7.12.12

La armonía perfecta de la Virgen de Guadalupe

A las 11:16 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, El Vaticano

Del Vatican Insider (ITA)

Una armonía perfecta. Música celestial formada por la superposición al pentagrama de las estrellas y las flores ubicadas sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe. Un sugestivo descubrimiento matemático-científico que será presentado en la Santa Sede durante un congreso sobre la actualidad de la Iglesia católica del Continente Americano.

“Esplendor de la belleza en la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe” es el título de la conferencia prevista para el martes 11 de diciembre en el auditorio San Pío X, a unos pasos del Vaticano. El sacerdote mexicano Eduardo Chávez, director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, expondrá las últimas investigaciones realizadas sobre la “tilma”, ese manto de rústica tela vegetal sobre el cual se grabó milagrosamente en 1531 la imagen de una virgen mestiza.

En los últimos 481 años la estampa ha captado la atención de millones de personas hasta convertir al santuario que la custodia, en el corazón de la Ciudad de México, en el templo católico más visitado del mundo. Incluso por encima de la Basílica de San Pedro.

A lo largo de los siglos artistas y científicos se han empeñado en develar los secretos de la imagen jamás pintada, porque carece de pinceladas. En 1666 varios químicos concluyeron que una tela de fibra vegetal (agave) de esas condiciones no podía durar más de ocho años. Han pasado casi cinco siglos y el “ayate” sigue intacto.

Las investigaciones sobre la Virgen se sucedieron en el tiempo y permitieron descubrir características inexplicables que refuerzan el sentir popular de que se trata de una imagen de “factura divina”. Así considerada porque, a diferencia de las apariciones de Fátima y Lourdes, ninguna mano humana habría intervenido para plasmarla. Según la tradición ella quedó estampada milagrosamente cuando el indígena y vidente, san Juan Diego, desplegó el manto ante el obispo fray Juan de Zumárraga en diciembre de 1531.

En 1929 estudiosos descubrieron que los ojos de Guadalupe reflejan manchas como si fuesen humanos. Especialistas oftalmólogos lo confirmaron. En 1979 comenzaron los estudios computarizados. Poco después se comprobó que las flores y las estrellas presentes en la imagen se empalman perfectamente tanto con los volcanes de México como con las constelaciones presentes en el cielo al momento de las apariciones.

La disposición de esos mismos íconos formó la melodía perfecta. Correctamente calificada como “celestial”, por que surgió de la posición de las estrellas.

“Explicaré cómo es posible que haya sobrevivido a incidentes como la caída de ácido o un bombazo producto de un atentado en 1921 y el cual no le afectó en nada. Además demostraré que resulta imposible pintar con una tinta a base de agua y huevo en una superficie porosa, como ese tejido. Es como pretender pintar con vino tinto en un mantel, manchas pero no pintas. Así es la Virgen de Guadalupe y está ahí, 481 años después”, dijo al Vatican Insider Eduardo Chávez.

Y adelantó que aclarará algunos “mitos urbanos”, como que la imagen no se encuentra flotando sino que los colores están dentro de los hilos, que la NASA jamás hizo una investigación sobre la tilma o que la misma no tiene una temperatura corporal similar a la de un ser humano. Todos detalles más fantásticos que reales, pero producto de la piedad popular despertada por la “Virgen morena” que, para sus fieles, fue creada por la mano de Dios.