógica es diferente. Asimismo, rezamos un credo, en el que creo en el perdón de los pecados, pero ¿cuántos católicos nos confesamos? O los diez mandamientos…, algunos no los toman en serio.

¿Cuál sería su mensaje final a los lectores de Zenit?

-Madre María de Anima Christi: Espero que podamos vivir en plenitud el Año de la Fe y coger todos los frutos que saldrán de él. Y ser fieles y cercanos a lo que el santo padre quiere, tomando en serio este año para profundizar y estudiar. Lo primero de todo es que aprendamos a hacer “actos de fe”. Porque si yo, como religiosa, dejo de hacer un acto de fe en lo que hago, mi vida vale poco. Entonces para qué estoy aquí, levantándome todos los días, desgastándome si no fuera porque tengo fe en Jesucristo, y tengo fe de que Él ha venido al mundo para salvarnos, que pasó por la cruz para abrirnos las puertas del cielo. Y entonces creo en su gracia que me sostiene todos los días, creo en la presencia real en la eucaristía, en el auxilio de la Virgen María. Es una fe que debo renovar todos los días, porque si dejo de hacer el acto de fe sobre las pequeñas cosas de mi vida cotidiana, vana sería nuestra vida. Por lo tanto, Dios quiera que tengamos fe, y la tengamos en abundancia.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


En la escuela de san Pablo...


No acumular riquezas podridas y vestidos apolillados (Tiempo ordinario 26º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Dado que en el 26º domingo del Tiempo ordinario la segunda lectura dominical corresponde a un pasaje de la carta de Santiago, en esta ocasión nuestra columna "En la escuela de san Pablo...", escrita por nuestro colaborador el padre Pedro Mendoza, LC, ofrece el comentario y la aplicación de dicho pasaje.

*****

Pedro Mendoza LC

"Ahora bien, vosotros, ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas en estos días que son los últimos. Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido sobre la tierra regaladamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestros corazones en el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste". Sant 5,1-6

Comentario

En este pasaje, Santiago prosigue la línea señalada por Jesús en su visión profética de los ayes por las desgracias que han de sobrevenir sobre los ricos, los que están repletos, los que ríen, y los que se complacen en los aplausos (Lc 6,24-26).

En la primera parte del pasaje (Sant 5,1-3), indica Santiago que ya se ha pronunciado la sentencia contra ellos y contra todos los que no tienen más riqueza que estos bienes perecederos. Santiago juzga a los "ricos" con la nueva escala de valores que la venida y la obra de Cristo ha establecido y les echa en cara su impotencia, su inseguridad y su pobreza. Su invitación a llorar anticipa los lamentos por el castigo que, sin duda, se aproxima (v.1).

Una miseria trágica caerá sobre los que son ricos tan sólo en bienes terrenales. Aquello en que confiaban, lo que les ganaba aprecio, les daba prestigio, influencia y placer, lo que debía servirles para su seguridad, aparece ahora como engañoso, porque los poderes de la corrupción triunfan sobre ello (v.2). El orín y la polilla serán testigos contra estos ricos y revelarán sin piedad su dureza de corazón, porque prefirieron que sus bienes se echasen a perder antes que prestar ayuda a los necesitados (v.3). Esta dureza de corazón es la causa de su ruina.

Además de su culpa, Santiago les echa en cara su estupidez. Por las obras y el destino de Cristo podían y debían haberse dado cuenta de que el fin de los tiempos había llegado. Sin embargo, siguieron obrando como si las actuales condiciones del mundo hubieran de durar siempre, como si Dios fuese a manifestarse en breve como juez y reestructurador del mundo. Pertenece al número de estos pobres ricos, de estas personas necias, de quienes uno sólo puede compadecerse, quien después de la venida de Cristo, de su muerte y resurrección, no se prepara para el fin del mundo; quien con miras egoístas y corazón insensible aspira sólo a los bienes de este mundo; quien con arrogancia y temeridad se siente seguro de sí mismo.

En la segunda parte del pasaje, Santiago muestra cómo todas las injusticias claman venganza al cielo (vv.4-6). Hablando de estas injusticias, se refiere especialmente a los grandes terratenientes. Probablemente no pertenecían a las comunidades cristianas. Explotaban brutalmente a sus jornaleros, entre los que sin duda se contaban algunos cristianos, e incluso les escatimaban el salario mínimo establecido por la ley de Moisés, que debía ser pagado al atardecer, y sin el cual el jornalero y su familia estaban condenados a pasar hambre (v.4).

Los ricos a los que alude Santiago son egoístas sin escrúpulos, que no se preocupan por el derecho y la justicia, atentos sólo a incrementar su hacienda y a gozar desenfrenadamente de la vida. Les tenían sin cuidado la indigencia de los pobres y la suerte de sus trabajadores. Eran instrumentos para incrementar su hacienda a cualquier precio, y para conseguir este fin no reparaban en explotarlos, en defraudarles sus jornales, en oprimirles, o abusar de la ley, hasta llegar al asesinato. Lo importante era poder seguir holgando y riendo. No es, pues, de extrañar que su corazón estuviese totalmente endurecido, embotado, imbuido del espíritu del mundo, "convertido en grasa". Su Dios es en realidad el vientre (cf. Flp 3,19). No habían percibido la gravedad del momento en que vivían: y desde la ascensión de Jesús hemos entrado en el tiempo final, el tiempo del juicio, "el día de la matanza" (v.5). La sentencia de Dios ya ha sido pronunciada y no falta más que la promulgación pública. Por eso Santiago puede hablar así: la actividad de estos "ricos" ya ha pasado, y ha sido juzgada. Es indudable que Dios toma a su cuidado a los oprimidos, sobre todo si ponen su causa en manos de Dios, si viven como "justos" (v.6).

Santiago no habla sólo para los cristianos que estaban en aquella situación. Siempre es importante saber que Dios se preocupa especialmente de los pobres, los oprimidos, los explotados, los que son perseguidos injustamente, si confían en Él y se quejan a Él de su desgracia. Aunque puede parecer que los poderosos y los ricos sin escrúpulos pueden hacer impunemente cuanto les place, el juicio de Dios los define como necios y, desde la encarnación de Cristo, el juicio de Dios, fundamentalmente, ya ha sido pronunciado.

Aplicación

No acumular riquezas podridas y vestidos apolillados.

La liturgia de este domingo nos ofrece algunas pautas para el discernimiento de espíritu. En el Evangelio  Jesús nos enseña cuándo debemos ser inflexibles y cuándo, en cambio, flexibles en las relaciones con los demás. La primera lectura del libro de los Números nos deja la misma enseñanza: ante el bien realizado por los demás no podemos mostrarnos celosos ni envidiosos, sino tener un corazón lleno de reconocimiento y de amor de todo lo bueno que hay en ellos. La segunda lectura tiene un tema al margen, pues nos amonesta sobre la condena reservada a quien acumula riquezas podridas y vestidos apolillados.

En la primera lectura (Num 11,25-29), Moisés, después de haber elegido, por encargo divino, 70 ancianos para ayudarle en su ministerio de gobierno del pueblo de Dios, escucha hablar de que, a parte de ellos, otros dos están también profetizando. Esto no es bien visto por Josué quien pide a Moisés que se lo prohíba. Moisés, en cambio, reconoce en todo ello la mano de Dios; rechaza todo sentimiento de celo, de amor posesivo y responde reconociendo que nunca hay que impedir a nadie obrar el bien. Las gracias de Dios hay que reconocerlas y agradecerlas con actitud de acogida, de apertura, porque están destinadas al bien de todos.

En el Evangelio de este domingo (Mc 9,38-43.45.47-48) se nos presenta la actitud de queja ante Jesús por parte de Juan, uno de los apóstoles, quien se muestra celoso ante las obras milagrosas realizadas por una persona ajena al círculo de los discípulos. Jesús sabe discernir y reconocer todo lo bueno, sin dejarse condicionar en su juicio sobre los demás movido por sentimientos de envidia o de celos. Por eso responderá: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea  capaz de hablar mal de mí" (9,39). Jesús no quiere que se obstaculice el bien que se puede hacer, incluso cuando las circunstancias en que se realiza parecerían no ser regulares. Para ayudar a discernir en esto, añade un principio: "Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros" (9,40). En cambio, se debe ser intransigente en los casos en que se es ocasión de escándalo para sí mismo o para los demás, esto es, cuando se induce a alguien al mal (9,41-48).

En la segunda lectura (Sant 5,1-6), el apóstol Santiago utiliza palabras muy severas contra los ricos deshonestos, que explotan a los trabajadores: "Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos" (5,4). Para amonestarlos, Santiago no duda en anunciar las amenazas divinas que caerán sobre quien así se comporta. Todos están llamados a ser intransigentes consigo mismos ante todo tipo de deshonestad con el prójimo. Si es el caso, deben arrepentirse de tales acciones y, en el futuro, no volver a cometerlas. Por lo tanto, no deben acumular riquezas podridas y vestidos apolillados.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Flash


La Academia Internacional de Filosofía abre su oferta de estudios
En colaboración con la Archidiócesis de Granada
GRANADA, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- La Academia Internacional de Filosofía, una universidad fundada en 1985 por Juan Pablo II, en colaboración con la Archidiócesis de Granada, abrió un campus en Granada en 2011.

Su oferta de estudios en Granada incluye un Ph. D. en Filosofía (programa bilingüe español-inglés) en el que participan profesores de reconocido prestigio, procedentes de diversas universidades del mundo.

Este año impartirán docencia en el centro los profesores doctores Josef Seifert (International Academy of Philosophy, IAP) , Wojciech Grygiel (Universidad Juan Pablo II, Polonia), Balázs Mezei (Universidad de Budapest, Hungría), Mátyás Szalay (IAP), Czesław Porębski (Universidad de Cracovia, Polonia) Juan Miguel Palacios (Universidad Complutense), Aaron Riches (Insttituto Teología “Lumen Gentium”), Feliciana Merino Escalera (IAP) o Marcelo López Cambronero (IAP), entre otros.

También se ofrecen, con la misma calidad y a través del mismo profesorado, títulos propios en Filosofía Realista, Estética y Teoría del Arte, Política y Hecho religioso, y en Filosofía de la Religión.

Los estudios se realizan en el edifico del Seminario Mayor de Granada y están abiertos a todas las personas interesadas, si bien el título de Ph. D. en Filosofía solo puede ser cursado por alumnos que estén en posesión del Máster oficial que permite el acceso al doctorado o título equivalente de su país de origen.

Para más información pueden dirigirse a la página web www.iapspain.es.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Documentación


"Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile"
Los obispos piden un cambio y una renovación del país a todos los niveles
SANTIAGO DE CHILE, viernes 28 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Los obispos chilenos hicieron pública este jueves su carta pastoral en la que analizan con audacia la realidad que vive Chile en este momento. Es una profunda reflexión sobre los actuales problemas de la Iglesia y la sociedad, y sobre la misión de anunciar a Jesucristo en este momento de la historia del país. Una reflexión efectuada por el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile. Una radiografía completa, desde el punto de vista eclesial, del país trasandino que no dejará indiferente a nadie. Reproducimos aquí una amplia síntesis del importante documento facilitada por el departamento de prensa de la Conferencia Episcopal chilena.

*****
S Í N T E S I S

El texto completo de la Carta Pastoral, las Fichas para Reflexión de Comunidades y material audiovisual de apoyo se encuentran disponibles en: www.iglesia.cl/cartapastoral2012.

I. Introducción

Dirigimos esta Carta Pastoral, en comunión con los Obispos de la CECh, para invitar a los fieles católicos y a los demás hombres y mujeres de buena voluntad a reflexionar sobre los actuales problemas de la Iglesia y sobre nuestra misión de anunciar a Jesucristo en este momento de la historia de Chile. Esto supone una profunda conversión de nosotros mismos y de la Iglesia, y al mismo tiempo escuchar el clamor de nuestro pueblo expresado en los movimientos sociales, contribuyendo a que se responda a sus justas demandas.

Quisiéramos ser escuchados por aquellos que pudimos haber ofendido, y también deseamos presentar el mensaje de Jesús a quienes tienen una mayor responsabilidad en la construcción de la sociedad. Esperamos que aquellos que se sienten marginados y excluidos del progreso escuchen nuestra voz como cercana, preocupada y como un motivo de esperanza.

II. Perdón y conversión: una Iglesia que escucha, anuncia la Palabra y sirve

Reiteramos con la más profunda verdad nuestra petición de perdón a quienes hemos ofendido. La Iglesia ha perdido credibilidad por nuestras propias debilidades y faltas. Estas, junto a nuestro retraso en proponer necesarias correcciones, han generado desconcierto. Se nos ha hecho difícil trasparentar al mundo de hoy el mensaje que hemos recibido. Nos preocupa que muchos lo perciban como una moral de prohibiciones y que no nos vean proponiendo un ideal por el cual valga la pena jugarse la vida. 

Nosotros somos los primeros que debemos ser evangelizados. Debemos revisar nuestros comportamientos personales y las estructuras de la Iglesia: el modo de ejercer nuestro sacerdocio, las formas de participación, el lugar otorgado a los laicos y en especial a la mujer. Será preciso revisar nuestra predicación y nuestros sistemas educativos para ver qué valores transmitimos.

Nuestra pequeñez y los problemas que hemos tenido no pueden impedirnos anunciar el mensaje del Señor. Debemos volver a Jesús y reencontrarnos vitalmente con Él para hacernos sus verdaderos discípulos, sus seguidores. Esto significa ser y vivir como Él, haciendo nuestra las causas de los pobres, más débiles y marginados, porque esa es la causa de Dios. 

Dar testimonio del amor de Dios y ser discípulos de Jesús, viviendo a su modo, no significa que debamos mostrarnos como dueños de esos valores, porque nuestro Dios está presente en todas las personas y en todas las cosas. Sólo desde la humildad, sencilla alegría y esperanza seremos testigos de Jesús. Por eso el primero debe hacerse el último y el que manda debe servir (Lc 22,26). 

III. Cambios de nuestro tiempo: hechos que nos interpelan 

a) Hechos positivos: el cambio como una gran oportunidad

Los cambios que vive nuestro mundo ofrecen hoy grandes oportunidades a la sociedad civil y a la misma Iglesia. Particularmente importante es el progreso de las comunicaciones, con nuevos modos de relacionarnos en una cultura globalizada y con una necesidad de transparencia que nos ayuda a enfrentar la corrupción y los abusos. Hoy contamos con mayores expectativas de vida, salud y niveles de educación. Hay mayor conciencia de la necesidad de salvaguardar los derechos humanos y la dignidad de la persona. La ciudadanía pide nuevos y mejores espacios de participación, y especialmente esperanzador es el nuevo papel que debe jugar la mujer en la sociedad. Estos avances nos impulsan a rechazar toda discriminación injusta que pueda derivarse de las ideas, la raza, el sexo o el dinero. Por otra parte, hay una creciente conciencia de preservar la naturaleza. En suma, vivimos un momento particularmente prometedor para la humanidad.

b) Hechos que crean malestares

La nueva cultura de la globalización engendra también profundos malestares. Nos preocupa la parcial y peligrosa cultura que excluye a Dios y que nos lleva a un camino muy deshumanizante. 

1. Impresiona el profundo malestar ante el modelo cultural que ha impuesto la globalización. En nuestro país, diversas manifestaciones piden reformas; en particular un poderoso movimiento estudiantil y sectores significativos de algunas regiones que se sienten postergadas, no escuchadas, incluso engañadas. La Iglesia no puede permanecer ajena a esos clamores.

2. Chile ha sido uno de los países donde se ha aplicado con mayor rigidez y ortodoxia un modelo de desarrollo excesivamente centrado en los aspectos económicos y en el lucro, sin poner atención a sus consecuentes tensiones y desigualdades escandalosas entre ricos y pobres. Desde la centralidad del mercado extendida a toda la vida personal y social, la libertad económica ha sido más importante que la equidad y la igualdad. La competitividad ha llegado a ser el eje de todos los éxitos. Se ha pretendido corregir el mercado con bonos y ayudas directas descuidando la justicia en los sueldos, que es el modo de reconocer y dignificar el trabajo. Hoy escandalosamente en nuestro país muchos trabajan y, sin embargo, son pobres.

3. Lo anterior ha afectado el fondo de la vida familiar. Hablamos de un malestar ante el individualismo y la soledad. La participación en el consumo febril es más importante que la participación cívica o la solidaridad para la felicidad y la realización de las personas. Todo se convierte en bien consumible y transable, incluida la educación. Los menos favorecidos se sobreendeudan hasta lo inhumano para participar del producto del desarrollo, destruyendo por ese camino el bienestar familiar e hipotecando su futuro. Esta es una nueva forma de explotación que termina favoreciendo a los más poderosos y aislándonos.

4. Quienes ven imposible alcanzar su realización en los medios que la sociedad considera como signo de éxito, viven un profundo malestar existencial y fácilmente se refugian en la droga. Otros que aparentemente lo tienen todo y experimentan un vacío del cual tratan de huir, también llegan a la droga, rodeada de mundo de violencia y corrupción muy difícil de controlar.

5. El Estado ha quedado con las manos atadas para la prosecución del bien común y la defensa de los más débiles. En un país marcado por profundas desigualdades resulta extremadamente injusto poner al mercado como centro de asignación de todos los recursos.

6. Las movilizaciones sociales justas en sus demandas pueden poner en peligro la gobernabilidad sin adecuados canales de expresión, participación y pronta solución. La desigualdad se hace particularmente inmoral e inicua cuando los más pobres, aunque tengan trabajo, no reciben los salarios que les permitan vivir y mantener dignamente a sus familias.

7. En este contexto, el “lucro” desregulado, que adquiere connotaciones de usura, aparece como la raíz de la iniquidad, del abuso, de la corrupción y en cierto modo del desgobierno. En el ámbito de la educación el "lucro" es rechazado con mayor vehemencia. No podemos tranquilizar la conciencia centrándonos sólo en el lucro o culpando a la calidad de los profesores, que ciertamente tiene que mejorar. Vayamos más a fondo hasta la raíz del problema. Preocupa que en las universidades la formación de las élites esté centrada en su aporte a la productividad y en la eficiencia económica, y no en el sentido más profundo de la vida humana. 

8. Una avanzada tecnología manejada por el mercado y orientada primordialmente al crecimiento económico, puede tener efectos gravísimos para la conservación de la naturaleza que es nuestro hábitat. Esto es grave en sí mismo; además destruye el futuro y es muy doloroso para las culturas de los pueblos originarios de nuestro país, que consideran a la tierra como a una madre. 

9. Los cambios actuales han tenido consecuencias serias en la vida familiar. El rol educador de la familia está afectado. Preocupa la dificultad para mantener la estabilidad de la familia.

IV. Evangelizar la cultura: aporte cristiano para humanizar y compartir el desarrollo

Frente a esta forma de globalización, tenemos una doble misión: asumir sin miedos lo positivo que ella tiene, y al mismo tiempo promover que esa globalización sea corregida en sus limitaciones para que esté marcada por la solidaridad, por la justicia y por el respeto a los derechos humanos. Queremos un país genuinamente desarrollado, más fraterno, con mayor esperanza, más libre, más feliz.

Es responsabilidad nuestra hacer actual, comprensible y creíble a nuestros contemporáneos el mensaje de Jesús, una Persona que nos mostró el rostro de Dios y su presencia en nuestra propia realidad, al mismo tiempo que nos hizo luminoso lo más profundo de lo humano. Esa revelación nos enseña un estilo solidario de relacionarnos, de entendernos, y amarnos. 

Jesús nos ayuda a mirar el mundo desde los pobres y los excluidos; desde su propia realidad tenemos un mensaje de esperanza para ellos y para todos. Así podemos ver nuestros propios rostros y los rostros de los demás con mirada de misericordia y bondad. Les invitamos a releer el encuentro de Jesús con Zaqueo el publicano (Lc 19,10). Mientras todos evitaban el contacto con el pecador, Jesús se sentó a su mesa y la salvación entró en esa morada. Allí se hizo presente el perdón y la misericordia y Zaqueo entregó la mitad de sus bienes a los pobres[/b] y reparó con creces las injusticias que había cometido. El publicano pasó de la codicia a la generosidad, del egoísmo a la solidaridad, de la explotación al servicio. 

[i]Lo esencial de esta Carta que compartimos con ustedes[/b]

1. [i]Jesús nos ayuda a entender la centralidad y dignidad de la Persona Humana. La cultura centrada en lo económico tiende a devaluar a la persona, que se convierte en "capital humano", en "recurso", en parte de un engranaje educado para producir, competir y tener. La dignidad no se funda sólo en el ejercicio de la razón o de la libertad. Para un cristiano, la dignidad del hombre y de la mujer se funda en que ellos son imagen del Dios creador, nacidos del amor y para amar. Motivo suficiente para tratar al ser humano con sumo respeto desde su origen hasta la muerte. Hoy, cuando se nos valora por las competencias y el dinero, el cristianismo nos enseña a defender la dignidad humana sin condiciones. Por eso integramos al marginado, cuidamos del enfermo y damos valor al desvalido: porque son plenamente seres humanos. Por eso se nos invita a tener una proximidad real con el pobre, y proponer un humanismo que no lo margine, no lo explote, que respete su dignidad y derechos. Por eso nuestros hermanos y hermanas de los pueblos originarios tienen derecho a expresar, desde su perspectiva, el mensaje de amor, respeto, igualdad y paz que ofrece el Evangelio. Hagamos nuestras sus demandas justas que exigen reparar siglos de marginación e injusticia. 

2. Jesús nos ayuda a darle sentido profundo a la vida. La cultura moderna nos ha llenado de medios y nos ha quitado los fines. Sin fines perdemos la orientación y carecemos de criterios para jerarquizar y elegir los medios. Se daña de raíz el ejercicio de nuestra libertad. Toda cultura que quiera generar seres libres, sujetos de la historia, debe proporcionar un fin por el cual valga la pena dar sentido a la existencia. Cuando tenemos un fin, un sentido, podemos enjugar nuestras lágrimas sin ocultarlas y superar los fracasos. Nuestra fe, basada en la resurrección de Jesucristo, nos hace comprender que al final está la puerta más importante, que nos permitirá encontrarnos con el rostro de Dios para vivir con Él. Entonces todos los caminos se encontrarán y adquirirán su pleno sentido.

3. Jesús nos ayuda a remplazar el individualismo por el amor y la solidaridad. Mientras el individuo es un ser separado de los demás, la persona vive en relación con los otros. Confundir persona con individuo ha creado una “sociedad de individuos”, donde cada uno compite, busca su éxito y se aísla. Vivimos masificados, pero en una soledad creciente y brutal. La fraternidad y la solidaridad pertenecen al núcleo de nuestra fe: somos por esencia sociales y no individualistas, y eso tiene muchas consecuencias, sobre todo en la educación. Una educación de calidad supone enseñar a vivir con los otros y para los otros, hablando de derechos pero también de los deberes de las personas. Aquí debe destacarse el papel de la mujer, sus innegables derechos y deberes, y la importancia de la dimensión femenina en todas las actividades humanas. Es necesario educar la dimensión de la sexualidad, convertida por la cultura actual en un simple objeto de satisfacción sin estabilidad ni compromiso. La sexualidad humana debe alcanzar su máxima dignidad como expresión privilegiada del amor y manifestación del don total y responsable entre personas.

4. Jesús nos ayuda a valorar el servicio y lo gratuito. En esta sociedad centrada en el lucro y a veces en la usura, donde todo es medido por el dinero, Jesús nos enseña que lo más humano no tiene precio, pero tiene máximo valor. Lo más humano no se compra ni se vende: se da y se recibe como un don, comenzando por la vida, la amistad y la alegría. Nadie puede comprar una sonrisa. Hoy parece más importante una factura comercial que una carta de amor. El pobre por ser pobre puede entender mejor esta dimensión esencial del cristianismo que es la religión de lo gratuito. El favor de Dios se da como un regalo; es Dios quien viene a nosotros porque nos ama. María ocupa un lugar central en nuestra devoción porque en ella queda de manifiesto que todo es obra de Dios, gracia, regalo. La gratuidad, el abrirse al regalo, a gozar lo que hay que gozar como un don, es de máxima relevancia en una sociedad que todo lo calcula, todo lo mide, todo lo pesa. ¡Qué bien nos hace promover una cultura del don y de la gratuidad! En un mundo donde los alumnos suelen entrar a las universidades para aprender y salir para lucrar, la idea es formarlos en un humanismo que les permita entrar para aprender y salir para servir, para entregarse a los demás, a su familia y a su sociedad.

5. Jesús nos ayuda a reencontrar la verdadera libertad. Queremos formar un hombre y una mujer libres, lúcidos ante los múltiples falsos ídolos, dictaduras, modas, presiones sociales, prejuicios, ideas e ideologías de turno. El supremo acto de libertad es el don consciente de uno mismo para que otros vivan; es hacerse responsable de sí mismo y de los otros. En un mundo masificado e individualista qué difícil resulta entender la libertad como posesión de sí mismo para entregarse por entero a los demás.

6. Jesús nos ayuda a enfrentar el dolor, la debilidad y el fracaso. La cultura individualista, exitista y competitiva que nos impone la globalización, nos desarma ante el dolor físico, moral y espiritual, ante la soledad, la vejez, la enfermedad y la muerte. Una cultura tendrá fortaleza sólida cuando nos ayude a secar nuestras lágrimas sin eludirlas. Jesús en la cruz nos enseña a procesar el dolor, y su resurrección puede darle sentido al sufrimiento. 

7. Jesús nos ayuda a dar dignidad al trabajo humano. El trabajo, tan esencial en nuestra vida, no puede ser jamás una mera mercancía que se transa en el mercado. La empresa moderna tiene que aprender que el ser humano participa en ella, no como un eslabón en la cadena productiva, sino como creador y sujeto. Por eso debe obtener en justicia los frutos de su actividad. No es comprensible que, con el nivel económico que Chile ha alcanzado, un trabajador con empleo estable esté bajo la línea de pobreza. Eso no es ético y no se condice con la dignidad humana. El salario ético es la consecuencia ética de la misma dignidad humana.

8. Jesús nos ayuda a vivir el pluralismo y fundar sólidamente nuestros valores. Más que nunca se hace necesario fundamentar nuestros valores, debilitados por el cambio de época, y no presentarlos como una especie de imposición determinista de la naturaleza, o como disposición de la autoridad, o como un residuo de la tradición sin ninguna relación con la cultura. Estamos invitados a formar nuestra conciencia para que sea razonable, libre, y a la vez responsable. Esto nos obliga a dar razón y justificar nuestros valores. Fomentar un sano pluralismo, hecho de respeto y no de silencios, nos ayuda a convivir y nos permite buscar con otros la verdad, profundizando en ella sin relativismos ni fundamentalismos. Un valor bien fundado nunca es relativo. El relativismo radical destruye todo compromiso y hace imposible la vida humana. Si todo da lo mismo, nada importa realmente. Sin una posición humilde ante la verdad, surgen los fanatismos, los fundamentalismos de toda especie y la intransigencia. Es importante para la credibilidad de la Iglesia dialogar hoy con las lógicas modernas, y en sus propios lenguajes, para comprender mejor el Evangelio, hacerse entender, y justificar lo esencial del mensaje cristiano que queremos transmitir. 

V. Especial preocupación por la Familia y la Educación

Queremos que la Iglesia sea un apoyo a la familia en su insustituible misión de primera y más importante educadora. Para un Chile más humano, justo y solidario, debemos dar prioridad a la familia para que viva y transmita los valores del amor incondicional, respeto, solidaridad y espíritu de servicio. El sistema educativo debería apoyar a la familia en su labor de formación de la persona. Deseamos que nuestros colegios y universidades vivan en un clima de confianza, ya que sólo en una cultura de auténtica confianza se hace posible educar. Invitamos a las comunidades educativas a trabajar el contenido de esta Carta y fomentar una cultura de desarrollo integral, solidario y humano.

VI. Conclusión 

Es necesario que las comunidades prosigan esta reflexión para llevarla a la vida en sus familias, escuelas, trabajo, parroquia y movimientos. Aprovechemos las posibilidades que nos ofrecen la cultura y los modernos medios de comunicación, las redes sociales y la tecnología. La Iglesia debe resituarse en el mundo con nuevas coordenadas, asumiendo una participación activa en asuntos de interés y debate público, como la acogida a los migrantes, la protección de los más vulnerables, la situación en las cárceles, la lucha contra la discriminación, la defensa y promoción de los derechos humanos, el combate a la deshumanizante drogadicción, las necesarias reformas a la educación, y en general los problemas que atañen a la vida social y política. A la Iglesia corresponde estudiar esos problemas y suscitar su reflexión en la sociedad, profundizar en ellos y confrontarlos a la luz del valor fundamental de la dignidad de la persona que nos enseña Jesús. 

Estamos en un momento muy privilegiado de nuestra historia. Estamos refundando el país y esto es muy apasionante. La buena educación no consistirá sólo en acumular saberes sino también en tener una moral sólida que haga posible la participación y la convivencia ciudadana. Tenemos que humanizar ese desarrollo y compartirlo entre todos. Como Zaqueo, acojamos a Jesús en nuestra “casa”, para estar con Él. En Él debemos reencontrar nuestra credibilidad más que en nosotros. Nuestro testimonio transparente encarnará su Evangelio en el corazón de la nueva cultura. Que María nos ayude a hacer los cambios sin perder el alma, sin menoscabar nuestra identidad profunda. Y que nuestros santos Teresa de los Andes y Alberto Hurtado, y la bienaventurada Laura Vicuña, intercedan por nosotros para que amemos y sirvamos a Dios y a los hermanos como ellos lo hicieron. Para todos y todas invocamos la sobreabundante bendición del Señor.

EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE

(1) Mons. Ricardo Ezzati Andrello, Arzobispo de Santiago, Presidente; Mons. Alejandro Goic Karmelic, Obispo de Rancagua, Vicepresidente; Mons. Gonzalo Duarte García de Cortázar, Obispo de Valparaíso; Mons. Horacio Valenzuela Abarca, Obispo de Talca; y Mons. Ignacio Ducasse Medina, Obispo de Valdivia, Secretario General.

Santiago de Chile, Septiembre de 2012.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba