29.11.12

¿Por qué Benedicto XVI en Twitter?

A las 5:15 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Benedicto XVI

Antes de la próxima Navidad Benedicto XVI se convertirá en el primer Papa “tuitero frecuente” de la historia. El lunes 3 de diciembre El Vaticano dará a conocer su perfil oficial en el sitio web de mensajes cortos. Por obvias razones, serán sus colaboradores quienes escribirán por él los textos en 140 caracteres. Pero los mismos tendrán su previa aprobación. ¿De qué sirve al líder católico desembarcar en Twitter? Un obispo mexicano responde, con su experiencia personal.

Jorge Carlos Patrón Wong, de la diócesis de Papantla (Veracruz), es un obispo joven. Y, quizás, el primer prelado de México en incursionar en las redes sociales. En eso anticipó prácticamente a todo el episcopado. Actualmente cuenta con tres perfiles privados de Facebook que reúnen unos 15 mil abonados, un perfil público con más de cinco mil “me gusta” y una cuenta de Twitter que cosecha tres mil 214 seguidores.

Con una sorprendente claridad explicó a Sacro&Profano qué significa la presencia de una autoridad de la Iglesia católica en este mundo digital. Una clave de interpretación para comprender el porqué del Papa en el sitio del pajarito.

¿Podemos decir que la nueva evangelización pasa por Twitter?

Hoy todas las nuevas realidades pasan por Twitter, por Facebook, por las redes sociales y por los medios de comunicación. Al mismo tiempo estas herramientas deben pasar por la realidad, es una carretera de dos vías. En la Iglesia debemos aprender evangelio tiene que transmitirse a través de estas tecnologías, pero también debemos cerciorarnos que esos medios realmente comuniquen la buena nueva. Son y pueden ser un excelente canal para que la verdad florezca.

¿Se trata de aprender a usar las nuevas tecnologías y listo?

No es una cuestión de capacitarse técnicamente o de un impulso de la moda, sino de un cambio cualitativo en la manera en cómo nos relacionamos los seres humanos. He tenido una experiencia con miles de jóvenes de mi diócesis en Twitter y en Facebook. El mundo virtual exige dos cosas: la presencia real y la coherencia. La persona, la vida y las ideas. Las redes sociales fortalecen la presencia y la búsqueda de la verdad.

No se trata simplemente en “lanzarse a lo virtual”. Quienes usamos los medios virtuales debemos ser presencias reales. Lo virtual refuerza lo real y viceversa, no son cosas separadas ni opuestas. Hay gente que piensa simplemente en un instrumento nuevo que sólo es necesario aprender a usarlo. No, es una forma nueva de relacionarnos.

Muchos obispos tienen miedo a las redes sociales…

Formamos parte de una generación de adultos que no se siente segura y quienes nos quitan el temor son los jóvenes. Así como los mayores podemos enseñar a los jóvenes a perder el miedo a ciertos aspectos de la vida, así también ellos nos pueden ayudar en cuanto a lo nuevo, lo tecnológico.

En el mundo de hoy nos podemos ayudar, los adultos y los jóvenes. Aquí están incluidos los obispos pero es la misma situación con los padres de familia, con los maestros, con la generación adulta. Esto lo comprendí cuando unos muchachos me enseñaron a usar Twitter y Facebook, los papás vinieron a verme sorprendidos, algunos cuestionados y otros incluso “levemente disgustados”. ¿Cómo un obispo podía? Se preguntaban. Ahí me di cuenta que se trataba de un temor no sólo de los obispos, sino de toda una generación.

¿Cómo y para qué cambiar ese temor?

Cuando uno acepta que los jóvenes te enseñen, aprendes no una técnica sino una relación humana y espiritual más profunda. ¿Qué significa que un obispo tenga tres perfiles de Facebook llenos con 15 mil muchachos y que ellos no quieran ir al perfil público? ¿Qué significa que le den a un obispo la llave de su mundo privado? Esto representa una confianza muy grande, el deseo que una figura a la cual reconocen como adulta y que representa a la Iglesia, esté en su mundo.

¿Saben lo que representa mi presencia en su mundo, el poder acceder a sus fotografías, a sus comentarios? Cuando les hacía ver a los padres todo esto, ellos caían en cuenta que se trataba de una seguridad, de una bendición de Dios y un gran valor de la juventud. No se gana nada en criticar el mal uso de Twitter y de Facebook.

Al contrario también debe cuestionar mucho cuando existen jóvenes que no dejen ingresar a su mundo en las redes sociales a sus papás, a sus maestros u otras figuras de autoridad. Eso también es un mensaje, llama la atención, porque se manifiesta una interrelación de desconfianza. Una vez más vemos cómo estas redes expresan una situación mucho más profunda que un simple instrumento.

Es una manera nueva de ver las cosas, ¿no? Al menos en la Iglesia…

Hoy el evangelio no se trasmite de “arriba para abajo” sino que lo compartimos todos en la Iglesia de manera horizontal. Todos somos una familia y en ella cada uno tiene un aporte original, insustituible. Si vemos a la Iglesia de esta manera, el obispo tiene algo que decir, aportar y aprender. De la misma manera el sacerdote, el religioso, los jóvenes, los niños, todos tenemos algo íntimamente original que aportar y todos, sin excepción, debemos aprender de los demás. Si uno entra en las redes sociales puede descubrir esa verdad de fondo, esta realidad deseada y querida por Dios. Una nueva forma de relacionarnos. Así las redes sociales se transforman en una bendición para hacer realidad el deseo de Dios de una humanidad en la cual seamos hermanos y una Iglesia que refleje la comunión.