4.11.12

Provida violada y embarazada por su padre

Historia sobrecogedora de una joven argentina. De esas que no sabes si contar porque duele, y lo primero que arranca es compasión y muchas oraciones por ella y por la criatura. La historia ha sido sacada a la luz con motivo de un proceso de «aborto no punible por violación».

La chica de 22 años fue violada repetidas veces, entre los 8 y los 12 años por su padre, quedó embarazada y sacó adelante a su hijo. Ella se opone al aborto y lo que pide es mayor rigor para las condenas de los violadores. En este caso el «argumento» lo da quien ha vivido la dolorosa experiencia:

«No es la solución, cada mujer que haga con su cuerpo lo que quiera pero no con el del bebé»

Antes hubo llanto, miedo. Relata las presiones, la decisión y la alegría:

«Me decían que si abortaba nadie me iba a juzgar y que si seguía con el embarazo después iba a terminar llena de hijos y sin estudio y no fue así, acá estoy a punto de terminar mi carrera (Programador en Sistema), tengo unas horas de clase y mi hijo es mi vida»

La muchacha reconoce que salir adelante tras vivir una situación de abuso y más cuando se tiene un hijo a esa edad «no fue fácil» y en muchos casos el entorno no colabora «salí escoltada y no me dejaron porque no era ejemplo, estaba embarazada», comentó un toque de ironía, pero también sostiene con vehemencia que:

«Esa vida no tenía la culpa. El no es el padre ni va a ser igual a él, realmente me hubiera hecho más daño si abortaba»

Se declara radicalmente provida –radical de raíz–. El cariño y el acompañamiento fueron fundamentales, no la ayuda económica. Se hizo adventista, encontró una comunidad que la arropó:

«Vivíamos en una casa de barro, sin agua potable y mi mamá trabajaba en casas de familia pero a veces solo teníamos para un té, no se trata tampoco de una situación económica, sino de la gente que te rodea»

Agradezco su testimonio, mucho más valioso que el de cualquier «teórico» abortista. Las enseñanzas son tan obvias que no merece tratarlas con más profundidad. Esos familiares «católicos de boquilla» que preferían asesinar a la criatura, en una escala de valores que no se entiende, esos que juzgan tan alegremente los casos de «madres solteras».

Me venía a la cabeza la labor fundamental de apoyo que realizan iniciativas como Red Madre o Adopción Espiritual y muchas otras (aquí siempre meto la pata al no mencionar a todas, lo siento). Es una faceta de la lucha provida que acapara desgraciadamente pocos titulares y que si tenéis la oportunidad de poder implicaros os aseguro que comprobaréis de primera mano que «magna et mirabilia sunt opera tua, Domine!».