La derecha anuncia que derogará la ley si llega al poder

Quince mil alcaldes franceses piensan objetar para no celebrar matrimonios homosexuales

 

El Gobierno francés presentó ayer el proyecto de ley que legaliza el matrimonio homosexual, el primer paso de esta proyecto de ingeniería social contraria a la ley natural prometida por el presidente, François Hollande, que tiene por delante un gran camino legislativo y que cuenta con la oposición de la derecha política francesa y de diferentes confesiones religiosas. De hecho, quince mi alcaldes han firmado una petición para que se reconozca su derecho a la objeción de conciencia si finalmente se aprueba la ley.

08/11/12 9:05 AM


(Agencias/InfoCatólica) Hollande considera este proyecto de ley «un paso más hacia la igualdad de derechos» y «un avance hacia la seguridad jurídica y la solidaridad de las personas que eligen casarse y de sus hijos», según relató la portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, al término del Consejo de Ministros en el que se presentó el proyecto.

El texto entra ahora en un largo trámite parlamentario, que el Ejecutivo ha decidido retrasar a enero próximo para dar más margen al debate, y en el que se verán las posiciones enfrentadas de socialistas y conservadores.

División en la sociedad y también entre los socialistas

Los sondeos revelan que la sociedad francesa pide de forma mayoritaria el matrimonio homosexual, pero es menos categórica a la hora de reconocer su derecho a la adopción.

El vespertino «Le Monde» publicó hoy un sondeo que revela que el 65 % de los franceses son favorables a las bodas entre personas del mismo sexo, pero solo el 52 % cree que deben poder adoptar.

El presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, aseguró que derogarán la ley si llegan al poder.

Gilbert Collard, diputado del Frente Nacional en la Asamblea, pidió un referéndum para inscribir en la Constitución la prohibición del matrimonio homosexual.

Incluso en el seno del Partido Socialista (PS) algunas voces piden que se profundice en el debate sobre la homoparentalidad, lo que promete semanas de dura pelea parlamentaria antes de la aprobación definitiva de la ley.