ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 22 de octubre de 2012

Nueva Evangelización para la transmisión cristiana de la fe

La madre de Jesús, educadora de la Iglesia en la transmisión de la Palabra
El papel preeminente de María en la nueva y primera evangelización

Santa Sede

La delegación sinodal a Siria está todavía en estudio
Aclaró a los periodistas el portavoz vaticano

LA LITURGIA DE LA IGLESIA

''La liturgia es de Dios y no de los hombres''
Afirmó el subsecretario de la Congregación para el Culto Divino, monseñor Juan Miguel Ferrer

SANTOS PARA EL SIGLO XXI

''La benéfica proyección social hace del Evangelio el libro de la vida para la humanidad entera''
El cardenal Angelo Amato comenta las siete canonizaciones de este domingo

El beato Timoteo Giaccardo, apóstol de los nuevos tiempos
Hoy se celebra al primer presbítero que tuvo la Sociedad de San Pablo

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Nueva Evangelización para la transmisión cristiana de la fe


La madre de Jesús, educadora de la Iglesia en la transmisión de la Palabra
El papel preeminente de María en la nueva y primera evangelización
Por Nieves San Martín

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- El papel de María transmisora de la Palabra de Dios, educadora en la fe, fue puesto de relieve por algunos padres sinodales. El cardenal Ouellet afirmó que es fundamental la promoción de "un nuevo paradigma mariano para la relación de la Iglesia con la Sagrada Escritura" y, citó al teólogo von Balthasar cuando afirmó que "las espantosas devastaciones que el método de la 'crítica histórica' ejerce hoy en el mundo de la fe, no son posibles sino en una esfera que ha abandonado la dimensión mariana de la Iglesia".

El cardenal Donald William Wuerl, arzobispo de Washington, Estados Unidos, en la ponencia después de las intervenciones de los padres sinodales, hizo una síntesis en la que, hablando de la naturaleza de la Nueva Evangelización, afirmó, que "el fundamento de la Nueva Evangelización para la Transmisión de la Fe es, sobre todo, la acción de la Santísima Trinidad en la historia. Dios Padre envía a Su Hijo, el cual trae consigo la auténtica Buena Nueva de quién somos en la potencia del Espíritu Santo. La Iglesia participa en este movimiento de Divina Autorrevelación que empieza con la beata Virgen María cuando ésta, por la acción del Espíritu Santo, recibe en su vientre la Palabra de Dios que se encarna en ella para poder así donarse al mundo entero. Es la Palabra encarnada la que ofrece sus palabras de vida eterna a aquellos que tienen fe en él. Tras su muerte y Resurrección, Jesús envió a la Iglesia, su Esposa y nuevo Cuerpo, al mundo para que continuara su misión evangelizadora".

"La importancia de María --añadió--, Madre de la Iglesia y de la Nueva Evangelización como modelo y patrona de nuestros esfuerzos surgió en varias intervenciones. Su fe nos empuja a responder del mismo modo. Fue por razón de su fe que la Palabra de Dios entró en nuestro mundo. Imitando a María, por medio de nuestra fe y testimonio en la vida del Espíritu, podemos provocar un cambio en el mundo en que vivimos".

Un nuevo paradigma mariano

El cardenal Marc Ouellet PSS, prefecto de la Congregación para los Obispos, aludió largamente al papel de la madre de Jesús en la transmisión de la Palabra de Dios, tanto en la educación de su Hijo, como en la primera comunidad cristiana, después de Pentecostés. Para ello, hizo suyas las palabras del teólogo von Balthasar.

"La promoción de un nuevo paradigma mariano para la relación de la Iglesia con la Sagrada Escritura --dijo el cardenal- es válido también para la investigación científica, como subrayó con fuerza Hans Urs von Balthasar aún antes de la apertura del Concilio en el primer volumen de su Estética teológica ("Del mismo modo como una madre explica el mundo a su hijo, le muestra lo que debe ver y cómo se lo debe mirar, cómo no sólo le enseña las palabras del lenguaje, sino que le desvela la realidad correspondiente para que la palabra surja de la imagen y retorne, así la Iglesia, apoyándose en definitiva en la experiencia de la madre del Señor, según la carne, que era la creyente por excelencia, puede enseñar a sus hijos la palabra de Dios y transmitirles, gracias a su propia experienia de madre y esposa, no sólo el significado sino también el gusto y el olor, el carácter concreto y encarnado por esta palabra. Las espantosas devastaciones que el método de la 'crítica histórica' ejerce hoy en el mundo de la fe, no son posibles sino en una esfera que ha abandonado la dimensión mariana de la Iglesia, renunciando con ello a todo significado espiritual y a su transmisión eclesial" (Hans Urs von Balthasar, La Gloire et la Croix. Les aspects esthétiques de la Révé1ation, vol. I: Apparition, co1l. Théologie, 61, Paris, Aubier, 1965, p. 357). Cfr. anche: Ermanno M. Toniolo, Maria nel cuore della Parola di Dio. Donata accolta trasmessa, Roma, Centro di Cultura Mariana "Madre della Chiesa", 2009, 319 p.; M. Isabell Naumann, "Transformed by che Word - The Marian Response. An Exposition of Mary in the Post-Synodal Aposto1ic Exhortation ''Verbum Domini", Ephemerides Mariologicae, vol 61, n. 34, 2011, p. 325-341).

"Lo que está en juego en tal cuestión --subrayó el purpurado- es nada menos que la vida espiritual del pueblo de Dios que se nutre de la predicación de la Palabra de Dios como le es ofrecida por sacerdotes bien formados en Sagradas Escrituras".

El acontecimiento guadalupano, hecho salvífico continental

Por su parte, monseñor Enrique Glennie Graue, vicario general de la Archidiócesis de México, desde el punto de vista experiencial, aportaba una fundamental constatación sobre el papel de María en la evangelización del Nuevo Mundo, en los albores de la misión entre la población amerindia, representada por Juan Diego y cómo el fenómeno continúa hoy con la que ha sido considerada patrona de América.

"El Acontecimiento de las apariciones de María de Guadalupe al indio san Juan Diego en 1531 tuvo una repercusión decisiva para la evangelización, con un influjo que va más allá de los confines de la nación mexicana, alcanzando a todo el continente", afirmó monseñor Glennie. "Inmediatamente después de las apariciones --añadió--, se verificó una impresionante conversión en masa, tanto de los indígenas como de los españoles. Un signo concreto de la importancia del Acontecimiento Guadalupano fue esta conversión y devoción a la Virgen y --a través de Ella- a Jesucristo; que constatamos hasta nuestros días, con la presencia en el Santuario de más de veinte millones de personas cada año".

Como todo "acontecimiento salvífico", explicó, "el acontecimiento guadalupano trasciende fronteras, culturas, pueblos, costumbres y llega hasta lo más profundo del ser humano. Se trata de un acontecimiento salvífico porque provoca la conversión del corazón y mueve al ser humano a un verdadero arrepentimiento, para encontrarse con Dios, haciendo realidad un cambio de vida pleno y total".

En este acontecimiento salvífico, afirmó "se manifiesta, de manera patente, la intervención de Dios en una evangelización conducida por María, la primera discípula y misionera del Amor".

"En palabras sencillas, el culto a la Virgen de Guadalupe se manifiesta --desde entonces hasta nuestros días- como una verdadera evangelización; se puede observar que el acontecimiento guadalupano permite entender la esencia del Evangelio y mueve de tal forma las almas, que la conversión a Jesucristo es una manifestación patente de ello. Esto permitió que se llevara a cabo la evangelización de todo un pueblo que estaba naciendo".

De hecho, se inicia entonces una devoción que nadie podrá detener y que se fue profundizando y extendiendo hasta el día de hoy, no sólo en México, sino en las más variadas naciones, quienes son guiadas de la mano por la Estrella de la Evangelización hasta su Redentor en una evangelización perfectamente inculturada", explicó.

"En resumen, podemos afirmar que --como sucede en el acontecimiento guadalupano- la Nueva Evangelización requiere también de una auténtica 'inculturación'. La evangelización, si se produce correctamente, ha de dar lugar al fenómeno de la inculturación, entendida como presencia y fruto de la fe en el seno de una cultura determinada. Considero que éste es un importante reto de la Nueva Evangelización", concluyó.

En la Visitación, María la primera laica misionera

Por su parte, monseñor Catalino Claudio Giménez Medina, de los padres de Schönstatt, obispo de Caacupé, presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, coincidió en que "la presencia de María --en sus innumerables advocaciones- en la Primera Evangelización en América Latina y el Caribe fue fundamental".

"Como Madre de la Iglesia no la podemos soslayar en la Nueva Evangelización en su calidad original de Portadora de la Palabra y del Espíritu, transmitiendo gozo", subrayó.

Y explicó: "La Visitacion resalta: 1) la figura de María como la primera mujer laica misionera con participación activa protagónica (DA, 364). 2) La reacción de María al instante: escucha la Palabra y se pone en acción (Lc. 8,19-21; 11,27s). 3) Su permanencia con Isabel habla de amor, paciencia, dedicación y espíritu de servicio (Lc. 1, 56). 4) Cómo María visita hoy a sus hijos, transmitiendo a Cristo (DA, 553s). 5) Una N.E. con obras, y no sólo con palabras, con su estancia de tres meses posibilitó un encuentro prolongado de Isabel y su entorno familiar con la Palabra hecha carne en la cotidianeidad. 6) Un modelo sencillo (paradigma) de una nueva Iglesia en Misión Permanente, que se presenta más maternal, más acogedora, más humilde, pobre y servicial, en medio de sus hijos, en camino con el Pueblo de Dios, enseñando a vivir en Comunión (DA,362)".

"Hoy María es la protagonista de una Nueva Visitación, a los hogares de nuestros pueblos. Esta Nueva Visitación será bien acogida, a semejanza de la reacción de Isabel que con humildad y goze salió a recibir a María, preguntándose “quien era ella para que viniera a visitarla la Madre de su Señor” (Lc. 1,43). Las personas que visitan casa por casa ya están siendo bien recibidas en aquellas parroquias donde se realiza la Misión Permanente con esa modalidad (DA, 550). 5) La Palabra hecha carne va de casa en casa. Esta es la imagen de la N.E., producto de la Conversión Pastoral: la Iglesia como Madre, va al encuentro de sus hijos dispersos (DA, 370). Este método trae un nuevo ardor. Es una expresión eclesial que despierta mucha vida. Es como una onda expansiva, que sola se abre camino en los barrios", concluyó.

La escena de la Visitación, como ejemplo de quien porta la Buena Noticia, fue también puesto de manifiesto por monseñor Paul Desfarger SJ, obispo de Constantine, Argelia.

"En El Magreb --dijo- consideramos la escena de la Visitación como el paradigma de la misión. Adondequiera que vaya María, la precede el Espíritu Santo, que es siempre el maestro del encuentro".

"Nuestras Iglesias se hace siervas del Reino de Dios. La Iglesia es testigo y sierva de la obra de Dios en la humanidad. El Espíritu le concede el don de maravillarse de la fe del otro y de los frutos que produce en su vida, como nos recuerda la conversión del bienaventurado Charles de Foucauld", afirmó.

María, inspiración para la piedad popular

Y, desde Cuba, donde se venera también con gran fervor de piedad popular a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de Camagüey, recordó que "la nueva evangelización es muy antigua. Proviene del primer y más grande evangelizador: Jesucristo. Él nos dice: 'vayan a todos los pueblos'. Es muy importante ir porque si no vamos ¿a quiénes anunciamos el evangelio de Cristo?".

"El beato Juan Pablo II, mensajero de la verdad y la esperanza, y Benedicto XVI fueron a Cuba y el Espíritu Santo hizo ir a los católicos cubanos a tocar todas las puertas de todas las casas para anunciar la venida de quienes venían en nombre de Cristo".

"La Virgen María de la Caridad, Madre y Patrona de Cuba, mediante una histórica imagen, fue a todos los pueblos de Cuba y los misioneros fueron antes para anunciar que la Virgen es la Madre del Hijo de Dios hecho hombre y que la caridad ha de unir a todos los hijos de la Virgen".

Desde Liberia, que sufrió un grave conflicto armado, monseñor Anthony Fallah Borwah, obispo de Gbarnga, narró en su intervención que "algunos convertidos pidieron a Nuestra Señora ayuda para ellos y sus familias durante la guerra".

"Por eso --subrayó--, la devoción a Nuestra Señora ha aumentado incluso entre algunos no católicos que con solicitud se unen a los católicos durante las novenas marianas, las peregrinaciones y las procesiones".

"Mientras este Sínodo saluda a la Beata Virgen María como la 'Estrella de la Nueva Evangelización', se necesita sacar provecho de su gran sabiduría, sobre todo en las apariciones probadas como Fátima, pues sus mensajes pueden ser relevantes para la nueva evangelización".

Y monseñor Philip Tartaglia, arzobispo de Glasgow, escocia, subrayó paradójicamente la importancia de la figura de María en el auténtico diálogo ecuménico.

"El ecumenismo --dijo--, apuntalado por una sólida eclesiología, está al servicio de la evangelización porque quiere restaurar la unidad de la Iglesia de Cristo, aumentando así su credibilidad en el mundo".

"La beata Virgen María fue la primera discípula y la primera evangelizadora, y debería proponerse a todos los cristianos como la 'Estrella de la Nueva Evangelización'".

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Santa Sede


La delegación sinodal a Siria está todavía en estudio
Aclaró a los periodistas el portavoz vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- En relación a la anunciada delegación sinodal, nombrada por Benedicto XVI, que visitará Siria, el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, hizo hoy una aclaración.

En su respuesta a las preguntas de los periodistas, el padre Lombardi, sobre la delegación sinodal (ver http://www.zenit.org/article-43388?l=spanish) afirmó lo siguiente : "La anunciada misión en Siria de representantes de la Santa Sede y del Sínodo de los Obispos sigue estando en estudio y en preparación, con el fin de realizarla lo antes posible, para responder eficazmente a los fines propuestos de solidaridad, paz y reconciliación, a pesar de los gravísimos sucesos acontecidos recientemente en la región".

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LA LITURGIA DE LA IGLESIA


''La liturgia es de Dios y no de los hombres''
Afirmó el subsecretario de la Congregación para el Culto Divino, monseñor Juan Miguel Ferrer
LA PLATA, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- El subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, monseñor Juan Miguel Ferrer Grenesche, de visita en el Seminario Mayor San José de La Plata, Argentina, con el marco de los noventa años de su creación, hizo un encendido llamado a cuidar la Liturgia, “que es de Dios, y no de los hombres”. Una “liturgia manufacturada no vale para nada, porque es cosa nuestra. Podrá ser muy bonita y divertida pero no es de Dios. Y ‘sin mí, no podéis hacer nada’, nos recuerda el Señor”.

Monseñor Ferrer --informa a ZENIT el Seminario Mayor de San José de La Plata en crónica enviada este 17 de octubre- llegó al Seminario acompañado por religiosas del Instituto Mater Dei, fundado en San Luis, por la madre María Jesús Becerra, con el apoyo del entonces obispo diocesano Juan Rodolfo Laise. Y fue recibido por el rector, padre Gabriel Delgado, los superiores de la casa; personal directivo y docentes, y por el casi centenar de seminaristas de todo el país, que allí se forman. Con posterioridad a su exposición, presidió la Santa Misa; y luego compartió el almuerzo fraterno, al que se sumó el obispo auxiliar de La Plata Nicolás Baísi, a cargo temporalmente de la Archidiócesis, por la participación de monseñor Héctor Aguer, en el sínodo sobre la Nueva Evangelización, que tiene lugar en Roma (ver: http://www.zenit.org/article-43300?l=spanish.

La formación litúrgica en el Seminario

El funcionario vaticano, quien fuera otro tiempo rector del Seminario Mayor de Toledo, en España, alentó a los formadores y seminaristas a vivir apasionadamente la formación litúrgica en el seminario, “que es la tarea más hermosa. Pues aquí, en gran medida, se juega el futuro de la Iglesia. Recuerden siempre lo que les pide el papa, queridos seminaristas: lo más importante es la relación personal con Dios, en Jesucristo. ¡Hacen falta mártires; testigos auténticos del amor de Dios!”.

Añadió, al respecto, que “hoy tenemos retos semejantes en distintos países del mundo. La globalización trajo legislaciones que se difunden en las diferentes naciones; y que atentan contra los fundamentos mismos de la civilización. Apuntan a la secularización y laicización de la sociedad. Y hay grupos bien interesados en destruir lo que se oponga a ello. Por ello, ven a la Iglesia como un peligro para su plan de dominación. Porque no busca acuerdos, a medio camino, entre la verdad y la mentira”.

Exhortó, entonces, “a no convertirnos en llorones; y a no quedarnos al borde del camino para lamentarnos. Debemos retomar intensamente nuestra identidad, y la conversión interior; la vocación a la santidad y a la misión. Allí apunta la Nueva Evangelización”.

Aclaró, en este sentido, que “como bien nos lo enseña el Santo Padre, tenemos tres vías de evangelización: la ordinaria, en nuestras comunidades, con los fieles que están en la Iglesia; la misionera, allí donde no se conoce a Cristo, y la Nueva Evangelización, para todos aquellos que se alejaron o no viven, con intensidad, su práctica cristiana”.

Remarcó, igualmente, que “durante toda su vida como teólogo, con anterioridad a su elección como Sumo Pontífice, el Papa nos enseñó la centralidad de Dios en la liturgia. Y hoy nos insiste con su ejemplo de liturgo, en la actitud ante la liturgia. Es, principalmente, su modo de celebrar el que demuestra la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia”.

Por ello, enfatizó, “celebrar los sagrados misterios es lo más importante en la vida de cualquier sacerdote, obispo y el propio Papa. Y, además, la forma en que el Santo Padre celebra se constituye en el modelo perfecto para toda la Iglesia”

“La liturgia no es teatro ni adorno”

En esa línea argumental aclaró que “en la liturgia el protagonismo no está en el sacerdote, aunque sea el papa. El centro no es el papa; el centro es Dios. No se va ‘a ver al papa’, sino al encuentro con el Señor, junto al papa”

Ejemplificó, en consecuencia, que “la liturgia no es ni teatro ni un adorno a la acción pastoral. Es escuela de vida cristiana; es la cristificación de nuestra vida; es volvernos hacia Dios. Por eso es responsabilidad de los pastores del pueblo de Dios, como parte de su oficio de amor, cuidar de ella. Y eso comienza aquí, en el seminario”.

Tras recordar varios documentos del Magisterio de la Iglesia, como la constitución Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II; La formación litúrgica en el Seminario, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y La formación espiritual en los Seminarios, de la Congregación para la Educación Católica, enfatizó que “la liturgia es escuela de fe y de vida cristiana, y debe impregnar toda la vida del seminario. En ella convergen el Magisterio, la Biblia y los Sacramentos. Por eso, ya desde el seminario, hay que vivir lo que la Iglesia nos pide el día de nuestra ordenación: 'Imita lo que tratas. Y configura tu vida con el misterio de la Cruz del Señor'”.

Mutuo enriquecimiento de formas del rito romano

Como conclusión, monseñor Ferrer exhortó a los seminaristas a fijarse en el modo en que celebraban la liturgia santos como san Juan, san Gregorio Magno, san Martín de Tours, san Felipe Neri, el Santo Cura de Ars (san Juan María Vianney), san Pío de Pietrelcina y san Josemaría Escrivá de Balaguer. “Todos ellos, y tantos otros, --subrayó- son muy buenos modelos a imitar”.

Al final, varios seminaristas le hicieron diferentes preguntas. Y, ante una consulta, destacó que “debe evitarse la improvisación. Frente a una duda, consultar siempre con el que más sabe. Y, obviamente, con el obispo”.

Igualmente se le preguntó sobre expresiones de uno de los ceremonieros del santo padre, monseñor Guido Marini. Y sostuvo que “es probable que vayan llegando normas sobre un mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano, la ordinaria y la extraordinaria”.

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SANTOS PARA EL SIGLO XXI


''La benéfica proyección social hace del Evangelio el libro de la vida para la humanidad entera''
El cardenal Angelo Amato comenta las siete canonizaciones de este domingo
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos la entrevista al cardenal Angelo Amato publicada por el diario vaticano L'Osservatore Romano el día 21 de octubre, sobre los nuevos santos de la Iglesia. ''La benéfica proyección social hace del Evangelio el libro de la vida para la humanidad entera'', afirma el purpurado responsable de las Causas de los Santos en la Santa Sede.

¿Cómo podemos interpretar estas canonizaciones en pleno desarrollo del Sínodo y a pocos días de la apertura del Año de la Fe?

--Cardenal Amato: En el Año de la Fe, estas canonizaciones celebran a hombres y mujeres, grandes y pequeños, que han vivido con heroísmo su fe bautismal. El Papa no podía dar un mensaje más claro para el comienzo de este Año bendito. La fe, de hecho, no sólo debe ser acogida y motivada, sino sobre todo vivida y testimoniada, incluso con heroísmo. La Iglesia pide hoy a sus hijos superar el respeto humano y ser explícitos en la afirmación y la defensa de su identidad cristiana. Nuestra cultura, que está tan orgullosa de defender los derechos fundamentales de la libertad de conciencia y del respeto de las otras convicciones religiosas, es enormemente enriquecida por la coherencia de vida y por la perfección de la caridad de los cristianos.

Dos sacerdotes, dos religiosas y tres laicos: se puede decir que el pueblo de Dios está enteramente representado. ¿Qué es lo que une a estas figuras eclesiales tan lejanas, en el tiempo, entre ellas?

--Cardenal Amato: El hilo conductor es su santidad, que es la vocación de todo bautizado: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5, 48). El concilio Vaticano II ha dedicado un amplio capítulo de la Constitución dogmática sobre la Iglesia precisamente a la “vocación universal a la santidad en la Iglesia”, afirmando que todos están llamados a la santidad, tanto aquellos que pertenecen a la jerarquía, como aquellos que son dirigidos por la jerarquía. A todos, de hecho, está dirigida la palabra del apóstol Pablo: “Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1Tes. 4, 3).

En nuestro caso, tenemos al jesuita francés Jacques Berthieu (1838-1896), misionero en Madagascar. Impresionaba profundamente su celo evangelizador y su fe inmensa. Fue asesinado in odium fidei con un golpe en la nuca, mientras trataba de defender a sus fieles de los ataques de los rebeldes, que veían en los misioneros a aquellos que, llevando a Cristo, habían hecho perder el poder a las divinidades paganas y a sus amuletos.

En el grupo de los siete beatos hay también otro mártir. Se trata del joven catequista filipino Pedro Calungsod (1654-1672), uno de los tantos muchachos que acompañaban a los misioneros jesuitas españoles en misión en las islas del Océano Pacífico, hoy denominadas Marianas. Fue martirizado, junto al beato Diego Luis de San Vitores, con un golpe de lanza. Sus cuerpos fueron abandonados, con una gran piedra atada a los pies, en el fondo del océano. El hecho causó enorme impresión entre los cristianos, que recordaban a Pedro como un joven virtuoso, fiel a Cristo y entusiasta de su fe. Con su martirio, Pedro dio prueba de ser un valiente soldado del Señor Jesús (cfr. 2 Tim. 2, 3).

Muchos padres sinodales, en sus intervenciones, han subrayado la ejemplaridad de los santos para una evangelización más eficaz. ¿Cree que la Iglesia debe dar más importancia al valor testimonial de sus fieles?

--Cardenal Amato: Desde los orígenes, la Iglesia ha sido bendecida por el testimonio de sus fieles. Los mártires son, de hecho, los “testigos” heroicos de la fe, hasta el don de la propia vida. Santos mártires y santos confesores son todos testigos calificados del Evangelio de Cristo. Ellos reflejan a su Señor, imitándolo con una existencia de pobreza, de pureza de corazón, de misericordia, de caridad. Los santos, como san Francisco de Asís, evangelizan con su existencia enteramente evangélica de completa asimilación a su Señor y Maestro. Hoy, sobre todo, el pueblo de Dios tiene necesidad de maestros, pero sobre todo de testigos santos.

En estas figuras de santidad, ¿qué aspecto es más actual para la Iglesia y para la sociedad?

--Cardenal Amato: Su fidelidad al bautismo. Esto significa que han hecho fructificar los talentos espirituales recibidos en el bautismo, es decir, las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad. Con el ejercicio de su caridad hacia Dios y hacia el prójimo, hacen resplandecer a la Iglesia, como la casa de la misericordia que acoge a los desheredados, que consuela a los afligidos, que instruye a los ignorantes, que cura a los enfermos. Esta santidad –como demuestra nuestra civilización del amor– ayuda a promover un tenor de vida más humano también en la misma sociedad terrena. Desde este punto de vista, los santos se revelan también como los verdaderos benefactores de la ciudad del hombre.
El sacerdote bresciano, Juan Bautista Piamarta(1841-1913), por ejemplo, es fundador de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret y de las Humildes Siervas del Señor. Son dos instituciones cuyo objetivo es la formación cristiana y la orientación profesional de los jóvenes. Este apostolado es todavía hoy altamente benéfico para aquellos jóvenes que, sin la adquisición de un oficio, se encontrarían abandonados a la ignorancia y a la indigencia.

También la religiosa española, María del Carmen Sallés (1848-1911), fundadora de las hermanas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, se ha ocupado de la formación cristiana y profesional de las muchachas.

Como se ve, estos dos santos, siguiendo el ejemplo de Jesús que pasaba por los pueblos y las ciudades haciendo el bien, enriquecen a la sociedad con aspectos concretos de la caridad cristiana, mediante la instrucción escolástica, la orientación profesional, la asistencia a los trabajadores, el cuidado de su formación humana y cristiana. De este modo, el Evangelio se encarna en la sociedad, promoviendo una vida más buena y honesta.

Hay dos mártires, Pedro Calungsod y Jacques Berthieu, en el grupo que el papa canoniza. ¿Por qué hay todavía hoy tanta hostilidad hacia los cristianos en muchas partes del mundo?

--Cardenal Amato: La historia de la Iglesia está marcada desde el comienzo por el martirio de sus hijos inocentes. Por otro lado, entre las bienaventuranzas evangélicas, que describen los comportamientos esenciales de los discípulos de Cristo, está también la persecución: “Felices vosotros cuando os insulten, os persigan y se os calumnie en toda forma a causa de mí. Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en los cielos” (Mt. 5, 11-12).

Jesús mismo, el inocente cordero sin mancha, fue injustamente condenado a muerte y crucificado. Pero la muerte fue vencida por Aquel que es el Autor de la Vida, que después de tres días resucitó, revelando la verdadera meta de la existencia terrena: la vida eterna. El pasado 13 de octubre, dos días después del comienzo del Año de la Fe, fueron beatificados en Praga 14 frailes franciscanos, asesinados in odium fidei por los enemigos de la Iglesia de Cristo. ¿Por qué las persecuciones anticristianas? Porque las tinieblas tienen miedo de los hijos de la luz y no dudan en suprimirlos. En vano, sin embargo, porque la sangre de los mártires es fecunda semilla de cristianos. La muerte, como el mal, no tiene nunca la última palabra.

Entre los nuevos santos está la primera nativa norteamericana en ser elevada al honor de los altares. ¿Qué significado reviste para estos pueblos y para quienes los han discriminado?

--Cardenal Amato: Digamos, en primer lugar, que la Iglesia nunca ha discriminado a nadie. Se ha interesado siempre –puede verse a la beata madre Teresa de Calcuta– por la asistencia y la protección de los seres más débiles y marginados. Más aún, a menudo ha sido la precursora de muchos derechos humanos, que hoy son considerados no negociables, como la defensa de los más pequeños y de los más pobres. Es conocida la carta que Meshkioassang, jefe de una tribu indígena de América del Norte, escribió el 13 de marzo de 1885 al Papa para manifestar todas las virtudes de esta joven y pedir el reconocimiento de su santidad para ofrecerla a la veneración de sus hermanos indígenas. La Iglesia no ha dejado de escuchar la petición del jefe de la tribu. En el consistorio del sábado 18 de febrero de 2012, Benedicto XVI respondió a la petición hecha por las 27 tribus de católicos nativos americanos, repartidos entre Estados Unidos y Canadá, anunciando la canonización de la beata Catalina Tekakwitha para el 21 de octubre de 2012.

La glorificación de Kateri Tekakwitha (1656-1680), hija de un jefe mohawk, pagano, y de una algonquina, ferviente cristiana, ha suscitado gran alegría y entusiasmo entre los nativos americanos. Es un gran honor para este pueblo orgulloso y valiente, que ve en este acto solemne de la Iglesia, su madre espiritual, el reconocimiento oficial del heroísmo de su joven hija, del temperamento dulce y caritativo, que vivía trabajando y rezando en los bosques de su tierra. Dedicándose completamente al amor de Jesús, hizo el voto de virginidad perpetua. En febrero de 1680, agotada por la enfermedad, murió diciendo: “Jesús, te amo”. Una vez más se había verificado la bienaventuranza evangélica: “Felices los que tienen el corazón puro porque verán a Dios” (Mt. 5, 8). La pureza angelical es el impactante mensaje que la joven Tekakwitha deja a la Iglesia y al mundo de hoy, tan lejano de la sencillez divina de esta joven.

Entre los nuevos santos hay cuatro mujeres y tres hombres. ¿Es tal vez un signo de la mayor atención de la Iglesia hacia las mujeres?

--Cardenal Amato: En este caso se trata de la simple maduración de las respectivas causas y, por lo tanto, de coincidencia fortuita. También en este campo, de todos modos, la Iglesia siempre ha dado gran espacio a sus hijas. Podemos pensar en la autoridad concedida a las abadesas de los monasterios y también en la libertad de movimientos y decisiones que tienen las superioras generales de las congregaciones religiosas.

Pero es más importante detenerse un segundo en las figuras de estas dos santas, ambas con un gran deseo de ser misioneras. Ana Schäffer, sin embargo, no pudo realizar este sueño por estar afectada por incidentes y enfermedades, que la obligaron por largo tiempo a permanecer en cama. Aceptó su enfermedad como camino de santificación personal y de edificación del prójimo.

Marianne Cope, en cambio, es conocida como la madre Mariana de Molokai. Como san Damián de Veuster, también ella se prodigó con heroísmo y abnegación en la asistencia a los leprosos. En la Iglesia la santidad está siempre acompañada por la caridad hacia los necesitados. Esta benéfica proyección social hace del Evangelio el libro de la vida para la humanidad entera.

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El beato Timoteo Giaccardo, apóstol de los nuevos tiempos
Hoy se celebra al primer presbítero que tuvo la Sociedad de San Pablo
Por el padre José Antonio Pérez SSP*

ROMA, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).-La sociedad necesita propuestas de vida cristiana fuertes, puntos de referencia válidos, capaces de dar sentido profundo a la existencia. En resumen: necesita santos. En palabras del beato Santiago Alberione: “Se necesitan santos que nos precedan en estas rutas aún no batidas y en parte ni siquiera indicadas”. Por la gracia de Dios el beato Timoteo Giaccardo ya ha realizado, el primero entre los paulinos, este deseo del Fundador ynos ha precedido en los difíciles caminos del apostolado moderno, mostrando cómo se puede conciliar la más alta contemplación con la más intensa vida apostólica.

Algunos rasgos biográficos

José Timoteo Giaccardo nació en Narzole (Cuneo, Italia) el 13 de junio de 1896. Aún adolescente, se encontró con el padre Santiago Alberione, quien lo encaminó al seminario de Alba. Sensible a las nuevas necesidades de la época y abierto a las nuevas formas de evangelización, con el consentimiento del obispo, pasó a la naciente Sociedad de San Pablo, como maestro de los primeros jóvenes. Primer presbítero de la Congregación, amado, escuchado venerado dentro y fuera de la Familia Paulina, ayudó a los primeros grupos de paulinos y paulinas a definir su propia fisonomía.

En enero de 1926, por su gran amor al papa, fue enviado a Roma para abrir e iniciar la primera casa filial, cerca de la Basílica de San Pablo. Por su experiencia y sus capacidades humanas, en 1936 volvió a Alba como superior de la Casa Madre, tornando de nuevo a Roma como Vicario general en 1946.

El beato Timoteo Giaccardo fue el guardián atento del patrimonio espiritual de la nueva institución, el portavoz de la mente del Fundador. Colaborador suyo fidelísimo, se prodigó sin descanso en favor de las Congregaciones paulinas, a las que guió a una profunda vida interior y a los respectivos apostolados. Ofreció su vida para que se reconociera en la Iglesia la congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. El Señor aceptó la oferta y murió el 24 de enero de 1948.

Protagonista de la nueva evangelización

Del beato Timoteo Giaccardo se conocen la bondad, la humildad, el espíritu de fe y de oración, la devoción a la Virgen, las dotes como maestro... No se conoce tanto, en cambio, su dimensión apostólica, a pesar de que fue un gran apóstol, dedicado a difundir el Evangelio a través de los medios de comunicación social, inscrito, entre otras cosas, en el colegio de periodistas profesionales.

No le resultó fácil el paso del ideal de la pastoral tradicional directa, a la mística paulina, según la cual “las máquinas son nuestros púlpitos; la tipografía es como nuestra iglesia; en el altar se multiplica Jesús eucarístico, en la tipografía se multiplica Cristo verdad”, en palabras del padre Alberione. Pero fue un paso heroico que él llevó hasta la identificación plena con el ideal del Fundador: “La impresión va concretándose –escribió–; la prensa católica es la idea reina de mi vida, la señora de mi mente, de mi voluntad, de mi corazón”.

Que su dedicación al apostolado paulino fue realmente admirable lo demuestran los hechos: poco después de llegar a Roma en 1929, de la imprenta paulina salían ya varios boletines diocesanos. En Alba, a sus funciones de dirección, formación y orientación espiritual de una casa con más de 300 personas, se añadían las preocupaciones externas: seguir los trabajos, tratar con los proveedores, las relaciones con las autoridades religiosas y civiles...

Y sin embargo, la actividad del padre Giaccardo en el campo del apostolado específico paulino fue increíblemente dinámica y fecunda. Él estimuló y fomentó la“redacción”, invitando a los hermanos a escribir para que se comunicase “la palabra que Dios ha pronunciado y nos ha confiado a nosotros”. Promovió la técnica, porque “hay que dar al apostolado lo mejor” y poco a poco renovó todos los departamentos de composición, impresión, encuadernación y expedición, con medios cada vez más modernos. Al mismo tiempo cuidaba la propaganda, para que la Palabra nose quedara prisionera en el almacén o en las librerías.

Hombre de Dios

En su homilía de apertura del Sínodo, Benedicto XVI dijo: “Los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus formas. Especialmente ellos son también los pioneros y los que arrastran en la nueva evangelización”. Casi en paralelo con estas palabras del papa, el beato Santiago Alberione afirmaba del beato Timoteo Giaccardo que “era un suscitador de energías, un apoyo para los débiles, luz y sal en sentido evangélico”.

“Las obras de Dios se realizan con hombres de Dios”, decía el Fundador. Y afirmaba del beato Timoteo:“Él fue el Maestro que a todos precedía con el ejemplo, que todo lo enseñaba, que a todos aconsejaba, que todo lo construía con su iluminada y cálida oración... Siempre todo para todos; el primero, considerándose el último; sensibilísimo, docilísimo, delicadísimo... Formador de muchas almas, modelo de toda virtud, fiel colaborador en el crecimiento de la Familia Paulina, piadoso, humilde, amado por todos, vivió de intimidad con el Divino Maestro camino, verdad y vida... En la Familia Paulina fue como el corazón y el alma”.

Por su riqueza en valores humanos, por su completa personalidad de hombre interior y hombre de acción, por su fidelidad hasta el sacrificio de sí mismo en la configuración con Cristo, en definitiva, por su gigantesca dimensión humana, espiritual y apostólica, el beato Timoteo Giaccardose presenta no solo como modelo para sacerdotes y religiosos, sino para todos los fieles, en consonancia con las directrices del papa para el Año de la fe y para el Sínodo de los Obispos, que invitan arecuperar la alegría de la fe y comunicarla de forma renovada.

De ese modo nos descubre el verdadero secreto de la plenitud y la santidad: la capacidad de vivir en unidad las diversas dimensiones de la vida, que se armonizan y se revelan a través de esa unidad personal que se consigue solo en el Maestro Jesús. Que es también el secreto del progreso, de la eficacia apostólica y de la alegría de ser cristianos.

*Postulador general de la Familia Paulina

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Mundo


Perú: Católicos alemanes dan importante donativo para la pastoral juvenil
El arzobispo de Friburgo entregó una alta suma al presidente del Episcopado peruano
ROMA, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- El pasado sábado 20 de octubre, monseñor Robert Zollitsch, arzobispo de Friburgo en Alemania, entregó en esta ciudad un donativo al presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y arzobispo de Ayacucho, monseñor Salvador Piñeiro, como producto de una colecta realizada el Día de los Católicos (Katholikentag) en Mannheim. El monto de lo recolectado, que ascendió a la suma de 25.966,78 euros, estará destinado a la pastoral juvenil de la Iglesia católica en el Perú, según informaron ambos prelados.

El “Día de de los Católicos” tuvo lugar entre el 16 y el 20 de mayo del presente año, durante el cual participaron unas 80.000 personas de todas las jurisdicciones eclesiásticas de Alemania. En este marco se celebraron también las bodas de plata del pacto de hermandad entre Alemania y el Perú, Partnerschaft, al cual asistieron cerca de cincuenta invitados desde el Perú, entre obispos, presbíteros y laicos de quince parroquias como contrapartes del Perú, así como los miembros del Consejo Nacional de Partnerschaft.

El hermanamiento entre la Archidiócesis de Friburgo en Alemania y la Iglesia Católica del Perú se constituyó en 1986 como una expresión de comunión de las Iglesias. Aquel año, se inició con una misa presidida por el entonces arzobispo de Lima, cardenal Juan Landázuri Ricketts el 23 de febrero de 1986 en la Catedral de Friburgo y, posteriormente, el 13 de abril del mismo año, el pacto fue sellado con una misa presidida por monseñor Oskar Saier, arzobispo de Friburgo, esta vez en la Catedral de Lima.

El Partnerschaft es una relación de fraternidad, hermandad y amistad entre dos comunidades parroquiales, donde ambas comparten mutuamente su fe, su vida, su realidad y su compromiso por los más necesitados en tres dimensiones: la espiritualidad, la comunicación y la solidaridad.

Hoy día existen unos 140 contactos de hermanamiento o partenariado, entre parroquias y movimientos en ambos países.

Para conocer más: www.partnerschaft-freiburg-peru.de/html/castellano.html.

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''Espero que sea una voz en el desierto de la desinformación, mentiras e hipocresía''
Gregorios III Lahan de Antioquía habla sobre la delegación pontificia que viaja a Siria
Por H. Sergio Mora

ROMA, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- Mientras el portavoz vaticano anuncia que los detalles de la delegación sinodal que enviará Benedicto XVI a Siria no están acabados, el patriarca de Antioquía y de todo Oriente, Gregorios III Laham, en conferencia realizada este sábado en el aula Pio IX del palacio San Calixto, indicó que la reconciliación es fundamental para Siria, y consideró que la delegación que viajará a su país llevará la sensibilidad de toda la Iglesia

Benedicto XVI decidió la semana pasada enviar a Siria una delegación de alto nivel para tratar de abrir una posibilidad de salida a la inmane crisis que aflije a este país.

Al inicio de la conferencia organizada por la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el patriarca se presentó: "Soy el patriarca griego católico melquita, con sede en Damasco, y en todo el mundo un arzobispo, por así decir 'un pequeño papa en comunión con Roma'. Soy presidente de la jerarquía católica en Siria, ciudadano de dicho país. Tengo los pasaportes sirio, palestino, libanés y vaticano. Amo al mundo árabe y a estos países".

Citando a un escritor, el patriarca añadió: "Nosotros somos árabes si bien no musulmanes, orientales pero no ortodoxos, católicos aunque no latinos. Una Iglesia sin fronteras en el corazón del mundo árabe, una Iglesia de los árabes en un mundo con mayoría musulmana".

Al abrir la conferencia se persignó, "y lo hago --dijo- también cuando me invitan los musulmanes. A ellos le agrada porque me invitan en cuanto católico". Y precisó: "Porque tenemos una identidad y no porque estamos unos contra otros".

Sobre la delegación que viajará a Siria compuesta por integrantes del actual sínodo de obispos que se realiza en Roma sobre nueva evangelización indicó: "Es hermoso ver que esta visita es en nombre de la diplomacia vaticana y en nombre de la Iglesia de todo el mundo, como lo demuestra la elección de los cardenales y obispos, provenientes de diversos países del mundo".

Recordó justamente la participación de los cardenales Laurent Mosengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa; Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso; Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York; Fabio Suescun Mutis, ordinario militar en Colombia; Joseph Nguyen Nang, obispo de Phat Diem.

Una composición muy interesante --opinó- porque lleva la sensibilidad de toda la Iglesia. Y concluyó: "Espero que sea una voz en el desierto de la desinformación, mentiras e hipocresía".

El patriarca subrayó que en su país la idea de la reconciliación "no es una parodia, al punto que el Gobierno ha instituido un ministerio para lograr la misma. Un punto de apertura que demuestra que existe una mente abierta en esta Siria tan maltratada por todos".

Y añadió que "la reconciliación es una palabra que va más allá de la crisis política. Siria tiene una crisis relacionada con Palestina y del mundo árabe". Y que la "reconciliación es una palabra que vale también ante la división existente entre Occidente y Oriente".

Siria es un país en donde la guerra no tiene una cara --dijo su beatitud citando el comentario de un periodista- y por ello tiene una enorme carga de mentira e hipocresía".

Recordó que la libertad religiosa en su país "no es un regalo de régimen" y que alguien dijo "que el extremismo islámico lleva la historia a mil años hacia atrás".

"Tenemos más libertad que los musulmanes. Aquí los cristianos pueden decir las cosas sin tanta cautela" y sobre la libertad religiosa añadió: "Tenemos libertad religiosa, juventud, procesiones, todo lo que ustedes tienen y a veces aún más. Se puede caminar de una iglesia a otra por la calle sin problemas".

¿Qué nos traerán quienes quieren venir después?, se preguntó el patriarca, y relanzó su pregunta: ¿En Kuwait, Arabia Saudita existe libertad?. Y comentó que en algunos países no pueden permitir que un religioso camine por la calle con hábitos, no porque son malos, sino porque obtener un estatus de libertad religosa implica tiempo. Y que ese estatus en Siria ya existe.

Sor Mariam de la Croix, coordinadora del movimiento Mushalá, que en árabe significa "reconciliación", lamentó que en el sufrimiento de esta guerra, "los medios no hayan subrayado que el pueblo no la quiere".

"Sufrimos fortísimas presiones de todas las partes, nos pintan como los malos. Hace un año, en un gran encuentro en la costa de Siria, con miles de representantes de la sociedad civili, se hizo un pacto: no vender armas unos contra los otros. Y es la población quien no quiere entrar en la tentación de una guerra civil" dijo.

El padre Ibrahim originario de Damasco, presente en Roma por motivos de estudio, comentó una experiencia como franciscano sobre la convivencia existente a dos pasos del patriarcado melquita: "Había musulmanes y judíos que enviaban a sus hijos a estudiar en las escuelas católicas y allí la gente vivía con tanta paz".

Añadió que la gente, al ver un hábito de religioso, musulmán o cristiano se pone de pié. Y es muy fácil entablar con un taxista un diálogo interreligioso de buen nivel.

Añadió algunas impresiones de su llegada a Israel después de esperar nueve meses un visado y donde vio a tantos soldados por las calles. Al ir a la Universidad Hebraica de Jerusalén vistiendo el hábito de franciscano, "encontré tantos sacerdotes que estudiaban allí, y después del miedo aparente entramos en contacto cara a cara con judíos y ortodoxos. Y muchos viéndome me saludaban también sin conocerme".

En el pasado indicó que en Siria "no se veía esa arrogancia de los fundamentalistas". Y que ahora con este terremoto "veo un despertar, pues la gente recuerda ese don de la paz en la que habíamos vivido".

Treinta años atrás, los cristianos eramos el 32% y hoy somo el 8%. La reconciliación es dura, no es fácil, si bien es el camino, indicó el sacerdote.

El día después de la conferencia, el domingo 21, se realizó una misa por los cristianos sirios y por todo el Medio Oriente. Fue en la basílica de Santa María en Cosmedín, una de las más antiguas de Roma (en donde se encuentra --en el ingreso- la "boca de la verdad").

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Entrevistas


Inaugurada la Asamblea Internacional de la Unión Apostólica del Clero
Entrevista al presidente internacional de la UAC en el marco de los 150 años de fundación
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).- Hay una asociación mundial que agrupa a obispos, presbíteros y diáconos de todos los continentes con el fin de ayudarse, compartir experiencias y colaborar también con otros. Nos referimos a la Unión Apostólica del Clero (UAC), que inauguró hoy su Asamblea Internacional en esta ciudad con la asistencia de cerca de cien delegados de cincuenta y cinco países.

Para conocer un poco més de esta obra que favorece tanto al clero, nacida hace 150 años en Francia, ZENIT entrevistó a su actual presidente internacional, el colombiano monseñor Julio Botía Aponte.

¿Qué es y qué se propone la Unión Apostólica del Clero?

--Monseñor Botía: Ante todo, saludo a cada uno de los lectores y les agradezco este breve espacio en el que vamos a conversar sobre un camino, un instrumento muy importante para la santificación y progreso integral del clero diocesano (obispos, presbíteros y diáconos). En la Unión Apostólica del Clero (UAC) nos ayudamos a vivir con fidelidad nuestra vida, a ser buenos pastores, pastores santos. Además, nos ayudamos a ejercer nuestro ministerio para que efectivamente nos santifique y para que produzca buen fruto en la comunidad eclesial que estamos sirviendo.

Hay mucha colaboración entre ustedes, según veo...

--Monseñor Botía: Dentro de este ministerio, damos mucha importancia al servicio a nuestro presbiterio diocesano y a los cohermanos que están en alguna necesidad. Nos ayudamos entre nosotros y ayudamos a los cohermanos del clero diocesano. Esto se vive y se ve, sobre todo, en los pequeños grupos o fraternidades UAC que hay dentro de los presbiterios diocesanos. Ellos, con su obispo, se ayudan a vivir y a servir como los apóstoles con Jesús.

¿Qué importancia tiene la Asamblea internacional de estos días para la vida de la UAC?

--Monseñor Botía: Todas nuestras asambleas internacionales son muy importantes, pero ésta del 2012 tiene una importancia especial. En cada asamblea están representados miles de hermanos sacerdotes de muchas naciones, ellas sirven para valorar la vida y los servicios realizados por las Uniones nacionales y por la Confederación internacional. Además, en cada una de ellas se discierne y se asumen líneas de acción para el nivel internacional y se dan recomendaciones a las Uniones nacionales y a las Uniones diocesanas. En esta asamblea del 2012 tenemos varias cosas especiales, como la celebración de los 150 años de la UAC, y el tema asumido, que es “La Unión Apostólica al servicio de la Iglesia hoy”.

¿Qué otras características tendrá esta reunión?

--Monseñor Botía: Comenzamos el lunes 22 de octubre y finalizaremos el 26, asumiendo compromisos concretos para nuestra vida y servicio al clero en la Iglesia hoy. Estamos proponiendo un programa con unos contenidos interesantes y una dinámica muy participativa: al inicio, hacemos dos reflexiones fundamentales; después, compartimos lo más significativo de la vida y servicios de nuestras Uniones nacionales y de la UAC internacional, para las cuales debatiremos proyectos que se nos propondrán y podremos discernir líneas de acción para el futuro.

¿Quiénes asisten y de qué países vienen?

--Monseñor Botía:En la Asamblea internacional participan los presidentes de las Uniones nacionales de todo el mundo, los referentes nacionales, los miembros de la Dirección internacional y del Consejo internacional y otros invitados de las naciones. Están inscritos casi cien participantes de todos los continentes, que representan cohermanos de cincuenta y cinco naciones.

¿Qué iniciativas tienen para la celebración del 150 aniversario?

--Monseñor Botía: El 24 de octubre tendremos la celebración internacional de este aniversario.Compartiremos la solemne Eucaristía en la Basílica de San Pedro.Después, participaremos en la audiencia con el santo padre; viviremos en ambiente de fiesta todo el día y lo finalizaremos con un programa cultural. Durante este año, también en cada nación y en cada diócesis los miembros de la UAC celebrarán esta fiesta. Lo más importante será recibir nuevos dones de Dios para crecer en calidad y cantidad al servicio de los hermanos en los presbiterios diocesanos.

¿Cómo se puede participar de la UAC?

--Monseñor Botía:Podemos participar poniéndonos de acuerdo con otros amigos o compañeros pastores (obispo, presbíteros, diáconos) para formar un grupo en el que nos ayudemos a crecer integralmente y a servir a otros hermanos del presbiterio diocesano. Con la lectura de los Estatutos o del folleto ‘Hermanos y Servidores’, nos decidiremos a unirnos a la UAC diocesana, nacional e internacional. Aunque la UAC esté ya establecida en la diócesis, le pedimos a nuestro obispo su apoyo moral. Luego, nos dedicamos a vivir y a crecer como buenos hermanos y servidores en nuestro grupo y hacia los demás hermanos. Participamos, también, en actividades que la UAC realiza en nivel nacional y apoyamos los servicios al clero de todo el mundo con nuestra oración diaria por él y con nuestra pequeña contribución anual de ocho euros.

Los tiempos nos exigen preguntarle... ¿Cómo debería ser el presbítero para la Nueva Evangelización?

--Monseñor Botía: El camino que cada uno de los pastores hemos de hacer para la Nueva Evangelización es el de configurarnos mejor con Cristo Pastor, Cabeza y Esposo, perfeccionar nuestra caridad pastoral, vivir la comunión fraterna con todas las personas y ejercer nuestro ministerio pastoral de manera adecuada y fiel a las exigencias de nuestra cultura, de nuestra comunidad y de la Iglesia. Para un sacerdote, la nueva evangelización es una llamada, una exigencia a dar más y mejor toda su vida en la misión que Dios nos ha encomendado. Por ejemplo, la Unión Apostólica del Clero se propone vivir esto en las diócesis y ayudárselo a vivir a otros hermanos, para que todos seamos buenos pastores para la Nueva evangelización, pastores santos.

Un mensaje a nuestros lectores, muchos de ellos miembros del clero...

--Monseñor Botía: A los hermanos obispos, presbíteros y diáconos, los invito a dar nuevos pasos de fraternidad y de servicio. Necesitamos unirnos más para afrontar situaciones y desafíos que se nos presentan en nuestra vida personal o que vienen del ambiente en que vivimos. El primer espacio para esa unión fraterna es nuestra familia de pastores, el presbiterio diocesano, que es un don y una tarea. Colaboremos mucho a fortalecerlo para que viva efectiva y afectivamente la íntima fraternidad sacramental, nos dé la mano cuando tengamos problemas y nos ayude a crecer como pastores santos. A los demás, laicos y religiosos, les invito a ser muy buenos hermanos y amigos de su párroco y de todos los pastores. Apoyémoslos con nuestra oración y nuestros servicios, ya que así serán mejores pastores para bien de todos.

Para saber más: www.unioapostolicacleri.org.

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