13.12.12

El Vaticano y los flagelos de América

A las 11:41 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, El Vaticano
Narcotráfico, corrupción, carrera armamentista, comunidades indígenas, inmigrantes ilegales, el aborto y la eutanasia. Pero también el ecumenismo, el secularismo y el desafío de las sectas. Todos los flagelos del Continente Americano quedaron plasmados durante una reunión en El Vaticano. Un diagnóstico producto del diálogo entre los principales líderes católicos de esa región del mundo, donde la Iglesia cuenta con más del 55 por ciento de sus fieles pero que mantiene un pendiente ineludible: la división el gigante del norte y los países hispanoamericanos.

A 15 años de la celebración de la asamblea especial del Sínodo de los Obispos dedicada a los territorios americanos, la Santa Sede convocó a un debate sobre la vigencia actual del mensaje lanzado por Juan Pablo II en la exhortación apostólica post-sinodal “Ecclesia in America” (Iglesia en América). Publicada como resultado de aquel Sínodo.

Ese documento debió marcar los derroteros de la Iglesia en el continente pero, en realidad, gran parte de contenido hoy se encuentra en el olvido. Quizás porque el enfoque de aquel texto tenía matices casi “revolucionarios”. Planteaba un cambio de visión respecto a cómo afrontar los problemas en aquella parte del planeta: considerando a la región como un único sujeto, sin divisiones lingüísticas y territoriales.

Una novedad que rompió con fuertes inercias históricas, tanto en la Iglesia como en la Santa Sede. Baste pensar que desde hace años existen dos estructuras eclesiásticas que parecen consagrar, casi circunstancialmente, esa división: en El Vaticano la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), como organismo de vínculo entre los obispos de la región.

Por eso resultó particularmente significativo que el encuentro estos días haya sido organizado por la CAL con la participación activa de cardenales, obispos y líderes tanto de los Estados Unidos como del resto de países. Haya iniciado con una misa en inglés y concluido con otra en español. Todo puesto bajo la protección de la Virgen de Guadalupe, la imagen reina de México y emperatriz de las Américas.

“La Iglesia es la única institución que plantea una solución a los problemas considerando al Continente Americano como una sola unidad”, destacó Carl Anderson, caballero supremo de la asociación estadounidense de los Caballeros de Colón durante una conferencia el lunes 10 de diciembre.

Una unidad azotada históricamente cristiana atravesada por enormes desafíos, como lo constató el mismo Papa Benedicto XVI en su mensaje dirigido a los participantes en el congreso en el cual estableció que “el secularismo y diferentes grupos religiosos se expanden por todas las latitudes, dando lugar a numerosas problemáticas. La educación y promoción de una cultura por la vida es una urgencia fundamental ante la difusión de una mentalidad que atenta contra la dignidad de la persona y no favorece ni tutela la institución matrimonial y familiar”.

“¿Cómo no preocuparse por las dolorosas situaciones de emigración, desarraigo o violencia, especialmente las causadas por la delincuencia organizada, el narcotráfico, la corrupción o el comercio de armamentos? ¿Y qué decir de las lacerantes desigualdades y las bolsas de pobreza provocadas por cuestionables medidas económicas, políticas y sociales?”, apuntó.

La respuesta a las preocupaciones del Papa pareció darla el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la CAL. Lo hizo en un homilía pronunciada durante la misa de clausura del encuentro, la tarde del 12 de diciembre.

“Cristo redentor responde a estos desafíos mediante nuestro compromiso por la justicia y la solidaridad fundado en la gracia de la conversión y de la penitencia. Que los cristianos de América estemos, pues, en las primeras líneas de combate, para que el testimonio de nuestra fe no sea desmentido por nuestra indiferencia y por la falta de coherencia en nuestras vidas”, sentenció.

Serafines susurran.- Que menuda cascada de colores y sabores se vivió la noche de este jueves en el atrio del Aula Pablo VI de la Santa Sede con motivo de la ya tradicional manifestación “Navidad mexicana en El Vaticano". Una verdadera andanada, producto no sólo de los exquisitos platos michoacanos que se ofrecieron a los más de 800 invitados que participaron en la velada, sino por el imprevedible y contagiosísimo “síndrome suvenir” que se adueñó de los asistentes.

Poco después de admirar la música y los danzantes típicos, además de soplarse los discursos de rigor (afortunadamente cortos), la gente se abalanzó sobre las mesas de la comida. Entre el mezcal, la cerveza y el vino, el ambiente se animó tanto que una vez terminados los platillos surgió natural pasar a los adornos. Para esa hora el sobrio protocolo vaticano era historia y el deseo por quedarse con una bella artesanía mexicana invadió incluso a personajes tan notables como el jefe de la Guardia Suiza.

Así, los típicos juguetes de madera artesanal mexicana colocados sobre una de las mesas desaparecieron en cuestión de minutos. Pero no eran suficientes para tantos invitados. Así que algunos decidieron improvisar y se agenciaron estatuillas y platos tallados en madera, cestas de mimbre, angelitos de cristal y hasta los contenedores de la comida que habían degustado poco antes. No se salvaron ni siquiera unas jaulitas de pajarito y unas piñatas colgadas al techo.

Al final de la recepción monjitas, sacerdotes, diplomáticos y hasta algún alto eclesiástico (léase cardenal) salieron sonrientes con sus obsequios. Algún italiano atinó a exclamar: “¡Es que son cosas tan bellas!".

Querubines replican.- Que casualmente y sin otro motivo más que la coincidencia (aparentemente), resultó que sólo los gobernadores emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fueron recibidos en audiencias privadas por el “número dos” de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, durante sus estancias en Roma para asistir a sus respectivas muestras “Navidad mexicana en El Vaticano".

Se trató del ex gobernador del Estado de México y actual presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, quien en diciembre de 2009 conversó unos instantes con el purpurado. Y apenas ayer el priísta Fausto Vallejo, gobernador de Michoacán, también saludó a Bertone. Pero ni Emilio González Márquez de Jalisco en 2007, ni Juan Manuel Oliva de Guanajuato en 2010 y ni Rafael Moreno Valle de Puebla en 2011 tuvieron sus audiencias en corto con el secretario de Estado. Todos ellos son representantes del Partido Acción Nacional (PAN).

La Navidad mexicana es ya una tradición en El Vaticano. Cada año un estado de ese país (la República está dividida en 31) regala al Papa dos nacimientos artesanales que adornan durante las fiestas el Aula Pablo VI y los Museos Vaticanos. Se trata de un escaparate de promoción turística muy potente. Por eso ya cinco entidades han dado su contribución, faltan 26. Por lo tanto se podrá ver más cultura de México en Roma. Más políticos saludando al Papa y claro, aprovechando para hacer un poco de turismo por Europa.