El proyecto Raquel sigue dando frutos en Albacete


 

J. Joaquín Tárraga – diocesisalbacete.org

Si has pasado por un aborto o estás pensando en abortar, Proyecto Raquel te puede ayudar a encontrar luz entre tanta oscuridad. Mari Carmen Soria y Pepita Hernández son dos profesionales voluntarias que están en Proyecto Raquel. Están acompañadas por una persona que ha encontrado acogida y mucha comprensión en este grupo. Hablamos con ellas.

- ¿Qué es el Proyecto Raquel? 

- El Proyecto RAQUEL es una iniciativa de la iglesia norteamericana que funciona cerca de 30 años y dada su eficacia se ha extendido por muchos países. En España llegó hace varios años y en la diócesis de Albacete en concreto, se organiza en 2011. Es un servicio eclesial situado en el área de Familia. Lo integran sacer-dotes, psicólogos, consejeros, personas todas ellas formados para ofrecer una atención individualizada y gratuita a aquellas mujeres que sufren las consecuencias de un aborto.        

- ¿Para qué personas?       

- El Proyecto Raquel acoge a toda mujer, incluso varones, que después de haber pasado por un aborto sufren algunos de los síntomas que produce el haber vivido esa tremenda experiencia (depresiones, abulia, baja autoestima, alucinaciones, etc.) y que no mejoran con la visita a psicólogos o psiquiatras. También son personas que colaboraron de forma directa o indirecta en el aborto y que tarde o temprano viven un sentimiento de culpa.

- ¿Cómo trabajáis?  

- Tenemos un teléfono permanente donde llaman las personas y se les da una cita con un consejero en un lugar no explicitado. Ahí se planifica el proceso a seguir. La persona debe recorrer unas etapas marcadas para lo cual el consejero le va acompañando. Estas etapas se resumen en tres bloques: 1) verbalización 2) perdón y reconciliación,  3) personalización.

- Nos podéis contar alguna experiencia real

- “¿Qué diría a una joven o mujer adulta que piensa en el aborto?  Ante todo le diría que no pase por ese trance. Se pierde mucho y no se consigue resolver el problema que le ofrecían con el aborto, al contrario, comienza un calvario muy difícil de superar. Te dejan sola en un sufrimiento silencioso. Durante muchos años he llevado esta carga en mi corazón visitando psicólogos, psiquiatras y solo al conocer el Proyecto Raquel y vivir su proceso he recuperado la paz y me siento otra persona”.   

 - ¿Qué supone este proyecto para la diócesis?

 - Una vez que se ha acompañado a varias mujeres, vemos que el Proyecto Raquel es una riqueza para las personas y para la Iglesia. Para quienes vienen al proyecto: porque se abre una puerta de esperanza a una humanidad doliente y porque se llega a la sanación del corazón. Y para el grupo que trabajamos de forma voluntaria, es una tarea y una vocación. 

 - ¿Qué objetivos os marcáis?

 - Este año tenemos por objetivo, además de atender a quienes nos solicitan, divulgar este servicio a toda población, sin distinción de creencias, de cultura… Y estamos informando en centros educativos, asociaciones de padres, en parroquias, comunidades… para llevar el mensaje de amor que Dios ofrece a toda persona: que nos quiere felices a cada uno de nosotros y nos ama por encima de toda circunstancia.