1.11.12

Carlos Romero, presidente de la ACdP, desconoce los Seminarios españoles

A las 1:22 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Carlos Romero presentó en Madrid el Congreso de Católicos y vida pública. A su lado estaba un periodista de garra: Rafael Ortega.

El tema del congreso será: Un nuevo compromiso social y político.

En el transcurso de la presentación Carlos Romero afirmó lo siguiente:

“La asignatura de Comunicación debería estar en el Seminario".

Se nota que Carlos Romero desconoce el plan de estudio de los Seminarios españoles.

Se lo voy a explicar.

El que suscribe las líneas de este post, cuando ejercía el ministerio de delegado diocesano de medios de comunicación social de mi diócesis de origen, impartía la asignatura de Pastoral en los medios de comunicación social.

Hablamos de los años noventa. Por entonces, al no existir un manual apto para este menester, el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, el sacerdote catalán Joan Puyol, coordinó la publicación de un libro titulado: Introducción a los medios de comunicación, en el cual intervinieron los mejores especialistas de la prensa, la radio, la televisión, el cine, la propaganda, y las nuevas tecnologías que apuntaban su creta para convertir en realidad el concepto de multimedia telemática en una realidad palpable.

Con estas herramientas el que firma más abajo estuve varios cursos dando a conocer cómo la asignatura de la Comunicación era esencial para los curas que por aquellos años se ordenaron de presbíteros dentro de mi diócesis de origen.

Al cesar en el cargo de delegado diocesano de medios, el sustituto hizo lo mismo.

Por lo tanto,sepa que, señor Carlos Romero, por lo menos en el Seminario de Jaén se estudia Comunicación y cómo se comunica en prensa, radio, televisión y nuevas tecnologías.

El hecho de que aquellos curas sean hoy unos mejores o regulares comunicadores pertenece al secreto interno de la actuación pastoral de cada uno. Pero la formación se la dimos con total honestidad.

Tomás de la Torre Lendínez