26.12.12

 

Los dos grupos en los que se dividió la secta Verdad Suprema, responsable del atentado del metro de Tokio de 1995, captaron 255 nuevos miembros en 2012, la cifra más alta desde que la Agencia de Seguridad Pública las puso bajo vigilancia en 2000, informó el pasado 25 de diciembre la cadena NHK, tal como ha divulgado Efe.

La agencia indicó además que el número de miembros menores de 20 años se ha triplicado en los últimos 4 años y que, según las investigaciones realizadas en 2012, sospecha que las dos organizaciones han reclutado a muchos nuevos miembros en campus universitarios y a través de internet.

Tras el ataque con gas sarín en el suburbano de Tokio, el peor en la historia de Japón, que causó 13 muertos y unos 6.300 intoxicados, muchos de los cuales sufren hoy secuelas, Aum Shinrikyo (Verdad Suprema) se cambió el nombre por Aleph. En 2007 Aleph sufrió una cisma encabezado por el antiguo portavoz de la secta, Fumihiro Joyu, que bautizó al grupo escindido como Hikari no wa (Círculo de Luz).

Las autoridades niponas arrestaron este año a los tres últimos miembros fugados de Verdad Suprema que participaron en los atentados de 1995. Según la Agencia de Seguridad Pública, los miembros de Aleph, que a diferencia de Hikari no wa no ha renegado del legado del fundador de Verdad Suprema, Shoko Asahara (en la foto), se han mostrado preocupados con respecto a la posibilidad de que las detenciones aceleren la ejecución del antiguo líder, condenado a muerte tras el atentado.

En este sentido, la agencia explicó que los líderes de Aleph han pedido a sus miembros que abracen con mayor pasión las ideas de Asahara, en un movimiento que estaría destinado a prevenir que se le aplique la pena capital. Verdad Suprema nació en 1984 cuando Asahara, cuyo verdadero nombre es Chizuo Matsumoto, abrió un pequeño seminario de yoga en el céntrico barrio tokiota de Shibuya, donde comenzó a captar a miembros de la elite universitaria nipona.

La secta se transformó poco a poco en una poderosa organización con capacidad para producir agentes químicos y armas ligeras y que llegó incluso a adquirir un helicóptero militar ruso. Tras los atentados, los tribunales nipones han procesado a 189 miembros de Verdad Suprema, emitido cinco condenas de cadena perpetua y confirmado 13 penas de muerte, entre ellas la de Asahara, aunque por el momento ninguna de las ejecuciones se ha llevado a cabo.