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Servicio diario - 2 de octubre de 2012

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AÑO DE LA FE

'El Año de la Fe y la renovación de nuestra Iglesia diocesana'
Carta Pastoral del obispo de Santander

Santa Sede

Monseñor Mamberti: La ONU debe recuperar sus valores fundacionales
Intervención del jefe de la delegación de la Santa Sede en la Asamblea General de Naciones Unidas

Mundo

España: Se estrena un documental sobre la devoción a la Virgen del Rocío
Alegría, cansancio, hermandad y mucho compartir desde la mirada de un peregrino

Venezuela: Nos jugamos la posibilidad de hacer realidad los valores propios de una democracia auténtica
Comunicado del arzobispo de Mérida ante las elecciones del 7 de octubre

Cambios en la Misión latinoamericana de Roma
Fieles y autoridades despiden a su capellán y dan la bienvenida al nuevo encargado

Obispos europeos auguran un diálogo que no ignore las raíces cristianas del continente
Concluída en Suiza la Asamblea Plenaria del CCEE

El tema del plebiscito se convierte en crucial en las próximas elecciones en Puerto Rico
Los obispos escriben mensajes para iluminar la opción de los votantes

Documentación

'Queremos recordar que el cristianismo es más actual que nunca'
Mensaje final de la Asamblea Plenaria del CCEE


AÑO DE LA FE


'El Año de la Fe y la renovación de nuestra Iglesia diocesana'
Carta Pastoral del obispo de Santander
SANTANDER, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- Con motivo de la proclamación del Año de la Fe, cuya apertura será efectuada por Benedicto XVI este próximo 11 de octubre, el obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora, escribió recientemente una Carta pastoral titulada “El Año de la Fe y la renovación de nuestra Iglesia diocesana”.

En la misma, monseñor Jiménez Zamora afirma que “si la fe no se renueva y fortalece, convirtiéndose en una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro personal con Jesucristo, todas las demás reformas y cambio de estructuras serán ineficaces".

El obispo de la diócesis cántabra dedica la introducción de su carta pastoral a explicar a los fieles el por qué de esta convocatoria de Benedicto XVI a través de la carta apostólica Porta Fidei.

El Año de la Fe, recuerda el prelado coincide con otros don grandes acontecimientos: los cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II y los veinte años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Por ello dedica tres apartados de su carta a los mismos, expresando el deseo de que esta sirva como horizonte de fondo para la realización de la Programación Pastoral Diocesana 2012-2013.

En el primer apartado, dedicado a la fe como experiencia viva del encuentro con Cristo, el obispo de Santander afirma que “en los ambientes de vieja cristiandad, la fe no puede darse por supuesta” de manera que, en vastos sectores de la sociedad existe “una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”.

Más aún, añade “existe un analfabetismo religioso” todo lo cual se une “para llevar a muchos de nuestros cristianos a vivir una apostasía silenciosa, hasta el punto de vivir como si Cristo no existiera”.

Ante esta situación, propone monseñor Jiménez Zamora, “es necesario que los creyentes activemos nuestra experiencia de fe; una fe que no sólo sea capaz de sostener nuestra vida de cristianos, sino que pueda ser propuesta a los que buscan sentido y compañía en su vida”.

“La fe cristiana es un encuentro vivo, personal y real con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en cada lugar y en cada tiempo las condiciones favorables para que se realice este encuentro entre los hombres y Cristo. La finalidad de toda evangelización es la realización de este encuentro, al mismo tiempo íntimo y personal, público y comunitario”, recuerda el prelado.

Pero este encuentro con Jesús “no deja nada como era antes, sino que asume la forma de metanoia, es decir, de conversión”. Este encuentro, especialmente en la Palabra y la Eucaristía “crea en nosotros la mentalidad de Cristo, en la gracia del Espíritu; una mentalidad que nos hace reconocernos como hermanos, congregados por el Espíritu en su Iglesia, para ser luego testigos y anunciadores del Evangelio”.

“El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad”. “Hay que destacar entre nosotros el valor testimonial de muchos cristianos, que dedican su tiempo y su vida con amor a quien está solo, marginado o excluido, porque precisamente en esas personas se refleja el rostro mismo de Cristo”.

El obispo de Santander propone una serie de actividades, incluidas en la programación pastoral diocesana, en sintonía con este Año de la Fe.

En el segundo apartado, el obispo de Santander propone una reflexión sobre el Concilio Vaticano II, en la celebración de sus cincuenta años. Después de dar algunas notas históricas del acontecimiento eclesial, afirma que se trata de “un concilio con futuro”. “Nuestra tarea actual ante el Concilio Vaticano II consiste en pasar de la nostalgia del pasado a la lectura y aplicación con esperanza de los documentos conciliares, que siguen estando vivos. Tenemos que hacer como “un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo” (Mt 13, 52)”.

“Nuestra misión –añade- es hacer una correcta interpretación del Concilio Vaticano II dentro de la llamada 'hermenéutica de la reforma', según señaló el Papa Benedicto XVI en el Discurso a la Curia Romana, el 22 de diciembre de 2005”.

“Nuestra labor en este Año de la Fe es leer en profundidad todos los documentos conciliares, interpretarlos según la mente del Magisterio auténtico de la Iglesia y aplicarlos con la hermenéutica que señala el Papa. Estemos atentos a lo que el Espíritu dice a las iglesias (cfr. Ap 3, 6)”, señala.

Enumera algunas de las principales actividades que desarrollará la diócesis en esta línea.

Por último, el obispo de Santander explica a sus diocesanos la finalidad y objetivos del Catecismo de la Iglesia Católica, como instrumento al servicio de la catequesis. Recuerda también su historia en estos veinte años. Ofrece abundantes textos del magisterio de la Iglesia sobre el mismo. Y propone las actividades de la diócesis relacionadas con el Catecismo.

Concluye su carta pastoral poniendo los frutos de renovación de esta Iglesia Diocesana de Santander bajo la protección maternal de su patrona la Virgen Bien Aparecida.

Se puede acceder al texto completo de la carta en: www.diocesisdesantander.com

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Santa Sede


Monseñor Mamberti: La ONU debe recuperar sus valores fundacionales
Intervención del jefe de la delegación de la Santa Sede en la Asamblea General de Naciones Unidas
Por N.S.M.

NUEVA YORK, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- En su intervención en la 67 sesión de la Asamblea General de la ONU que se desarrolla en Nueva York, monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados y jefe de la delegación de la Santa Sede, hizo un discurso sobre el tema de esta sesión, dedicado a buscar medios pacíficos para la resolución de conflictos de carácter internacional.

Tras destacar el importante papel histórico desempeñado por las Naciones Unidas en el marco internacional, monseñor Dominique Mamberti señaló que “hoy en un contexto de interdependencia generalizada, el contraste entre riqueza y pobreza es todavía más grave, incluso inaceptable”.

El progreso técnico y económico “ha contribuido a ahondar la brecha entre quienes disponen de educación y de los medios necesarios para progresar y quienes, en cambio, se ven privados de ella”.

Por otra parte, los vínculos jurídicos y económicos que conectan a los países “no son siempre justos y equitativos” y han acabado por ser correa de transmisión “de una grave crisis económica y financiera que se ha propagado con la rapidez de un incendio forestal, tocando sobre todo a los que están en desventaja”.

En su discurso señaló que el recurso a la criminalidad y al terrorismo aparecen como el modo más facil a ciertos sectores de la población mundial para salir de la pobreza. Una violencia favorecida por las telecomunicaciones y por el acceso demasiado fácil a las tecnologías de la guerra, recordó el representante vaticano. El peligro de una guerra nuclear que parecía haberse alejado en los años 90 del siglo pasado, reaparece.

Recordó el papel de Naciones Unidas en periodos de la historia como la guerra fría, el proceso de descolonización o la independencia de numerosos estados, por ejemplo. Progresos que fueron la base fundamental para el reforzamiento del Estado de derecho, la garantía de los derechos humanos y la pacífica cooperación internacional.

Sin embargo, monseñor Mamberti afirmó que, “la realidad actual nos presenta un sistema ONU como privado de la fuerza de la unidad y de persuasión que se habría podido legítimamente esperar” así como “lugar de ejercicio de relaciones de fuerza, a menudo, lamentablemente, en provecho de intereses estratégicos particulares”.

“¿Cómo es posible –se preguntó el prelado- que a pesar de la adhesión universal a la Carta de Naciones Unidas y a los Tratados fundamentales, no se logre establecer una justa y verdadera gobernabilidad global?

A tal pregunta, la Santa Sede hace una propuesta de orden moral, atrayendo la atención sobre los valores que sostienen necesariamente a toda sociedad humana.

Señaló que hoy se observa una “pérdida de confianza en el valor del diálogo” y “la tentación de favorecer a priori a una de las partes en causa en los conflictos regionales u nacionales”

Especialmente urgente es, señaló el representante de la Santa Sede, la situación en Medio Oriente y en Siria.

“No es posible una solución fuera del respeto de las reglas del derecho internacional y del derecho humanitario, como tampoco fuera de la puesta en marcha de los mecanismos establecidos por la Carta de Naciones Unidas”. Por ello, se debería facilitar la misión del enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe pero también “asegurar la asistencia humanitaria a las poblaciones angustiadas”.

Recordó las palabras de Benedicto XVI en su reciente viaje al Líbano sobre el respeto efectivo de la libertad religiosa, de los derechos humanos, la construcción de la paz y su llamamiento a los países árabes para que propongan soluciones factibles que respeten la dignidad de toda persona humana.

“Es ilusorio querer crear una verdadera armonía entre los pueblos, querer garantizar una convivencia pacífica y una cooperación efectiva entre los estados a partir de una visión antropológica en la que, sin negar en teoría la dignidad y los derechos fundamentales de la persona, se relega la dimensión profunda de esta última y su unicidad al rango de factores secundarios, y hace prevalecer conceptos colectivos vagos, reduciendo a la persona a la mera categoría de 'consumidor' o 'agente de producción del mercado'”.

Monseñor Mamberti afirmó que no se pueden usar los Objetivos del Milenio y la agenda para el desarrollo después de 2015 “según una visión relativista del hombre que, usando de modo hábil expresiones ambiguas, amenaza el derecho a la vida y tiende a la deconstrucción del modelo de familia fundada en la unión de un hombre y una mujer, orientada a la procreación y a la educación de los niños. Tales intentos corren el riesgo, al final, de debilitar irremediablemente la credibilidad y la legitimidad de la Organización de Naciones Unidas como instrumento universal para una cooperación un paz duraderas”.

Pidió una solución efectiva al debate sobre la reforma y la mejora del funcionamiento de esta organización internacional que no será posible sin “un esfuerzo constantemente renovado por volver a la visión fundadora” de la misma.

“Una paz duradera no será posible sino a través del empeño de todos y de cada uno, en un diálogo constructivo, orientado hacia la realización de condiciones de vida dignas y decentes para todos los seres humanos”.

Y aludiendo al papel de la religión en la vida de las sociedades y los pueblos dijo que esta “no puede ser entendida de otra manera sino como un factor de paz y de progreso, una fuerza vital para el bien de todos”.

La religión, dijo, “lleva a los hombres a superar todo interés egoísta y a poner todas sus energías al servicio de los demás, y de la paz entre los pueblos”.

Por ello, “todas las formas de fanatismo, exclusivismo, todo acto de violencia respecto al prójimo son una explotación y una desviación de la religión”.

Además --concluyó--, la historia ha demostrado que una concepción distorsionada de la laicidad o una idea de tolerancia que llevara a querer reducir el hecho religioso al ámbito privado no haría otra cosa que minar las bases de toda convivencia pacífica, tanto en el nivel nacional como internacional”.

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Mundo


España: Se estrena un documental sobre la devoción a la Virgen del Rocío
Alegría, cansancio, hermandad y mucho compartir desde la mirada de un peregrino
MADRID, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- En pocos días se estrena en España la película documental "El Rocío es compartir", del director Francisco Campos Barba (Barcelona, 1971), y producida por la casa "Quién dijo miedo". Se trata de un documental que narra la tradicional peregrinación hasta la Virgen del Rocío, que es en sí una romería con siglos de tradición, que congrega anualmente a cerca de un millón de personas en Ayamonte, Huelva. Son días en que la aldea, de 1.500 habitantes, se ve desbordada por la afluencia de peregrinos de todo el país y del extranjero, que llegan a ver a su "Blanca paloma".

De ella se ha dicho mucho, como aquel famoso Pregón del Rocío de 1999 a cargo de don Gonzalo Huesa Lope, Consejero de la Hermandad y hoy Prelado de Honor del papa Benedicto XVI, que en una de sus alabanzas reza así: "¿Puede alguien, en fin, decir lo que es el amor? Pues el Rocío es el amor. El amor hecho corazón de madres que sufren, de padres que sangran, de esposos que afanan, de esposas que recelan y lloran, de hijos que peligran, de novios que sueñan, de amigos que se ayudan, de Hermanos que se quieren".

Una producción testimonial

La trama del filme de 75 minutos se desarrolla alrededor de Francisco, un alumno en la Universidad de Sevilla que ha vivido en carne propia la devoción por la Virgen del Rocío. Aunque ha visitado muchas veces la Ermita, no ha peregrinado nunca hacia ella. Cámara al hombro, y tras reunir fotos antiguas de la Romería --algunas de más de dos siglos de la Hermandad de Pilas--, comienza en 2011 el camino solo, con la hermandad de Triana, para terminar con una nueva familia y muchos testimonios que “compartir”.

En la ficha técnica del documental se lee así la sinopsis: "En momentos de crisis, las puertas se van cerrando y no hay salidas, pero al hacer el camino compartiendo se ve la luz al final del túnel. Esta película consigue que el público se emocione y ría con experiencias vividas en una fiesta."

En esta producción, el director --también rociero--, convive con numerosos devotos y les entrevista durante su peregrinación al Rocío desde el sevillano barrio de Triana para tratar de entender mejor en qué consiste la devoción rociera, y sobre todo para verificar su hipótesis de que “compartir” es una experiencia central en dicha romería.

La producción ha sido seleccionada para los festivales Medimed y SanFerfilm Festival, ambos de España y en la Muestra del documental antropológico y social de la Argentina. (javv)

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Venezuela: Nos jugamos la posibilidad de hacer realidad los valores propios de una democracia auténtica
Comunicado del arzobispo de Mérida ante las elecciones del 7 de octubre
MÉRIDA, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- El arzobispo de Mérida, Venezuela, Baltazar Enrique Porras Cardozo, ha hecho público un comunicado en el que invita a la reflexión serena y confiada, ante las próximas elecciones generales del 7 de octubre, así como a la participación en las mismas como un deber ciudadano.

Unos comicios que, afirma monseñor Baltazar Porras, para los creyentes suponen, en primer lugar, “orar”. “No se trata de repetir oraciones, sino de ponernos ante la presencia de Dios que nos interpela: ¿Qué has hecho de tu hermano?”.

Es por tanto una oración que lleva a hacer realidad el mandamiento del amor a Dios y al prójimo: “Sin respeto y consideración del otro, cualquiera sea su condición no hay posibilidad de construir la fraternidad”, afirma el arzobispo de Mérida.

Recuerda que el Episcopado venezolano insiste “en la necesidad de la reconciliación y del diálogo”. “Evitemos todo odio y violencia, todo deseo y acción que conduzca al daño físico, espiritual, o a la muerte”, exhorta monseñor Porras.

La oración debe también llevar “al encuentro cordial con el otro”. “El exclusivismo, de cualquier clase que sea, no es cristiano”, subraya el arzobispo de Mérida.

Recordando que la fecha señalada para las elecciones es también la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, “devoción que ha marcado la lucha por la paz y la ayuda mutua” exhorta a incorporarse “a todo gesto que nos haga ser constructores de paz y de bien”.

Tras la oración, el prelado venezolano recuerda que, como ciudadanos, “votar es una manera positiva de participar y decidir el futuro del país. Hay que hacerlo conscientemente, pensando primero en el bien de todos antes que en el bien personal”.

“No son mis intereses ni mis beneficios –añade- los que deben marcar las preferencias, sino el bien social, colectivo; el que permita que la libertad se amplíe, la opinión y la disensión sea un derecho, la verdad brille sobre cualquier manipulación o mentira; la creatividad serena sea nuestro mejor aporte a una sociedad en la que quepamos todos, teniendo como norte los más pobres y desasistidos. Nos jugamos la posibilidad de hacer realidad los valores de libertad, igualdad y fraternidad, propios de una democracia auténtica”.

“Con coraje y decisión, con respeto y solidaridad, con reconciliación y paz, participemos activamente en la jornada electoral”, concluye pidiendo la protección de María Santísima y la bendición abundante del Señor Jesús.

N.S.M.

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Cambios en la Misión latinoamericana de Roma
Fieles y autoridades despiden a su capellán y dan la bienvenida al nuevo encargado
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- Después de 12 años de trabajo entre los latinoamericanos residentes en Roma, el presbítero escalabriniano italiano, Antonio Guidolin, dejó el encargo de capellán al que había sido nombrado por el beato Juan Pablo II. Se sabe hoy que fue al mismo pontífice, a quien el padre Guidolin le pidió un templo donde reunir a los migrantes, quienes a pesar del desarraigo de sus tierras y familias, mantenían sus creencias y devociones muy en alto.

Y así, poco a poco, piedra sobre piedra, se fue reconstruyendo la iglesia “Santa María de la Luz” en el antiguo barrio de Trastevere, que había estado cerrada por casi un siglo. Pero este templo no solo se preparó para acoger a los feligreses extranjeros, sino que fue llenándose con cuadros e imágenes de las diferentes devociones a Cristo y a la Virgen María que los migrantes llevaban, los mismos con los que se reza y se celebra en los diferentes países de América Latina y el Caribe.

Entre las manifestaciones de piedad popular que recibió un lugar digno fue el lienzo del “Señor de los Milagros”, una cuatricentenaria devoción peruana que andaba por Roma como en las épocas de Belén, buscando posada de iglesia en iglesia. Hoy esta devoción cuenta con un triduo de celebraciones cada octubre –como la de este año--, que se inicia el sábado 6 con una misa de vigilia oficiada por el presidente del Episcopado Peruano. Luego el domingo 7 seguirá con la popular procesión, que al igual que en Lima y cientos de ciudades del mundo, tiñe las calles de morado gracias a los hábitos y vestidos que llevan los fieles en señal de penitencia y humildad.

Reconocimiento y gratitud

Y el día que nadie quería al fin llegó. Y fue el pasado domingo, cuando fieles y autoridades abarrotaron el templo latinoamericano para una misa de acción de gracias por el ministerio del padre Guidolin, con quien rezaron, cantaron y lloraron.

Allí, no solo fuimos testigos por primera vez de que el enérgico y siempre decidido padre Antonio también llora, sino se supo su edad: 77 años, y que por eso se jubilaba como lo manda la legislación canónica. Y conocimos que era poeta, y de los buenos, porque de sus mismos labios brotaron cuartetos y tercetos emotivos sobre su ministerio entre los migrantes.

La eucaristía estuvo presidida por el padre Alessandro Gazzola, superior regional de los escalabrinianos para Europa y África, quien tuvo palabras de gratitud al padre Guidolin, asegurando la continuidad de la Misión latinoamericana con la llegada del nuevo capellán allí presente, el también escalabriniano Luis Olivos, de nacionalidad chilena, quien llega trasferido desde España.

La ocasión fue propicia para que la autoridad religiosa informara a los fieles que el vicecapellán para la comunidad brasileña, padre Sergio Durigon, deja el cargo para realizar estudios de actualización y ser asignado a una nueva misión.

Durante la ceremonia intervino como representante del Vicariato de Roma, monseñor Pierpaolo Felicolo, director de la Oficina Migrantes y amigo por muchos años de la comunidad latinoamericana de Trastevere. Durante las palabras alusivas, el padre Felicolo transmitió la gratitud del Vicario de Su Santidad para Roma, cardenal Agostino Vallini, por el trabajo pastoral del padre Antonio, un hombre de fe –dijo--, que con una buena pastoral orgánica permitió a cientos de migrantes encontrar una senda espiritual, y también ayuda en sus necesidades materiales.

Al final de la ceremonia, junto a los testimonios de laicos representantes de algunos países, el padre Guidolin recibió el homenaje de la República del Salvador a través de la embajada de ese país centroamericano ante la Santa Sede, así como de la Consejería adjunta de los extranjeros del Municipio de Roma.

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Obispos europeos auguran un diálogo que no ignore las raíces cristianas del continente
Concluída en Suiza la Asamblea Plenaria del CCEE
ROMA, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- Con la Misa de las Naciones, retransmitida en directo por la Televisión Suiza, concluyeron los trabajos de la Asamblea de los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa, celebrada del 27 al 30 de septiembre en 2012.

Al término de su encuentro, los participantes adoptaron un mensaje respecto a los desafíos de la evangelización en Europa.

Durante la Asamblea, las diversas comisiones del CCEE presentaron su trabajo y perspectivas de futuro. Así mismo, se nombró a los presidentes de las siguientes comisiones: Caritas in Veritate, ha sido confirmado por un año monseñor Giampaolo Crepaldi, obispo de Trieste, Italia; Catequesis, Escuela y Universidad, ha sido nombrado monseñor Marek Jędraszewski, arzobispo de Lódz, Polonia, que ha sido confirmado también a la guía de la sección Universidad; para la sección Catequesis, fue nombrado monseñor Duro Hranic, obispo auxiliar de Đakovo y Osijek, Croacia; para la sección Escuela, monseñor Eric Aumonier, obispo de Versalles, Francia. Al frente de la comisión Comunicaciones Sociales fue nombrado monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de San Sebastián, España; a la guía del Servicio Europeo para las Vocaciones (EVS), fue nombrado monseñor Oscar Cantoni, obispo de Crema, Italia.

La Asamblea dedicó una atención especial y concreta a la persecución contra los cristianos en el mundo. En ese sentido, renovó la cercanía a las Iglesias perseguidas y pidió a la comunidad internacional que alce la voz de modo claro y continuado para que se respete el derecho a la libertad religiosa siempre y en todas partes.

También se habló del Observatorio sobre la discriminación y la intoleracia contra los cristianos en Europa, expresando la más neta reprobación ante tales dolorosos fenómenos que suponen una involución de la cultura y de la civilización que contradice sus propuestas y sus intenciones.

Por último, renovó la voluntad de contribuir al trabajo de profundización cultural sobre las categorías fundamentales de "libertad" y "discriminación".

Ver mensaje final del CCEE: http://www.zenit.org/article-43258?l=spanish.

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El tema del plebiscito se convierte en crucial en las próximas elecciones en Puerto Rico
Los obispos escriben mensajes para iluminar la opción de los votantes
Por Nieves San Martín

SAN JUAN, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- El próximo 6 de noviembre, el pueblo de Puerto Rico está convocado a las elecciones generales. Este año se celebrará, además, en la misma fecha, un plebiscito sobre el estatus de Puerto Rico y su relación con los Estados Unidos. Como se sabe, Puerto Rico en la actualidad es un Estado Libre Asociado a Estados Unidos. El plebiscito se ha convertido en objeto de controversia a menudo violenta en este país.

En la relación de Puerto Rico con Estados Unidos, históricamente las tres posturas defendidas por diversos sectores del país han sido tres: la de los que quieren permanecer en la actual situación (estadolibrismo), la de quienes prefieren que Puerto Rico se integre como un estado más del vecino del norte (estadidad) y la de quienes optan por la separacion total (independentismo).

Son posturas que desde hace mucho tiempo han estado presentes en los debates políticos del país borinqueño pero que en este proceso electoral han tomado especial fuerza y virulencia entre los defensores de una u otra opción.

Mientras la Conferencia Episcopal hacía público un mensaje de fecha 21 de septiembre de 2012, en el que, sobre todo, los obispos puertorriqueños ofrecen pistas para el discernimiento, el arzobispo de San Juan, la capital, escribía otro llamando a la paz e invitando a rezar el rosario en este periodo previo a unos comicios con resultado incierto, y que ha llenado los espacios de los medios de comunicación y llegado a disputas violentas en la calle.

El mensaje de la Conferencia Episcopal fue firmado por todos los obispos de Puerto Rico menos uno. El obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández Torres.

El obispo de Arecibo, en una entrevista con el periódico El Vocero, que fue parcialmente reproducida por este diario, explicaba las razones de esta actitud, añadiendo que la había explicado a sus hermanos obispos y ellos la habían comprendido. Monseñor Daniel Fernández Torres ha enviado a ZENIT el contenido íntegro de la entrevista mutilada, seún el obispo, por El Vocero.

Según monseñor Daniel Fernández Torres, que está de acuerdo casi por entero con el mensaje de los obispos de Puerto Rico, de las dos secciones del documento—El Mensaje y la Guía de Orientación—, la parte inicial, el Mensaje, fue la que incluyó el tema del plebiscito de estatus.

El obispo de Arecibo considera crucial --y así lo expresó en la citada entrevista a El Vocero- que el Mensaje final citara la referencia a la Declaración de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña en 1983, donde los obispos de Puerto Rico expresaron su postura en relación al estatus del país, citando a León XIII. Sin embargo, tal referencia no apareció en el Mensaje Final.

Esta es la respuesta completa del obispo de Arecibo a la pregunta del diario portorriqueño de por qué no suscribió el Mensaje de la Conferencia Episcopal divulgado el 21 de septiembre de 2012:

"El mensaje de la Conferencia Episcopal, según aprobado por los Obispos firmantes el sábado, 22 de septiembre de 2012, tiene dos partes. La primera, es la sección a la que me haces referencia. La segunda parte es una 'Guía de Orientación', que se aprobó con la siguiente anotación: 'Como complemento al Mensaje con Motivo de las Elecciones de noviembre 2012 la Conferencia Episcopal de Puerto Rico (CEP), propone algunas indicaciones para la formación e información del votante'.

Esta 'Guía de Orientación' (adjunta) directamente incluye, entre otros temas, los puntos que no son negociables según lo ha establecido el Papa y la respuesta del Magisterio a cualquier atentado contra esos puntos, incluyendo las propuestas dirigidas a incluir la ideología de géneros en las escuelas públicas del país.

De las dos secciones del documento --El Mensaje y la Guía de Orientación--, la parte inicial, o sea, el Mensaje, fue la que incluyó el tema del plebiscito de estatus. En ese sentido, el Mensaje final no citó la referencia a la Declaración de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña en el 1983, donde los Obispos de Puerto Rico expresaron: “Establecemos claramente, desde este momento, que ninguna de las tres alternativas políticas –estadidad, estadolibrismo e independencia-está reñida de por sí con el Evangelio. Y así lo expresó León XIII: ‘Los pareceres diferentes en materia política pueden ser difundidos honesta y legítimamente dentro de su propia esfera. La Iglesia no condena en modo alguno las preferencias políticas con tal que éstas no sean contrarias a la religión y a la justicia social’”.

De este modo, no quedó suficientemente claro, a mi entender, para todos los fieles, que el actual plebiscito de estatus pertenece al orden de lo temporal, donde los laicos tienen la libertad de escoger ante las diferentes alternativas, pues como dijo la declaración del 1983, ninguna de las alternativas propuestas en el plebiscito se opone de por sí al Evangelio.

En vista de lo anterior, tomé la decisión de que, en conciencia, sí podía firmar la segunda parte de la declaración, o sea, la Guía adjunta, pero no la primera parte, que corresponde al 'Mensaje'. Así lo notifiqué a mis hermanos obispos quienes respondieron que respetaban mi decisión".

Por su parte el arzobispo San Juan de Puerto Rico, Roberto González Nieves OFM, hizo público un mensaje en el que aborda el mismo tema del proceso electoral y propone rezar por la paz, publicado por ZENIT ayer: http://www.zenit.org/article-43253?l=spanish.

"Este mes del Rosario por la Paz lo celebramos a escasos días del plebiscito y las elecciones generales en Puerto Rico. Para todos y todas es un momento propicio para orar por la paz durante todo este proceso eleccionario. La violencia física no es la única forma de violentar la paz. También se violenta la paz cuando se ataca la dignidad de los candidatos, sus familiares y sus seguidores; cuando se interrumpen actos políticos pacíficos; cuando se destruye propaganda política; cuando se persigue al contendor con insultos, con odio y venganza hacia el adversario político", afirma en su mensaje el arzobispo de la capital.

Se puede leer el Mensaje de los obispos Conferencia Episcopal de Puerto Rico, de 21 de septiembre de 2012 en: "Dichosos los que construyen la paz, porque Dios los llamará sus hijos".

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Documentación


'Queremos recordar que el cristianismo es más actual que nunca'
Mensaje final de la Asamblea Plenaria del CCEE
ROMA, martes 2 octubre 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto del mensaje final de los presidentes de la Conferencias Episcopales de Europa, reunidos en Asamblea Plenaria, del 27 al 30 de septiembre, en Suiza.

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Mensaje final de la Asamblea Plenaria de la CCEE

Suiza, Saint-Gall, 30 septiembre 2012

Los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa, reunidos en Asamblea Plenaria, del 27 al 30 de septiembre, en Suiza, en Saint-Gall, han afrontado el desafío de la evangelización en vísperas del Año de la Fe, convocado por el santo padre Benedicto XVI. A su persona, a su magisterio y su entero ministerio petrino, los obispos han renovado la gratitud y el afecto.

Somos conscientes de que el anuncio de Jesucristo es el gran "sí" de Dios a la vida del hombre, a la libertad, al amor. El Evangelio, en efecto, revela la verdad de Dios-Amor y desvela el verdadero rostro del hombre, lo salva del mal moral y lleva a plenitud su humanidad. Siendo conscientes de las graves derivas del liberalismo económico y del liberalismo ético, queremos recordar que el cristianismo es más actual que nunca, y ofrece a todos su patrimonio de perenne actualidad porque proclama un humanismo personalista y comunitario. Mirando a Cristo, la Iglesia anuncia al hombre redimido del pecado, abierto a los demás y a Dios Creador, firmemente anclado en El, fuente y garante de los valores que orientan la actuación de los individuos y de los pueblos. Las culturas laicas, que se enfrentan sobre diversas visiones antropológicas, no deben mirar con sospecha al mensaje cristiano, que desde siempre abre el ala de la fe y el ala de la razón. Las dos alas pertenecen al hombre y a la historia europea y están en la base de nuestra civilización. La Iglesia, dando testimonio de la verdad de la fe, participa en el debate cultural y social con el propio patrimonio de sabiduría y cultura, presentando las elaboraciones de la recta razón. El intento de rediseñar los fundamentos naturales de la sociedad, como la familia o la convivencia de las diversas tradiciones históricas y religiosas, es considerado no casual.

Nos interrogamos sobre el fin de posturas molestas y de sistemático descrédito que expresan intolerancia, y a veces también discriminación e incitación al odio hacia la fe y la doctrina cristiana, y por tanto hacia los cristianos. Su voz es considerada por quienes mantienen tales posturas incómoda y es acusada de intolerancia y de oscurantismo: en realidad, es sentida como peligrosa porque es una voz libre que no se pliega a intereses, ni está dispuesta a ceder a los chantajes. Desestabilizar a la persona y a la sociedad no es para el bien del hombre sino que representa intereses partidistas.

Apreciamos especialmente, también a la luz de la enseñanza del Concilio Vaticano II, la libertad humana, que debe ser usada en el respeto a los derechos de las personas, y también a su convicción religiosa.

Hemos tomado conciencia de la grave situación de los católicos de Bosnia-Herzegovina. Queremos acompañar su futuro con atención solidaria y esperamos que se garantice su libertad.

En el contexto europeo, en el que vivimos, auguramos pleno respeto y disponibilidad de diálogo sin prejuicios y arrogancia. Los cristianos sienten su responsabilidad de ciudadanos y tienen un patrimonio de verdad que dos mil años de historia demuestran, en frutos de servicio, de bien y de civilización. Nuestra misión nos compromete a ser pastores sabios de comunidades presentes en la historia como la levadura en la masa, y como lámparas que brillan con la luz de Cristo por el bien de todos.

Traducido del original italiano por N.S.M.

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