6.12.12

¡Como si nada! Lo hacen como si nada

A las 12:30 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Te dices a ti mismo: “Yo hago el Santo Rosario pero en público… me da corte por el qué dirán”. Pues deberías preocuparte más por agradar a Dios en vez de a los hombres.

Y, ahora, el artículo de hoy.

De vez en cuando pasan cosas que pueden parecer de lo más normal y que, al fin y al cabo, nada tienen de extraño ni de particular.

También, de vez en cuando, algunos tienen ideas que, cuando llevan a la práctica, nada pasa y pueden estar más que seguros que de repetirlas, no habría crítica alguna de las instancias que se hubieran podido sentir zaheridas.

De vez en cuando hay comportamientos que bien pudieran ser tenidos como nefastos porque son, en efecto, contrarios a lo justo religioso que es lo que significa, precisamente, el ne-fas lo mismo que lo in-justo es lo contrario a lo justo o, lo que es lo mismo, lo que no es justo.

Si hay personas que están en la seguridad de que pueden hacer de su capa un sayo, vestirse con el sayo y pasear su pensamiento por lugares públicos grandes donde muchas otras personas pueden ver lo que hacen y que, a cambio, van a obtener aplausos y risas… pues va y lo hacen, con toda la tranquilidad del mundo.

Cuando existe la certeza de que sale gratis cualquiera cosa que sea haga contra según quién o contra según qué, es lo más normal que haya seres humanos que prueben, una y otra vez, el dulce fruto de la ofensa por muy amargo que puede resultar para quien se pueda sentir ofendido. Al fin y al cabo, a ellos les importa bien poco que se malbarate la inteligencia y si el echar a perder la misma tiene una causa digna de defender. Ellos van, eso sí, a lo suyo porque se dan cuenta de que hay otros que no van, a su vez, a lo suyo, y no los corren a gorrazos por las calles no siendo, éstos, ni siquiera teóricos.

Ciertamente a todo eso bien se puede llamar actuar con impunidad y con total convencimiento de que, además, serán recompensados con un saludable apoyo público pues, no obstante, hay a quienes les importa un pepino y hasta una higa que se moleste a otras (muchas, millones es más) de personas que pueden ver en lo que permiten una sinvergonzonería y una falta total de tacto social.

Lo que aquí pasa es que cuando hay personas que, como Pablo Motos, conductor (nunca mejor dicho), en Antena 3, de un programa de título “El hormiguero”, permiten que haya otras personas que como Leo Bassi (insultador y zaheridor de la Iglesia católica siempre que puede) se dediquen a ridiculizar a la Iglesia católica inventándose, eso dice el iluso, una religión, la Patólica, cuyo Dios es un pato y cuya sede es el Paticano; cuando, la misma persona, hace un teatro mofándose de la liturgia católica, digo que, cuando hay tal tipo de personas, toda hez puede inundar un estudio de televisión. Y eso pasó hace unos días en España. Y gracias al P. Tomás de la Torre (de su blog tomo prestada la imagen), muy ocupado en lo que pasa en los medios de comunicación, el que esto escribe tuvo conocimiento de un intento más, conseguido, de mofa de la religión católica.

Leo Bassi

Pero ellos lo hacen como si nada o, lo que es lo mismo, como si nada les pudiese pasar. Se amparan en la libertad de expresión que, al parecer, les permite violar los derechos ajenos con total impunidad y sin respuesta oficial de nadie. Todo vale aquí, al parecer, siempre que se trate de zaherir, insultar, mofarse y reírse de la Esposa de Cristo.

De todas formas, como las cosas están como están y los poderosos son muy poderosos estoy más que seguro que ni ha pasado nada ni pasará nada cuando, en cualquier otra ocasión, este Bassi u otro Bassi cualquiera haga lo mismo buscando rédito económico en el intento, lo bien cierto es que no podemos dejar de decir que aunque un millón de moscas acudan a comer a una m (1)… la m (2)… sigue siendo m (3)…

Y, ahora, que con su pan se la coman… y que unten en ella.

NOTAS

(1), (2) y (3) Entiéndase por “m", acudiendo a la Real Academia Española, tanto, “Grasa, suciedad o porquería que se pega a la ropa o a otra cosa” o bien “Cosa sin valor o mal hecha” o, también, “Persona sin cualidades ni méritos” y, siendo, en definitiva, lo que todos están imaginando, a lo que aquí nos referimos.

Eleuterio Fernández Guzmán