25.10.12

Gracias, don Amancio

A las 8:05 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad

 

La Fundación Amancio Ortega va a donar 20 millones de euros a Cáritas para los programas de atención básica de la institución eclesial. Para que el lector se pueda hacer una idea de la importancia de esa cantidad, valga con que se lea la noticia que dimos ayer sobre la Memoria anual de Cáritas Española del año 2010. En total se dedicaron más de 250 millones de euros en atender a los pobres el año pasado. Los 20 millones de don Amancio -vía su fundación- suponen un 8% de esa cantidad.

Conviene tener en cuenta que Cáritas llega hasta donde puede. Es decir, si en vez de tener a su disposición 200 ó 300 millones de euros, tuviera el triple, podría atender a muchas más de personas o mejorar considerablemente la ayuda a los que ya recurren a sus servicios. Y en vista de que los recortes económicos que sufren las administraciones públicas afectan también, para vergüenza de nuestros gobernantes lo digo, a los servicios sociales que se prestan a los más necesitados, la labor de Cáritas es hoy más necesaria que nunca. Toda ayuda extraordinaria, como la que acaba de tener lugar, es semilla que produce fruto abundante.

Hay quien piensa, e incluso dice, que don Amancio debería de haber dado esta ayuda de forma discreta. Es decir, aquello de que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Pero sinceramente, creo que es bueno que estas cosas se hagan públicas por varias razones. La primera de todas es que puede animar a otras personalidades ricas a hacer lo mismo. En España hay muchas grandes fortunas para las que 20 millones de euros, incluso más, no son una cantidad estratosférica.

También es muy importante hacer público el hecho de que alguien con una capacidad empresarial tan destacada como don Amancio haya tenido muy en cuenta que Cáritas “ha demostrado con suficientes pruebas que llega a mucha gente, que llega muy rápido y que tiene una capacidad de cobertura en el ámbito nacional prácticamente absoluta“. En otras palabras, nadie como la Iglesia -pues Cáritas es Iglesia- tiene tanta capacidad de dar de comer al hambriento, de beber al sediento y de vestir al desnudo.

No parece don Amancio una persona muy dada a acaparar protagonismo mediático. No parece que le gusten los focos y las cámaras. Y es por ello que no tendría sentido pensar que lo que está buscando con este gran donativo sea aquello que criticaba el Señor de los que proclamaban a bombo y platillo sus grandes limosnas. Y en todo caso, Cáritas necesita tanto los céntimos de la abuela pobre como los millones del empresario rico.

Por tanto, don Amancio, gracias por ayudar a quienes ayudan.

Luis Fernando Pérez Bustamante