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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de noviembre de 2012

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato Bernardino de Fossa
''Fecundidad de una vida entregada a Dios''

Nueva Evangelización

Croacia: Juntos en Cristo en el Año de la Fe
El XV Encuentro de los obispos católicos de rito oriental concluyó en Zagreb-Krizevci

VENTANA AL MUNDO

Se publica la edición crítico histórica de un libro de entrevistas al fundador del Opus Dei
''Conversaciones con Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer'', se publicó en 1968

CULTURA Y EDUCACIÓN

Los Borja y la leyenda negra
Relectura histórica del papa más denigrado de la historia por el escritor italiano Mario Dal Bello

MÚSICA Y ARTE

Aprender, curarse y comer con santa Hildegarda de Bingen
Crece la difusión de los conocimientos de la nueva Doctora de la Iglesia (I)

El artista que conoció la belleza de la vida cristiana tiene que transmitirla
Entrevista con el español David López Ribes, ganador del premio de las Academias Pontificias

SANTOS PARA EL SIGLO XXI

Mártires, hombres y mujeres que reconcilian y perdonan
Entrevista con Miguel Varona, postulador de las causas de los santos de la Diócesis de Córdoba


SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato Bernardino de Fossa
''Fecundidad de una vida entregada a Dios''
MADRID, martes 27 noviembre 2012 (ZENIT.org).- Hoy Isabel Orellana Vilches propone a los lectores la vida de un beato franciscano, atraído por el carisma de uno de los santos más populares, alegres y simpáticos de todos los tiempos, el "pobrecillo" de Asís.

*****

Por Isabel Orellana Vilches

Hoy, día en que la Iglesia conmemora la festividad de la Medalla de la Virgen Milagrosa, también celebra la figura de este insigne beato italiano. Y viendo su acontecer, el modo en el que se produjo su llamamiento, nuevamente se constata la riqueza de la vida apostólica que urge a evangelizar a tiempo y a destiempo, en todo lugar y situación, según advirtió san Pablo.

Como es sabido, son incontables las vocaciones suscitadas por el carisma que san Francisco de Asís legó a la Iglesia. A lo largo de los siglos jóvenes de toda edad y condición han querido seguir sus pasos y entregar a Cristo lo mejor de sí mismos. Bernardino (denominado Juan al ser bautizado) fue uno de ellos. Había nacido en la localidad italiana de Fossa en 1420 o en 1421. Al margen de su procedencia familiar y social, de la que no parecen conservarse datos fidedignos, se aprecian inteligencia y virtud en su devenir que le llevaron siendo joven a convertirse en un destacado especialista en leyes, cuyo doctorado obtuvo en Perugia. Fue contemporáneo de san Jaime de la Marca, quien en 1445 tomó sus votos como nuevo integrante de la Orden de los Frailes Menores de la observancia. Bernardino tenía entonces 21 años. Una edad formidable en la que se presume un futuro cuajado de promesas, que en su caso podía haber sido halagüeño dadas sus altas cualidades intelectuales.

Pero su determinación a seguir a Cristo era la salida natural para un muchacho fascinado por otro gran santo franciscano, Bernardino de Siena, que al poco de ser nombrado vicario general en 1438, comenzó efectuando la visita apostólica a las fundaciones por L’Aquila, zona circundante a Fossa. Y el joven Bernardino se hallaba entre la muchedumbre que escuchó su encendida e inolvidable predicación en Santa María de Collemaggio siendo testigo de un hecho singular que sucedió en el transcurso de la misma. En efecto, mientras el santo hablaba de la Asunción de María, una estrella refulgente brillaba en el firmamento rivalizando en su potencia con la propia luz de sol, que incluso superó. Aquél día Bernardino estaba en el lugar y momento oportunos, esos que la divina providencia tenía trazados para él desde toda la eternidad.

Mientras se formaba en el convento de Monteripido, el joven fraile, que había escuchado predicar en otras ocasiones a su santo superior, le tomó como modelo para su vida religiosa. Además, sería su primer biógrafo. Desde un principio Bernardino se reveló como un extraordinario predicador que transmitió la fe en la región de la Umbría y los Abruzzos y en otros puntos de Europa. Se recuerda en particular la predicación de la cuaresma realizada en Sebenik (Dalmacia), pero en todas ellas se produjeron grandes conversiones. A su paso iba dejando el sello de su ardor apostólico enriquecido por su sencillez, prudencia, obediencia y humildad, entre otras virtudes que le caracterizaron. Era un hombre capacitado para asumir las grandes misiones que le encomendaron y que desempeñó con abundantes frutos en distintos puntos de Italia. Durante varios años fue vicario provincial, vicario de Bosnia y Dalmacia y procurador general ante la curia romana. Además, participó en diversos capítulos generales en Roma, Asís, Milán, Mantua y L’Aquila. Cuando hizo acto de presencia en su vida la enfermedad ocasionándole muchos sufrimientos, dio ejemplo de resignación y paciencia en todo momento. Un día a través de san Bernardino de Siena, que se le apareció, recibió la gracia de su curación, lo cual le permitió continuar una intensa misión apostólica que discurrió con los mismos parámetros de entrega y entusiasmo que había marcado su trayectoria evangelizadora anterior.

Fue fundador de varios conventos, entre otros el de Santo Ángel d'Ocre donde residió, aunque el fin de su vida llegó cuando se encontraba en el convento de San Julián situado en el entorno de L´Aquila. Era un gran y prolífico escritor, autor –además de la biografía ya mencionada de san Bernardino de Siena–, de numerosas obras históricas y teológicas, algunas de las cuales han sido reeditadas, aunque la mayoría son inéditas. Fue agraciado con el don de milagros. Entregó su alma a Dios el 27 de noviembre de 1503 cuando tenía 83 años, una avanzada edad para la época. León XII aprobó el culto el 26 de marzo de 1828.

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Nueva Evangelización


Croacia: Juntos en Cristo en el Año de la Fe
El XV Encuentro de los obispos católicos de rito oriental concluyó en Zagreb-Krizevci
ROMA, lunes, 26 noviembre 2012 (ZENIT.org).- Con una misa del rito latino presidida por el cardenal Josip Bozanić, arzobispo de Zagreb y que contó con la participación del nuncio apostólico en Croacia, monseñor Alessandro D’Errico, se abrió en la capital croata el encuentro anual de los obispos católicos de rito oriental. "Queremos con esto demostrar la Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia, con el papa de Roma a la cabeza", recordó monseñor Nikola Kekić, obispo de Krievci, que aloja el encuentro. Para enfatizar el vínculo que une Croacia con las otras tradiciones orientales de Europa se usó, en la parte central de la misa, la antigua lengua croato-glagolítica, una forma devetero-croata relacionado con el alfabeto eslavo más antiguo, creado por los santos hermanos misioneros Cirilo y Metodio que desempeñaron un papel importante en la obra de la evangelización, durante el siglo IX, de los pueblos eslavos.

La Iglesia grecocatólica de Krievci

El encuentro se celebra este año en Croacia en ocasión de los 400 años de la renovada unión de la Iglesia grecocatólica croata con la sede apostólica de Roma sancionada y conocida como unión de Marča.

La eparquía de Krievci es una sede sufragánea de la archidiócesis de Zagreb. La sede eparquial es la ciudad de Krievci (a unos 40 km de Zagreb), donde se encuentra la catedral de la Santísima Trinidad. Actualmente su territorio está subdividido en 44 parroquias. Antes tenía jurisdicción sobre los territorios de Yugoslavia (Croacia, Serbia, Macedonia, y Bosnia-Herzegovina). Después de la formación de las repúblicas independientes de la que había sido Yugoslavia, en 2011 se fundó un exarcado apostólico separado para los grecocatólicos en Macedonia; en 2002 se creó otro exarcado con jurisdicción en Serbia y Montenegro. Hoy, la jurisdicción del obispo de Krievci se extiende sobre los grecocatólicos de Croacia, Bosnia-Herzegovina y Eslovenia. Son tres naciones con tres pueblos (croatas, ucranianos y rusos) correspondientes a tres tradiciones: la croata, la de Galitzia (ucraniana) y la de Mukachevo.

La eparquía cuenta con unos 22.000 fieles

En las palabras de apertura, con un mensaje dirigido a los participantes, el cardenal Péter Erdő, Presidente del Consejo de las conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el organismo episcopal continental que desde hace años promueve la reunión, reiteró la importancia de estos encuentros "para que se continúe realizando como lugar de comunión y de testimonio de fe" y ha subrayado el empeño común para que las tradiciones de las Iglesias católicas de rito oriental "sean más conocidas y amadas por los fieles y el clero de todo el mundo".

La contribución de los padres conciliares orientales al Concilio Vaticano II

En el año en el que la Iglesia recuerda el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, los participantes se interrogaron sobre la contribución de los padres conciliares orientales al Concilio con la ayuda de mons. Dimitrios Salachas, exarca apostólico (obispo) para los católicos de rito bizantino en Grecia. De los 2.200 padres sinodales, unos 200 eran obispos católicos orientales. Su contribución fue grande, tanto en la fase preparatoria como en la discusión y redacción de numerosos documentos conciliares, pero se puede encontrar en particular en dos decretos el Orientalium Ecclesiarum, sobre la naturaleza y la misión de las Iglesias Orientales y el Unitatis Redintegratio, el documento sobre el diálogo con las otras iglesias cristinas: ambas inspiradas por la constitución dogmática Lumen Gentium (uno de los cuatros documentos base de la renovación de la Iglesia católica del siglo XX que es también la base del Código de los cánones de las Iglesias orientales).

En Zagreb, los obispos católicos orientales se interrogaron sobre las aplicaciones de las indicaciones conciliares en las respectivas Iglesias y sobre las directivas que regulan la relación entre la Iglesia del rito latino y las Iglesias católicas orientales.

¿Qué aplicaciones encuentran la reflexión sobre el origen apostólico de las Iglesias orientales y de las Iglesias patriarcales en particular cfr. Lumen Gentium, 23), hoy en la Iglesia Católica? ¿Qué rol tienen las Iglesias orientales en el diálogo ecuménico, en particular con las Iglesias ortodoxas (cfr.Unitatis Redintegratio)? ¿Y cómo se expresan hoy en Europa las peticiones pastorales de los obispos de rito latino que acogen en sus diócesis comunidades que crecen cada vez más, de files de rito oriental? ¿Cuál es el rol de las iglesias orientales en diáspora? En resumen, los obispos presentes en la capital croata se han preguntado cual sería el rol de las iglesias orientales en la "catolicidad" (universalidad) de la Iglesia a 50 años del Concilio y como es mejor evidenciar esta contribución, con la conciencia de que sigue existiendo una cierta ignorancia en la misma Iglesia católica a cerca de las tradiciones litúrgicas, teológicas y culturales de las Iglesias orientales.

La legislación de las Iglesias orientales después del Concilio Vaticano II

Se apreció de forma particular la contribución de monseñor Cyril Vasil’, secretario de la Congregación por las Iglesias Orientales, que recorrió a grandes rasgos el proceso que llevó a la realización del Código de los cánones de las Iglesias orientales, publicado en 1990, y prestó especial atención a las Iglesias orientales en documentos sucesivos.

El Código constituye un unicum en la historia de la Iglesia. Es la primera vez que las Iglesias orientales tienen un corpus de normas basado en cánones antiguos y promulgado por el Soberano Pontífice. El Código es fruto de un trabajo intenso de recogida de fuentes, de las legislaciones particulares de las Iglesias orientales, y de un largo proceso de reflexión que ya había llevado a una primera forma de Código, nunca publicado, porque se prefirió atender a los resultados que la reflexión del inminente Concilio Vaticano II había aportado. En 1972, la idea de un código específico para las Iglesias orientales se toma de nuevo y se instituye una comisión especial con la tarea de elaborar algunas Líneas guía para la realización del futuro código. Estas mismas líneas, junto al Código de los cánones para las Iglesias orientales, se han convertido también en punto de referencia para algunos documentos post-conciliares relacionados con la dimensión ecuménica o a la pastoral de los migrantes.

Durante el encuentro, la asamblea quiso expresar su gratitud a monseñor Vasil’ y a la Congregación para las Iglesias orientales, por la delicada tarea de mediación en el vigilar que la Iglesia pueda expresar lo mejor posible su "catolicidad" en su misión de anuncio del Evangelio también frente a las complicaciones que puedan surgir en la convivencia de varias tradiciones eclesiales y ritos en el mismo territorio.

El Sínodo sobre la Nueva Evangelización y las Iglesias católicas orientales

El obispo de Oradea-Mare (Rumania), monseñor Virgil Bercea, que participó en el último Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización, compartió con los participantes su experiencia sinodal personal resaltando la contribución de los padres sinodales orientales a la discusión. El Sínodo de octubre pasado fue un momento de discernimiento comunitario dirigido a individuar los estímulos adecuados para responder al desafío del anuncio de Cristo en el actual contexto sociocultural. La contribución específica a la nueva evangelización de las Iglesias orientales pasa primero a través de la fidelidad al "modelo de evangelización cirilo-metodiano", caracterizado por un anuncio del Evangelio marcado y alimentado por una fuerte espiritualidad, una liturgia en lengua nativa y la fidelidad al Sumo Pontífice. A eso se le añade el testimonio, el martirio de tantos obispos, sacerdotes y fieles laicos, que aparecen hoy como un don frente a la crisis antropológica que, a menudo, hace al hombre moderno incapaz de justificarse a sí mismo y a la orientación de la propia existencia. También, las Iglesias católicas orientales se enfrentan a estos fenómenos globales porque afectan a muchos de sus fieles inmigrantes poniendo así a sus respectivas Iglesias, nuevas cuestiones pastorales que necesitan soluciones adecuadas y originales.

El Catecismo de la Iglesia grecocatólica ucraniana

Durante el encuentro, su beatitud Svjatislav Ševčuk, arzobispo mayor de la Iglesia grecocatólica ucraniana, presentó el Catecismo "Cristo nuestra Pascua", el "libro" con el que la Iglesia propone su enseñanza sobre la fe y la moral. Es la primera vez en la historia de la Iglesia grecocatólica ucraniana que dispone de un catecismo propio. El catecismo es fruto de diez años de trabajo y ha involucrado a toda la Iglesia grecocatólica. Es una respuesta a la misma invitación de la Iglesia católica, que este año celebra el 20 aniversario de la publicación, y que contemplaba la posibilidad para las iglesias locales, de tener un catecismo adecuado a las exigencias y a la realidad local. Para su beatitud, la función del catecismo recién creado es la de ayudar a los fieles grecocatólicos ucranianos a conocer mejor la fe en Cristo y encarnarla más profundamente en su propia vida; custodiar y desarrollar la tradición cristiana de san Vladimiro; testimoniar la unión entre la tradición cristiana de Kiev y el cristianismo universal (católico); y renovar y consolidar en la fe, en la tradición oriental católica y en la unidad, a los fieles grecocatólicos ucranianos. El catecismo se ha traducido al italiano y al inglés, y se están realizando las traducciones al portugués y español.

El sábado 24 noviembre, los participantes se reunieron en audiencia privada con el presidente de la República de Croacia Ivo Josipović, que destacó la contribución de la Iglesia grecocatólica croata a la vida de la actual sociedad croata. Por la tarde se dirigieron en peregrinación al santuario nacional de la "Madre de Dios", en Marija Bristrica.

El trabajo terminó el domingo 25, con la celebración de la divina liturgia en la catedral grecocatólica de la Santa Trinidad en Krievci, y retransmitida en directo por la Televisión Nacional Croata.

Los trabajos se desarrollaron en un clima cordial y de amistad, y se enriquecieron con momentos de oración y la celebración diaria de la Eucaristía con la comunidad grecocatólica local y con la de rito católico. La liturgia, muy cuidada y con mucha participación, permitió que las palabras intercambiadas en el encuentro fueran también expresiones de una experiencia vivida. Se apreció de forma particular la acogida de monseñor Nikola Kekić, obispo de Krievci y del cardenal Josip Bozanić arzobispo de Zagreb.

El encuentro 2013 tendrá lugar en Eslovaquia en Košice, que el próximo año será capital europea de la cultura, del 17 al 20 de octubre en ocasión de los 1.150 años de la misión de los santos Cirilo y Metodio en el país y con la invitación de monseñor Milan Chautur, obispo de Košice.

Traducido del italiano por Rocío Lancho García

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VENTANA AL MUNDO


Se publica la edición crítico histórica de un libro de entrevistas al fundador del Opus Dei
''Conversaciones con Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer'', se publicó en 1968
ROMA, martes 27 noviembre 2012 (ZENIT.org).- En 1968, salía la primera publicación del libro "Conversaciones con Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer". Ahora ve la luz la edición crítico-histórica de dicho libro, realizada por el profesor José Luis Illanes y con Alfredo Mendiz, editada por la española Ediciones Rialp, que fue presentada en Roma en una rueda de prensa.

El libro de 570 páginas es fundamentalmente para estudiosos o personas que quieren profundizar la vida de la prelatura personal que hoy reúne a más de noventa mil personas en el mundo.

“Cuando decimos crítico histórica --indicó el profesor Illanes- no nos referimos como se suele entender, a una recolección de documentos o de homilías o discursos de grandes personajes, que muchas veces se transmitían oralmente hasta que eran escritas, y por lo tanto era necesario confrontar las fuentes y las diversas versiones. Porque en el caso de san José María está todo escrito, grabado o filmado”. Entretanto, indicó, “en esta edición crítico histórica se explica el contexto en que se realizaron, incluso aparecen entrevistas completas que en diarios como el New York Times, salieron muy recortadas”.

“En su libro --prosigue Illanes- el fundador del Opus Dei habla sobre diversas cuestiones eclesiológicas y culturales. Los autores de la presente edición en cambio damos al lector el marco intelectual e histórico para comprender a fondo dichas temáticas”.

El libro es el tercer volumen de las Obras Completas, en versión crítico histórica. El primero es “Camino”, el segundo “El Santo Rosario”, todas promovidas por el Instituto Histórico San Josemaría Escrivá de Balaguer, con sede en Roma.

El nuevo libro reúne una homilía pronunciada por el fundador del Opus Dei y siete entrevistas concedidas en los años 1967 y 1968 a Le Figaro, The New York Times, Time, L'Osservatore della Domenica y a varias revistas españolas (Telva, Gaceta Universitaria y Palabra).

El profesor emérito de la Universidad de Navarra indicó que la vocación del santo fundador del Opus Dei tuvo un proceso de maduración, que parte de la idea de una novedad, de una explicitación del Evangelio, que es la santificación del trabajo personal, o sea “no sólo rezar cuando se trabaja” sino “santificar el propio trabajo, hacer del trabajo una oración”.

Una maduración, indicó, que además va encontrando nuevas posibilidades en nuevos contextos históricos, como la apertura del Concilio a la participación de los laicos, hasta la erección de la prelatura personal en 1982 con Juan Pablo II. Todas estas particularidades van siendo explicadas durante la crítica histórica de “Conversaciones”.

Para el 2015 el instituto de estudios espera concluir las obras completas, que comprenderán también las homilías, conferencias y encuentros con el gran público.

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CULTURA Y EDUCACIÓN


Los Borja y la leyenda negra
Relectura histórica del papa más denigrado de la historia por el escritor italiano Mario Dal Bello
Por Nieves San Martín

MADRID, martes 27 noviembre 2012 (ZENIT.org).- De la familia Borja (Borgia en su versión italianizada) hay para escribir no una novela sino unos episodios borjianos, con muchos, pero muchos volúmenes. La familia ha tenido figuras controvertidas como los dos papas Borja y los hijos de uno de ellos. Los medios de comunicación españoles han reconstruido, con mejor o peor fortuna aquellos tiempos violentos, y novelistas de renombre de todo el mundo se han centrado en los personajes de la familia Borja, de origen aragonés establecida en Játiva, reino de Valencia, y posteriormente en Gandía. La familia ha dado a la historia militares de renombre, religiosos, y hasta santos, y otro papa, Inocencio X.

Antonio Gaspari, en la edición italiana de ZENIT, escribe sobre una noticia reciente, relativa a un libro escrito en italiano, recién presentado en Roma, y afirma: “La relectura de la historia y de los hechos del papa Alejandro VI –Rodrigo Borja- suscitan aún inquietantes interrogantes”.

Ante un pontífice, añade, que durante siglos, “ha sido descrito por sus adversarios políticos como corrupto, asesino, poseído por la lujuria, pronto a todo para acrecentar y propagar su poder y el de su familia, el periodista y profesor de literatura italiana e historia Mario Dal Bello explicó en el libro editado por Città Nuova, La leggenda nera. I Borgia, que fue hábil y justo en el gobierno de la Iglesia, devoto de María y de santa Ana, magnánimo con los judíos y mecenas de la belleza artística”.

La historia relata que Alejandro VI, recuerda Gaspari, defendió la ortodoxia, reformó órdenes religiosas y monasterios, promovió Misiones en el Nuevo Mundo y en los países orientales. Parece cierta su personal muestra de formas de piedad, caridad y oración.

El autor del libro recordó cómo ha sido enfangada la figura de Lucrecia, hija de Rodrigo, quien murió como terciaria franciscana. Cierto, afirma Gaspari, no es fácil "comprender con los ojos de hoy que un pontífice pudiera tener amantes, hijos, gestionar y ambicionar el poder hasta hacer envenenar a los opositores”.

El profesor Dal Bello explicó que hay que sumergirse en el siglo XVI para comprender lo que era el pontificado en aquellos tiempos. Entrevistado por ZENIT, explicó que, entre las muchas acciones buenas de Rodrigo Borja está la convocatoria y organización del Jubileo de 1500, con acciones prácticas y prácticas religiosas que han resistido hasta nuestros días. Como por ejemplo la apertura de la Puerta Santa.

Fue el papa Borja quien hizo construir la calle rectilínea que va desde el castillo del Santo Ángel hasta la plaza de San Pedro. Lo hizo a causa de los embotellamientos de tráfico que parece que fueron funestos en el anterior Jubileo de 1450. Las obras para la nueva vía se iniciaron en abril de 1499 y concluyeron en vísperas de Navidad. La calle tomó el nombre de Alejandrina pero, tras la muerte del papa Borja, los romanos la llamaron “Burgo Nuevo”.

El papa Alejandro VI organizó el almacenamiento de provisiones, atemperó los precios, abrió albergues para alojar a los peregrinos menos adinerados. El ceremonial y los ritos específicos para abrir y cerrar el Año Santo fueron establecidos por el papa Borja y todavía están vigentes.

A la pregunta de cómo se explica el uso del veneno para eliminar a los enemigos, Dal Bello responde que “los papas de aquellos tiempos estaban inmersos en la mundanidad, y alguno usó incluso la violencia para alcanzar y gestionar el poder. Se comportaban más como jefes de Estado que como hombres de fe. Es después del Concilio de Trento cuando cambia todo”.

“¿Y, como se explican lo hijos”, le pregunta Gaspari. “Para nosotros, es difícil comprender –precisa el autor- pero la mentalidad era diversa. Que los sacerdotes tuvieran hijos no era una cosa extraordinaria. Eran tiempos en los que eran creados cardenales y pontífices quienes hasta unos años antes habían tenido una vida mundana con mujeres e hijos. Antes de convertirse en pontífices tuvieron hijos seguramente Pío II, Inocencio VIII, Julio II y Pablo III. Alejandro VI tuvo hijos también cuando ya era pontífice. El celibato era una ley descuidada por todos, sólo tras el Concilio de Trento vuelve a ser obligatoria”.

Ante estos sucesos de la historia, “hay que reconocer lo misericordioso que es el Señor, que perdona a los hombres, logra escribir derecho con renglones torcidos, y defiende a la Iglesia incluso del empecatamiento de sus miembros”.

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MÚSICA Y ARTE


Aprender, curarse y comer con santa Hildegarda de Bingen
Crece la difusión de los conocimientos de la nueva Doctora de la Iglesia (I)
Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, martes 27 noviembre 2012 (ZENIT.org).- No es común encontrar a trescientas personas reunidas en una iglesia para escuchar música del siglo XII. Pero esto se explica si la compositora ha sido la recientemente declarada Doctora de la Iglesia, santa Hildegarda de Bingen. Esta abadesa alemana que vivió entre 1098 y 1179, viene generando una corriente de entusiasmo entre antiguos y nuevos investigadores que profundizan su legado teológico, místico-espiritual, filosófico, cosmológico, grafológico, poético y literario, botánico-medicinal, culinario y musical…

Así ya hemos asistido en pocas semanas a dos importantes actividades en esta ciudad, en las cuales la nueva santa --canonizada también por el papa Benedicto XVI--, ha sido el asombro de conocedores y curiosos, que van descubriendo cómo una monja mística llevó --con valentía y éxito--, sus ideas desde el interior del monasterio hacia fuera.

Viajó y predicó en pueblos y catedrales, habiéndose enfrentado incluso contra su antiguo protector, el emperador Federico Barbarroja, por la actitud de este contra el sumo pontífice. Se dice que su teología fue conocida por el mismo papa Honorio II gracias a san Bernardo de Claraval, y que parte de sus escritos –algunos anticátaros--, fueron leídos durante el Sínodo de Treviri, en presencia del papa Eugenio III quien posteriormente aprobaría su obra.

Elevarse con la mística

En la primera de las actividades, la más reciente, organizada por el Centro Cultural Aracoeli de los Frailes menores franciscanos y la asociación musical Vocalia Consort, nos confundimos entre trescientas personas que seguían las notas de aquellas composiciones monofónicas –lejos aún de su hija, la polifonía--, que según la santa, era el mejor camino para alcanzar a Dios, para expresar lo divino, casi una “prefiguración de su arribo”, según el pensamiento de Hildegarda.

Así lo entendieron los organizadores, que reunieron en la Basílica de Santa Maria in Aracoeli a los miembros de la asociación suiza Adiαstemα, que de manera fidedigna interpreta la música de origen medieval de la santa. Es un espectáculo en el que el sonido proviene de dos instrumentos característicos de este género, como son un pequeño órgano portátil de madera y un arpa gótica, con los que se ejecutan piezas impecables de los códigos de Las Huelgas y de Bamberg. A estos se unen los amplios rangos tonales de seis cantantes –ayer serían monjas benedictinas--, que interpretan composiciones vocales tomadas del Dendermonde Codex, escrito por la mística alemana.

Es significativo que las nueve artistas en escena estuvieran vestidas con trajes de época, de la misma forma en que santa Hildegarda vestía a sus monjas para las presentaciones en público, a quienes dejaba decorar la cabeza con flores. Esto con el único propósito de mostrar la belleza femenina sin tabúes, como esposas fieles de Cristo que viven en libertad su alianza.

Cada pausa de esta música santa, daba paso a las intervenciones de la actriz italiana Giovanna Scardoni, quien en una magistral interpretación de la misma Hildegarda de Bingen, recitaba de memoria sus visiones y pensamientos –en ocasiones en un fluido latín--, que serían el germen de la teología que hoy la ha llevado a ser reconocida como Doctora de la Iglesia Universal.

Comer con la abadesa

En Roma asistimos también a otra manifestación de las virtudes de esta abadesa benedictina, que gracias a la intuición del papa Benedicto XVI hoy destaca no solo en la constelación de los santos, sino en la privilegiada estantería de los Doctores de la Iglesia.

La organizadora de esta feliz iniciativa, denominada “La vocación terrestre y celeste de Hildegarda de Bingen”, fue la asociación Casa Santa Francesca Romana, que en su división formativa quiso presentar este modelo de mujer excepcional, que tal como la santa patrona de los romanos, dio mucho que hablar para su época por ese espíritu decidido a favor de los más necesitados.

Fue una velada ‘bio-teológica-gastronómica-cultural’ que tuvo como eje central a esta figura poliédrica que ha despertado en muchos el interés por estudiar su obra, preparar sus medicamentos, cocinar sus recetas e interpretar su música, entre otras disciplinas que seguirán admirando al mundo en la medida que se la conozca más.

Tuvimos la oportunidad de probar algunos platos denominados por los organizadores “Comida para la mente”, que no son otra cosa que alimentos ‘bio’, cuyo origen se remonta a las recetas de la santa naturista, quien recomendaba ingerir granos, cereales, verduras y hierbas en pos de un equilibrio mente-cuerpo, que finalmente mantenga la armonía con el Creador.

Cada plato tenía una leyenda con frases de los escritos de la santa, en que recomendaba la hierba Artemisia por su “sabor picante y aroma”; o el trigo, “precioso cereal que purifica la carne, da buena sangre y serena la mente”. También estaban allí las sugerencias de la monja medieval en relación a los demás platos, como aquellos hechos con cebada “cuyo poder refrescante lo vuelve más ligero que los demás cereales”, o sobre el hinojo, que “favorece la circulación sanguínea, da un olor agradable al cuerpo y produce una buena digestión”. A esto igual se refiere cuando recomienda el Agua de menta, que “calienta el estómago”.

Para beber nos ofrecieron al final un ‘Hipograso’, que deleitó y alegró a los presentes por ser elaborado con la receta monacal de “vino aromatizado con canela, clavo de olor, nuez moscada, miel y jengibre”. De este último ingrediente también degustamos una galletas con jalea de manzana que parecían del cielo…

Curarse con la santa

Avanzada la reunión, pudimos conocer más a Hildegarda de Bingen, esta vez como bióloga-herbolaria. Y esto no porque tuviéramos que aplicarnos algún ungüento o tomar uno de los jarabes por los que iban a curarse sus coetáneos al monasterio, sean ricos o pobres, nobles y siervos...

Sino porque pudimos conocer a una química farmaceútica, la doctora Sabrina Melino, quien dejó años atrás su prometedora carrera en el sector comercial para dedicarse de lleno a la investigación, elaboración y distribución de los remedios que la santa abadesa desarrolló. Esto, en el único afán de sustentar ante sus contemporáneos, su hoy aceptada teoría que armoniza el cuerpo y el alma, lo externo con lo interno, los frutos de la tierra con Dios…

Según lo que dijo en el evento la empresaria italiana, nuestra “Sibila del Rin” conoció la medicina galénica e hipocrática, a lo que unió la tradición benedictina del preparado de remedios caseros a base de hierbas de sus propios huertos. Esto le permitió desarrollar su teoría psicosomática de la enfermedad y de la curación, ya en el siglo XII: “La salud es una conquista diaria, espejo de armonía y de relaciones entre el ser humano y el Creador”.

En otra pausa de la tarde, la doctora Melino nos confió que las recetas para sus remedios eran “dictadas de lo alto”…, pero no las suyas sino las de Hildegarda, quien a través de “visiones” comprendía lo que era bueno para las almas y los cuerpos. Su conocimiento vendría de allí, no hay otra explicación, ya que no era ni química, ni médico, ni había estudiado nada más allá de una incipiente práctica benedictina.

¿Usted habló de autocurarse?, le preguntamos mientras bebíamos un vaso de agua de menta que nos haría bien. “Sí, nos dijo, ella quería hacer ver la relación que había entre cuerpo, alma y espíritu”.

Y entendimos mejor estas bebidas y comidas particularísimas que nos sirvieron, cuando nos dijo que para la santa “la forma de afrontar nuestro temperamento, el estilo de vida, lo mental, todo esto afecta directamente sobre las enfermedades, es algo psicosomático”.

Aunque la ciencia –a través de la psiconeuroendocrinología--, ha descubierto en nuestros días cuánto afecta la mente al cuerpo, como es el estrés y otros males de hoy, es muy cierto que para una monja de clausura del siglo XII no sería fácil comprobar todo esto. “Ella demostró que había una verdadera relación del síntoma y del órgano afectado, con el temperamento, con el modo de afrontar la vida y con el sentimiento prevalente en cada uno”.

Nos explicó también que en Hildegarda de Bingen había una influencia de la medicina oriental, por lo que “es transversal a todas las religiones, lo que nos permite llevar un mensaje que es universal más allá de la fe católica”, aseguró la doctora Melino, a quien no dejamos de pedirle una receta para algún mal del binomio alma-cuerpo.

Mas aún, si nos había contado que desarrolla nueve productos con base en las recetas de la santa alemana, y que está desarrollando seis más a futuro, los que seguirá distribuyendo por todo el mundo. Tal como debería extenderse –y más--, la varia doctrina de la nueva Doctora de la Iglesia.

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El artista que conoció la belleza de la vida cristiana tiene que transmitirla
Entrevista con el español David López Ribes, ganador del premio de las Academias Pontificias
Por H. Sergio Mora

ROMA, martes 27 de noviembre de 2012 (ZENIT.org).- El artista español David López Ribes, recibió el 21 de este mes en el aula magna del Palacio San Pio X el Premio de las Academias Pontificas, que concede el Vaticano a personas que se han destacado en diversas disciplinas.

El galardón, instituido en 1997 por Juan Pablo II, prevé que las Academias Pontificias premien cada año a una disciplina diferente, y por lo tanto, cada ocho años el premio está destinado a los artistas. Además del español, lo recibió también la escultora polaca Anna Gulak. El escultor italiano Jacopo Cardillo, en cambio, fue galardonado con una medalla pontificia.

ZENIT entrevistó a David López Ribes 40 años, valenciano, casado, seis hijos, licenciado en Bellas Artes y con un postgrado en Nueva York en la School of Visual Arts y perteneciente al Camino Neocatecumenal, quien indicó que “en el arte de hoy falta belleza” y “el artista que conoció la belleza de la vida cristiana debe darla a conocer”, porque, como dijo el papa, "la necesidad fundamental de la persona es la belleza".

¿Cómo fue que le dieron el premio?

--David López: En febrero me llamaron del Consejo porque llevo tiempo trabajando en el proyecto Arte y Fe, que se presentó con la Jornada Mundial de la Juventud, y está yendo a muchas ciudades, y a través de esto pienso que tuvieron conocimiento, y me invitaron a candidarme al premio pontificio. Cada año lo dan a diversas personas y cada ocho años a los artistas. Y hace un mes me llamaron y dijeron que el papa había visto a los finalistas y me habían dado un premio a mi y a una artista polaca.

¿El premio es sólo por el proyecto Arte y Fe?

--David López: No, tengo más de veinte años trabajando como artista en el mundo contemporáneo secularizado. Uno ve que el hombre contemporáneo está en un proceso, perdiendo el sentido de la sacralización de la vida y de la transcendencia. Esto es evidente.

¿Y como siente esta problemática?

--David López: Pertenezco al Camino Neocatecumenal que me permite vivir una fe adulta, el amor a la Iglesia que tengo hoy, y sobre todo un sentido transcendente a mi vida. Estoy casado gracias a la Iglesia y tengo seis hijos, acaba de nacer la sexta hace un mes.

Bien, me decía que se pierde la sacralización y la transcendencia

--David López: En mi hogar todo lo que está diciendo el papa --no se si es una forma providencial o misteriosa- lo estamos viviendo, la belleza de la vida cristiana. El papa el año pasado cuando fue a Barcelona, cuando fue a consagrar la iglesia de la Sagrada Familia dijo que "la necesidad fundamental de la persona es la belleza".

¿Conocer la belleza?

--David López: Esto es impresionante, y es la necesidad fundamental del hombre, y no dijo el pan por ejemplo, dijo la belleza. Es algo muy profundo y yo he conocido la belleza. Y he tenido la necesidad de compartirla a través del ministerio que Dios nos ha dado, que es a través de mi profesión.

Explique un poco más...

--David López: Por una parte colaboro desde hace trece años con Kiko Arguello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y con un equipo de diez artistas, para llevar una propuesta estética para la Iglesia, al servicio del hombre de la fe y de la liturgia, para vivir mejor la liturgia y los sacramento. O sea también para el hombre que no entra nunca en una Iglesia, dando conceptos de una forma no intelectual.

O sea no necesariamente arte sacro

--David López: Encuentro que Dios no quiere que deje mi faceta secular. Porque ese encuentro con la belleza que he tenido quiero poder compartirlo con los de afuera. A través de un mensaje que reconocen, como puede ser el videoarte, o el arte o lenguajes más contemporáneos, quiero acercarles a un contenido que probablemente ya no se plantea , como el sentido de la vida, etc.

O sea dar contenidos, plantearlos

--David López: Al mismo tiempo veo que hay gente que vive la fe pero que no encuentra un eco en el arte contemporáneo. Me he dado cuenta que una obra necesita que a uno le diga en algo, o en el lenguaje o en el contenido. El hombre de la fe el contenido lo reconoce y así me acerco con un lenguaje nuevo, con un lenguaje contemporáneo. Hago, pintura, escultura y videoarte.

A ver, indique algo sobre videoarte

--David López: El videoarte tiene unas posibilidades espirituales bestiales. Pero curiosamente, en ese proceso de desacralización de la vida en el videoarte, hay muy poca reflexión espiritual.

¿A que se refiere, a un paisaje, a una puesta de sol?

--David López: No, necesitamos testimoniar. Más que una puesta de sol, todo nace de la experiencia de mi hogar. En mi casa vivo múltiples signos sacramentales o litúrgicos, el partir el pan con los niños por ejemplo. Mi casa es una iglesia doméstica donde se da la belleza y en donde hay signos que son muchísimos cada día.

¿Nos puede ilustrar mejor?

--David López: Por ejemplo al partir el pan, a cada uno según la edad, al que tiene seis años le parto el trozo más grande, etc. En eso hay un signo eucarístico. Esas manos que bañan a un niños, en las manos en el agua hay un signo bautismal. Todos esos signos los recojo ¿cómo? He grabado por ejemplo a mi hijo con la cámara video cuando está mi mujer bañándolo. Y proyecto el video de esa grabación sobre el agua y la bañera de manera que uno va a lo que hoy se llama una instalación. O sea que el video sale del formato bidimencional para acercarse a la vida, de manera más vivencial. He trabajado muchísimo sobre bautismo como iniciación de la vida cristiana. Muchas bañeras con la proyección del niño.

¿Cuál es la diferencia entre el arte verdadero y cómo distinguir el arte de la banalidad, en un período en el que hay gran libertad?

--David López: No es verdad que la belleza haya dejado de existir, el arte emprende un camino de éxodo que es complicado, lo que no quiere decir que no hay artistas que entablan una relación en sus obras que es fantástica.

No es una cuestión moral, el arte debe ser arte en sí, como cristiano tengo que traducir lo que estoy viviendo. Intento hacer obras muy abiertas pues porque nadie nunca me ha impuesto nada, de manera que uno que se acerca a ver estas instalaciones pueda ver allí algo que le parece fantástico.

¿En el arte de hoy falta belleza?

Sin duda, ¿pero por qué? Porque si no está adentro cómo va a estar en las obras. Por eso urge el papa, dijo que urge, y quien la ha conocido debe darla a conocer. 

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SANTOS PARA EL SIGLO XXI


Mártires, hombres y mujeres que reconcilian y perdonan
Entrevista con Miguel Varona, postulador de las causas de los santos de la Diócesis de Córdoba
Por Nieves San Martín

CÓRDOBA, martes 27 noviembre 2012 (ZENIT.org).- Toda España guarda vestigios de quienes dieron la vida por la fe desde los primeros siglos del cristianismo, cuando la fe entró en la península por la doctrina de Santiago y san Pablo. Entre las tierras privilegiadas por el martirio y la santidad está Córdoba. El postulador de la diócesis anticipa la situación de las causas de estos hombres y mujeres que son santos porque “reconciliaron y perdonaron”. La noticia es que se ha reconocido un milagro atribuido a la intercesión del venerable padre Cristóbal de Santa Catalina, por lo que hay alegría a la vista para las Hospitalarias de Jesús Nazareno, fundadas por él.

Miguel Varona Villar, nacido en Córdoba, en 1961, cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor San Pelagio de Córdoba, y fue ordenado sacerdote en 1992. Sus veinte años de ministerio los ha desarrollado en diversas localidades cordobesas: Cardeña, Conquista, Azuel y Venta del Charco; Valenzuela y Albendín; Adamuz y Algallarín; Priego de Córdoba, Zamoranos, Camponubes y El Cañuelo; Montilla --como custodio de la Casa de San Juan de Ávila- y Lagar del Pozo.

Actualmente es párroco de San Pelagio mártir en Córdoba. Colaboró en la Delegación Diocesana de Liturgia en sus primeros años de ministerio sacerdotal. En 2005, se le encargó del Secretariado Diocesano para las Causas de los Santos, formándose en la Oficina para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española. En 2006, fue nombrado postulador de la Causa de los 132 mártires de la persecución religiosa de 1936 a 1939, en la Diócesis de Córdoba. En 2007, fue postulador diocesano de un milagro atribuido a la intercesión del venerable padre Cristóbal de Santa Catalina.

En esta entrevista concedida en exclusiva a ZENIT, ahonda en las figuras de santos y mártires que con su vida y su sangre, abonaron la primera semilla del cristianismo, mantuvieron la fe en las persecuciones, y hoy siguen aflorando en esta bendita tierra.

Córdoba es tierra de mártires desde los primeros siglos del cristianismo ¿no es verdad?

--Miguel Varona: Toda la Iglesia es martirial, bien lo sabemos, desde sus mismos orígenes. Y la Diócesis de Córdoba también lo fue. Especialmente durante la persecución de Diocleciano (303-304), con uno de los grupos más insignes de mártires cordobeses: Acisclo y Victoria; Fausto, Genaro y Marcial; Zoilo…

Durante la dominación musulmana el número se amplió notablemente, entre 825 (Adolfo y Juan) y 937 (Argéntea y Vulfura). La comunidad mozárabe dio un valiente testimonio de su fe, sin temor al derramamiento de la sangre.

Y tenemos a los mártires contemporáneos: santo Domingo de Henares OP, beato Nicolás Alberca OFM. Y entre 1936 y 1939 los beatos Victoria Díez --de la Institución Teresiana--, José María Peris, José María Velasco OH, María de la Iglesia Varo y María Luisa Girón Romero, ambas SCH.P..

No es aventurado, pues, decir que Córdoba es “tierra de mártires”.

¿En qué momento está la causa de los nuevos mártires en la diócesis?

--Miguel Varona: El pasado 15 de septiembre, se clausuró la fase diocesana de Juan Elías Medina y 131 compañeros mártires (sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos) de nuestra Diócesis. Las actas de dicha causa, un total de 16.087 folios, se entregaron en la Congregación de las Causas de los Santos el día 6 de octubre (en las vísperas del doctorado de san Juan de Ávila).

Desde ese día ha comenzado la labor del postulador romano de la causa, el padre Fray Alfonso Ramírez Peralbo OFMcap. Lo primero es obtener el decreto de validez de la fase diocesana, continuando con el nombramiento de un relator, para luego comenzar a redactar la positio super martyrio.

¿Que nuevos proyectos tiene la diócesis en este sentido?

--Miguel Varona: Respecto a la Causa de Juan Elías y compañeros, estoy redactando un libro, por encargo de monseñor Demetrio Fernández, que recoja toda la historia de esta causa. Incluiré también una breve biografía de los 132 presuntos mártires, con especial atención a los laicos, a la única religiosa de la causa (una Hija del Patrocinio de María) y a cuatro seminaristas, que en su momento no fueron incluidos en el estupendo libro de Manuel Nieto Cumplido y Luis E. Sánchez García “La Persecución Religiosa en Córdoba 1931-1939”.

También monseñor Fernández propuso al Cabildo Catedral el traslado de los restos mortales de este grupo de mártires, según faculta la instrucción Sanctorum Mater, en su Apéndice. Ya se está preparando una cripta en la Capilla de San Pablo (bajo la sepultura de monseñor Infantes Florido, gran impulsor de esta causa) que en su momento los acogerá, pero sin ningún tipo de culto. Hasta que llegue el momento en que la Iglesia lo estime oportuno…

Hay varias causas de canonización de la Diócesis de Córdoba en fase romana y en fase diocesana. Me explico…

Un milagro atribuido a la intercesión del venerable padre Cristóbal de Santa Catalina (+ 1690), fundador de las Hospitalarias de Jesús Nazareno, está ya en la que podría llamarse su “recta final”. En fechas próximas seguro que estamos dando gracias a Dios por la vida de este santo sacerdote.

Casi coetáneo es el padre Cosme Muñoz Pérez (+ 1636), sacerdote diocesano cordobés y fundador de las Hijas del Patrocinio de María. Una causa histórica, cuya postuladora es doña Silvia Correale, y que está profundizando en la abundante documentación que existe sobre él.

En el año 2010 se culminó una investigación canónica sobre la fama y la continuación de la fama de santidad de la madre Teresa de Jesús Romero Balmaseda (+ 1910), concepcionista franciscana en Hinojosa del Duque. Es otra causa histórica, con unas preguntas sin aclarar de 1957, del Promotor General de la Fe, pero ya aclaradas y ampliadas.

Estamos también en los primeros pasos de algunas causas, analizando su oportuna apertura: don Ángel Carrillo Trucio (+ 1970), sacerdote diocesano, gran impulsor de las vocaciones sacerdotales; la hermana Juana Méndez Romero (+ 1990), Obrera del Corazón de Jesús, unida a Cristo Crucificado durante 40 años de enfermedad, incesante en su oblación por la Iglesia, los sacerdotes y las misiones.

San Juan de Ávila, una buena perla para esa diócesis y para otras que fueron escenario de su predicación. Y también un buen trabajo para adecuar los espacios de oración y peregrinación. ¿Cómo va el Año Santo Montillano?

--Miguel Varona: A estos pocos meses de apertura de este Año, mi opinión es que va marchando con paso firme y seguro. Hay un estupendo equipo de sacerdotes diocesanos, encabezados por don José Almedina, que desde la Basílica están recibiendo numerosas visitas. No sólo de la Diócesis de Córdoba, sino de muchos puntos de España, y creo que también del extranjero. Muchas peregrinaciones vienen organizadas, otras son grupos más pequeños, casi anónimos. Y aún resuenan los ecos de la Plenaria de la Conferencia Episcopal en Montilla: ¡Setenta obispos! La segunda peregrinación, desde Santiago de Compostela en el 2000, de todos los obispos españoles.

Montilla tiene mucho de avilista; recuérdese que el Santo Doctor culminó allí su vida, con sus últimos quince años, fecundos sobre todo en su epistolario. La Parroquia de Santiago o el Convento de Santa Clara tienen aún el eco de sus pasos. ¡Sobre todo, su Casa!: un prodigio de conservación (puede tener unos 500 años) y de recogimiento, quietud, casi late su corazón sacerdotal lleno de amor por Cristo y la Eucaristía.

Aprovecho esta entrevista para animar a todos a visitar la “Montilla avilista”, a que conozcan en profundidad la doctrina y el mensaje de este “nuevo” Doctor de la Iglesia, para que este Año de la Fe haga que todos los cristianos confesemos, de palabra y de obra, un Amor grande y eterno, un Amor que se queda en la Eucaristía y que nos impulsa a vivir como Él. Este es en verdad el objetivo de este año y de la Iglesia: ¡que seamos santos!

¿En qué medida se trabaja para que estos santos (los de la guerra, los mártires a manos de musulmanes hace tantos siglos) sean motivo de diálogo interreligioso, de espacio de reconciliación?

--Miguel Varona: Un mártir no puede tener este nombre si no ha muerto perdonando. Al estilo de Cristo en la Cruz. Este es un requisito imprescindible que hay que probar en cualquier causa de martirio. Morir perdonando vale para el testigo de Cristo de hace siglos, de nuestros tiempos, y también del futuro.

En la causa de Juan Medina y 131 compañeros se ha investigado, en la medida de lo posible, esta inexcusable condición. Y se ha constatado no sólo en ellos, sino hasta en sus familiares cuando tuvieron que identificar a sus presuntos asesinos.

Hay que seguir insistiendo en que los mártires, sobre todo los de la Persecución Religiosa en España, son unos testigos de la paz y del perdón, que nunca fueron violentos, que hasta la sangre excusaron a sus verdugos como hizo el Crucificado. Y aprender de ellos, todos deberíamos aprender de ellos. No sólo los cristianos, sino toda la sociedad, de cualquier religión, creyentes y no creyentes, más aún porque la violencia, el odio y la guerra están tan palpables en nuestro mundo, a pesar de que se grita y se pide la paz. Los mártires siguen siendo el mejor ejemplo y modelo de hombres y mujeres que reconcilian y perdonan.

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