22.12.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural - y 31.-Perseverancia en la fe

A las 12:27 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Serie Pensamientos de vida sobrenatural

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

En realidad, Dios no espera más de nosotros que lo que queramos hacer rendir nuestros talentos. Ahora bien, ciertamente espera que los hagamos rendir.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

y 31.- Perseverancia en la fe

Nada mejor que, para terminar esta serie sobre los “Pensamientos de vida sobrenatural” nos refiramos a lo que tiene de importante no dejarnos vencer, con facilidad, por el mundo y por el acercamiento excesivo a lo que nos presenta. Ciertamente nos aleja de Dios. Por eso debemos perseverar en la fe.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone para un católico reconocer que es muy importante no abandonar su propia fe.

1 Perseverar ha de ser, en ti, algo así como no cejar en el empeño de definirte como hijo de Dios y, además, creértelo.

2 Es, perseverar, como cuando, al empezar a caminar sabemos que no podemos dejar de intentarlo.

3 Puedes caer en el desaliento. Sin embargo, pregúntate qué es lo que Dios espera de tu comportamiento como hijo Suyo.

4 ”Corresponde a la fidelidad del hombre cumplir aquello que prometió” dice Sto. Tomás. Eso es, exactamente, perseverar.

5 Somos débiles como cristianos. Por eso hemos de perseverar en la fe.

6 El cristiano demuestra su Fortaleza cuando persevera en la fe.

7 Perseverar no puede tener límites temporales. No olvides tan gran verdad.

8 Yo persevero en la fe, tu perseveras en la fe… nosotros perseveramos en la fe. ¡Qué mundo no tendríamos si siempre hiciéramos tal cosa!

9 ”En la humildad, en la dulzura, en la caridad” dice S. Francisco de Sales que demostramos la fidelidad. Y yo añado… y la perseverancia.

10 La paciencia consigo mismo es un buen instrumento para que la perseverancia se mantenga.

11 Es bien cierto que, muchas veces, puedes caer en la tentación de abandonar, de cualquier forma, tu fe. Recuerda, entonces, que la perseverancia no es algo ilusorio sino que, al contrario, te ayuda en tu camino.

12 A propósito de tu voluntad: perseverar no es fácil porque ser cristiano tampoco lo es.

13 Tienes que ser consciente de algo muy importante: la perseverancia es lo mínimo que se le pide a un hijo de Dios. Repito: lo mínimo.

14 No vendas tu perseverancia por cualquier mundanidad que te puedan ofrecer. El cambio, tal cambio, es para ir a peor.

15 Perseverar en la fe es cumplir con un objetivo básico para el cristiano: ser lo que dice que es.

16 Recuerda que no sólo ha de perseverar en la fe el sacerdote sino cada fiel y cada creyente. Vamos, tú mismo.

17 Amar, amar y amar. Tal es la recomendación básica para tener un comportamiento perseverante en la fe.

18 El prodigio más grande que la perseverancia puede proporcionarte es, digamos, que te demuestres a ti mismo que es cierta tu fe.

19 Paso a paso vas dando forma a tu perseverancia que, sin embargo, sólo puede tener un camino del que no puede distraerse: Dios.

20 Persevera; luego, cree.

Pidamos a Dios perseverancia en la fe y perseverancia en la insistencia personal en no olvidarla.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán