25.12.12

Las Navidades de los tristes y amargados

A las 7:55 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Cada año que llega el aniversario del Nacimiento del Señor Jesús en Belén, encuentro más gente triste y amargada deseosa que pasen rápidas estas fechas, que les da repelús el tenerlas que vivir. Si pudieran las quitarían del calendario.

No son, solamente, los agnósticos y ateos, o los miembros de otras religiones, quienes se manifiestan así contra la Navidad del Señor. Son muchos católicos de misa dominical, de Comunión frecuente, de compromiso con la Iglesia Católica.

En los primeros es explicable la situación. En los segundos no es coherente.

¿Qué causas inducen a católicos convencidos a llenarse de tristeza y amargura?

Las expongo en números, porque se expresan más gráficamente.

1.- El carácter, la manera de ser de la persona, tiene una gran explicación. Las personas tristes lo son de cuna. Los amargados lo son de aprendizaje vital. La observación de otras gentes alegres y contentas por el Nacimiento del Hijo de Dios los sumerge más en la tristeza y la amargura.

2.- Tristes y amargados han subido en el escalafón social en los últimos años motivados por la sima honda de la crisis económica, laboral, y moral por donde está caminando la presente sociedad.

3.- Otro gran sector de los tristes y amargados confiesan que “mal tragan” las Navidades, porque se acuerdan de su infancia, de sus familiares finados, de sus neuras oscuras y de sus fantasmas imaginarios.

4.- Buena parte de estos convecinos tristes y amargados no tapan con careta sus dolencias sicológicas en los días navideños. Todo lo contrario. Se encuentran mejor contando sus aventuras tristonas para ganar adeptos a su causa de la amargura anual cuando nace el Señor en Belén de Judá.

5.- Estas personas, son o no, depende, tristes y amargados el resto del año. No saben de risas y alegrías. Están incapacitados para entender estos sanos sentimientos humanos de sentir y contagiar júbilo por la gran noticia que hoy celebra toda la Iglesia: el Nacimiento del Mesías en la ciudad de David.

¿Qué deben hacer estos seres tristes y amargados?

A) Como Santa Teresa de Jesús decía a sus monjas: Entender de amores al Niño Dios que nace en el portalito, junto a la mula y el buey. ¿Realmente la fe católica de estas personas les llena en plenitud su alma para amar a Dios y a los hermanos en la noche oscura y en la plena luz solar?.

B) Acudir a los peritos del alma, como el confesor, quien sin pasar ninguna minuta, escucha, dialoga, cura y sana las heridas morales inferidas por el propio ser humano que está delante como penitente y que desea, como el hijo pródigo, que el Padre le abrace y perdone sus culpas y pecados.

Estas ideas no tratan de agotar el tema de hoy, solemnidad de la Navidad del Señor, pero, al menos, si a una sola persona lectora de este post le sirve para salir de su tristeza y amargura, ya le ha regalado algo muy importante el Señor desde la cuna de Belén.

Feliz y santa Navidad del Señor a todos los amigos lectores.

Tomás de la Torre Lendínez