31.10.12

Un angelito llamado Nuria

A las 8:54 AM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

 

Hacía tiempo que no me emocionaba en la acogida de Cáritas. Pero la historia de Manoli me superó. Llegó a España de allende los mares ilusionada con un nuevo Dorado esta vez en el camino inverso. El principio no fue malo a pesar de no tener “papeles”. Todavía atrapó los últimos coletazos de tiempos buenos, pero pronto se torció todo.

Los dos al paro. Un niño en camino. El esposo perdió la vida un día cualquiera camino de un trabajo ilegal para un sin papeles. Un entierro de caridad. Un parto que se adelanta. Manoli con la gran riqueza de su hijo… y nada más.

Hoy malvive en una habitación realquilada sin más apoyo que unos servicios sociales insuficientes y Cáritas que nunca falla. Por no tener, no tiene ni leche para su hijo de tres meses. Ayer hasta nos quería mostrar su pecho seco mientras lloraba. ¡Cómo va a tener leche, si hay días que come un yogur y un bollo escamoteados tras la estantería de un hipermercado!

En Cáritas le hemos facilitado un carrito para el bebé y la ropita que necesita, pañales y alimento para los dos. Pero hay más cosas. Un mes de alquiler de habitación que se debe y las maletas en la puerta. No tiene ni un euro para comprar un simple epiretal. Ni para un bono transporte.

A veces, cuando hay problemas serios, Dios manda un angelito para aliviar el sufrimiento. Hoy nos ha mandado un angelito pequeño, de apenas ocho años, que se llama Nuria.

Estaba charlando con Manoli. Nos ha pillado en un momento difícil. Los problemas se multiplican y sientes que no llegas. Pura impotencia. Y apareció el angelito Nuria de la mano de papá.

Jorge, ¿tienes un momento? Sólo dos minutos por favor. Y entonces Nuria ha sacado un sobre del bolsillo de su abrigo y me ha contado que esta semana fue su cumpleaños y que en vez de juguetes pidió a sus amigos un donativo para Cáritas, y que estaba en ese sobre. ¿Os imagináis? Sólo le dije: “hoy estaba necesitando un angelito y has sido tú”.

Me acerqué a Manoli. Y así se lo dije: “mira, no tenía nada, pero me ha venido un angelito con un regalo de parte de Dios”. No es que sea mucho, pero de momento tienes habitación un mes más y me parece que sobra algo para el bono transporte y el epiretal.

Dios es así. Y cuando menos te lo esperas te manda un angelito con algún regalo especial.

Hoy el angelito se llamaba Nuria.