25.10.12

 

Hoy todo el mundo es solidario. Pregunten a cualquier famoso, famosete o famosillo y verán cómo su preocupación principal pasa por la paz, la solidaridad y los niños hambrientos. No hay personaje que no haya salido una vez en la tele que no afirme eso tan bonito de la justicia, el compartir y el darse a los demás. Y si de paso puede, sacude dos bofetadas a la iglesia porque hay que ver cómo viven los curas mientras tanta gente se muere de hambre, y sacude al gobierno por su falta de sensibilidad social cuando en España hay tantísimas personas que lo pasan mal.

Pues les voy a contar un cuento real como la vida misma y que me ha narrado uno de sus protagonistas.

Una ONG española, que trabaja mucho y bien con un colectivo especialmente necesitado, y disculpen que no pueda dar más detalles. Pues esta ONG decidió sacar un calendario solidario estas navidades para conseguir fondos para sus proyectos. Y pensó en acudir a “famosos”, es decir, “caras conocidas” para el gran público como pueden ser actores, cantantes, deportistas, gente de televisión… entendiendo que sería algo sencillo conseguir doce imágenes que apoyaran gratuitamente una causa noble.

Pues nada. A pensar en gente y a darle al teléfono. ¿Saben a cuántos personajes tuvieron que dirigirse para conseguir doce respuestas afirmativas? Se lo digo yo: a casi quinientos. ¿Pero la gente no es tan solidaria, no es cierto que todo el mundo está dispuesto a lo que sea por ayudar a los pobres? Pues parece ser que tan sólo de boquilla.

Les digo más. Muchos dijeron simplemente NO. Hubo alguno, con buenísima fama de bueno y solidario, que les mareó durante semanas con llame mañana, llame pasado, pues aún no sé, pues ya veremos, que si me llama de nuevo, para acabar diciendo que no es posible. Y por supuesto más de uno y más de dos que encantados, pero cobrando.

Pues ya ven. Luego salen los telemaratones, las revistas, las entrevistas y todos tan buenos y tan generosos. Para un calendario de doce, casi quinientas llamadas. Y ojo, que muchos de estos mismos, y tengo nombres, son los que en programas de televisión ponen verde a la Iglesia por su falta de solidaridad. Pero ellos ni una foto, o si se la hacen, cobrando.

No. No digo nada. Nadie tiene obligación de colaborar ni de dejarse hacer una foto normalísima para apoyar una buena causa. ¿Pero a que no se lo hubieran imaginado? Para fiarse de esta panda. Como dijo ante otra panda el conde de Romanones, ¡jo, qué tropa!