22.12.12

 

Pasó el 21 de diciembre y los medios de comunicación han recogido algunas de las cosas que han pasado a lo largo del mundo. Traemos aquí algunas de ellas, sabiendo que un repaso exhaustivo sería imposible. Remitimos a los lectores al número monográfico (nº 262) del boletín Info-RIES, editado por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Seguramente se publique otro boletín complementario, ampliando la información en torno al supuesto fin del mundo o cambio de era del calendario maya.

Más detenciones en China

Las detenciones de miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso, la secta china que aseguraba que el mundo finalizaría con el cambio en la era maya, continuaron el 21 de diciembre con el arresto de 96 adeptos más en la provincia de Henan (centro), informó la agencia oficial Xinhua. Según relata Efe, alrededor de un millar de miembros de esta secta de impronta cristiana, que se originó en Henan en 1990, han sido detenidos en las dos últimas semanas.

Los miembros de la secta aseguraban en folletos, textos en Internet u otros medios que el apocalipsis llegaría el 21 de diciembre, por lo que conminaban a la gente a que se uniera a su “Iglesia” antes de que llegara esa fecha, para lo cual debían entregar todos sus bienes a los responsables del culto. Las autoridades creen que a pesar de que en los últimos días el grupo religioso había usado la idea del “fin del mundo maya", una vez pasada la fecha sin sorpresas, la secta iba a continuar sus operaciones mediante otras estafas.

Conocida también como ‘Rayo Oriental’, la secta tiene también como ideario luchar contra “el gran dragón rojo” (eufemismo con el que alude al Partido Comunista de China) e instaurar un país “gobernado por Dios”. También asegura que Jesucristo resucitará nuevamente en China, aunque esta vez como una mujer.

Las supersticiones sobre un presunto fin del mundo el 21 de diciembre tuvieron cierta aceptación en China, donde según la prensa oficial un 10% de la población creía en la posibilidad de que eso sucediera.

Ritos neoindigenistas en Iberoamérica

En las majestuosas ruinas de Tikal, enclavadas en un espeso bosque de Guatemala, se iniciaron las ceremonias del cambio de era en el calendario maya, que tiene a medio planeta revuelto por los presagios de un fin del mundo el 21 de diciembre. Leemos en Colpisa que los mayas cerraron en el solsticio una era de 5.200 años en su calendario y dieron la bienvenida a un nuevo ciclo, acontecimiento que dio lugar a interpretaciones catastrofistas, impulsó a crédulos alrededor del mundo a refugiarse en montañas o búnkeres y llevó a científicos a explicar una y otra vez que la Tierra -y su carga de seres humanos- seguiría allí tras el día 21.

La fiebre apocalíptica fue aprovechada por empresarios y gobiernos para atraer turistas a sitios arqueológicos de México, Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador, territorios donde se asentó el imperio maya, una cultura con vasto legado de conocimientos para la humanidad, ya en decadencia cuando llegaron los conquistadores españoles. Ante unos 3.000 espectadores, con rituales y danzas, frente a la pirámide de la Gran Plaza del Parque Arqueológico de Tikal, arrancó la noche del día 20 la celebración oficial encabezada por el presidente Otto Pérez, y que concluyó con una gran ceremonia maya al amanecer del 21, en saludo al sol. Policías y militares, apoyados por vehículos armados, vigilan las cercanías de Tikal, 560 kilómetros al norte de Ciudad de Guatemala, y los poblados próximos, reflejo de un país golpeado por la violencia del narcotráfico.

En Argentina, por temor a suicidios, se prohibió el acceso a una montaña considerada por muchos como cargada de energía espiritual. Pero la gran mayoría, escéptica, se lo tomó con buen humor, mientras gobiernos y empresarios de México y Centroamérica se frotaban las manos con la llegada de miles de turistas que se agolpaban en sitios arqueológicos como Tikal, Copán (Honduras) o Chichen Itzá (México), que esperaba recibir a más de 15.000 visitantes.

El origen de todo está en una piedra tallada encontrada en el sitio mexicano de Tortuguero, que alude a un evento místico en el solsticio de este diciembre. Según el calendario de los mayas, es la culminación de la cuenta larga de 13 ciclos con que medían el tiempo, el baktun, cada uno de 400 años. “Los mayas era científicos y sabían todo de la naturaleza y de los ciclos del mundo. Esta fecha no tiene nada de apocalíptica. Los mayas tampoco creen en el fin del mundo”, comentó Rohan Tamdbyrajah, un turista de 20 años que no quiso perderse la ceremonia.

Con un bosque profundo que alberga jaguares, pumas, dantas, jabalíes, venados y centenares de tipos de mariposas y aves, Tikal, una de las ciudades más representativas de la civilización maya, fue centro de peregrinaje de cientos de turistas. En la plaza de Tikal, el gobierno lo celebraba con invitados especiales, entre ellos la presidenta costarricense Laura Chinchilla. Fuera de allí, en actos discretos, los descendientes de los mayas darán la bienvenida a la nueva era rogando por un despertar de la humanidad.

«Para nosotros no es un show y no es turismo, es algo espiritual y personal», dijo Sebastiana Mejía, de la Conferencia de Ministros Mayas. El secretario del Gran Consejo de Autoridades Ancestrales Mayas, Alberto Marroquín, afirmó que los mayas se sentían marginados de las actividades en la majestuosa Tikal. «Es irónico e ilógico, es como celebrar algo y que no esté invitada la persona principal», dijo Marroquín en este parque, Tikal, que tiene una extensión de 576 km cuadrados, de los cuales 16 corresponden a las ruinas, con plazas, templos y un observatorio astronómico.

Marroquín, quien llegó a Tikal con otros sacerdotes para hacer una ceremonia paralela, criticó que la fecha se haya usado como «mercancía» y para paranoias de cataclismo. «No somos magos ni brujos (…), somos científicos de pensamiento propio», subrayó. Poco antes de empezar el acto oficial, unos 200 indígenas protestaron contra esa celebración por considerarse excluidos, pero tras dialogar con los organizadores entraron a dejar ofrendas a este majestuoso sitio, declarado Patrimonio Mundial cultural y natural de la Humanidad por la Unesco.

Ceremonias espirituales también se prepararon en México, Honduras, El Salvador y Belice. En el cenote sagrado de Zaci, un profundo estanque de agua clara ubicado en Yucatán, sureste mexicano, un sacerdote maya encabezó el 21 al amanecer la ceremonia del encendido del fuego nuevo para marcar el inicio de otra era. Incluso en Bolivia, en la mítica Isla del Sol, en el Lago Titicaca, el gobierno del indígena Evo Morales realizaró el día 21 una ceremonia que esperaba la asistencia de más de 5.000 visitantes, por el inicio de un nuevo tiempo y el «fin de la oscuridad».

También en España

En las calles de muchas ciudades del mundo como en Madrid se agradeció a los dioses la llegada de la nueva era maya o el no fin del mundo, señalaba Efe. Los sonidos de tambores, caracolas y ocarinas resonaron en la madrileña Plaza de Colón en un ritual ancestral bendecido con incienso de copal y amenizado por las danzas del grupo mexicano Guerreros de Luz, en un acto organizado por la Oficina de turismo de México en España.