14.11.12

 

Hace unos días, la Conferencia Episcopal Paraguaya ha hecho pública una carta pastoral en torno al Año de la Fe que ha comenzado toda la Iglesia católica el pasado mes de octubre. Se titula “El Año de la Fe renueva a las familias y a la Iglesia”, y añade la siguiente cita del Nuevo Testamento: “Los Apóstoles dijeron al Señor: auméntanos la fe” (Lc 17,5).

La carta pastoral es el fruto de la 196ª Asamblea Plenaria Ordinaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Como señalan los prelados de ese país, interpelando a sus fieles, “después de compartir juntos nuestra reflexión, queremos dirigirles una Carta pastoral que deberá dar un gran impulso a la Nueva Evangelización, abundantes gracias y numerosas vocaciones a nuestra Iglesia al servicio del Pueblo de Dios”.

La carta habla sobre los obstáculos internos y externos a la vivencia de la fe cristiana en la realidad paraguaya. Reproducimos a continuación lo que se refiere a las sectas, enmarcado en un apartado en el que se habla del relativismo y también de la masonería.
 

Entre otros obstáculos externos, notamos también:

La realidad del relativismo globalizado con mayor fuerza prescinde de Dios y combate la religión cristiana, impide la verdad, al afirmar que “todo es relativo” según lo que le conviene a uno mismo; el consumismo y el hedonismo y el neoliberalismo, crean una mentalidad materialista y egoísta, que dan poca cabida a la fe cristiana, y generan mayor inequidad social.

La corrupción, la injusticia y la impunidad en el mundo político, social y económico debilitan la fe y las ganas auténticas de trabajar por el Bien Común.

La ideología de género pretende destruir la ecología de la persona humana.

Tomamos conciencia de la presencia de las sectas que abundan cada vez más, y que son un peligro por desviar la fe católica. Por eso el católico debe participar activamente en su comunidad católica y no en las sectas.

Hay padres católicos que al enviar a sus hijos a las escuelas de iglesias separadas o de sectas, exponen a sus hijos a la pérdida de la fe católica. Por ello, los padres deben intensificar en el hogar la formación católica de esos hijos.

La masonería, al no reconocer la divinidad de Jesucristo, ofrece engañosamente un atractivo de filosofía mezclada con una filantropía que contradice la fe cristiana. Por tanto, ningún católico puede formar parte de la masonería.