30.12.12

Criar hijos para el cielo

A las 9:47 AM, por Jorge
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Un tanto al hilo de los dos últimos post, hoy recordaba esa tradicional doctrina sobre el matrimonio y la familia que colocaba como uno de sus fines el de “criar hijos para el cielo”.

Tal vez hoy fura día para recordar estas cosas. Porque quién más y quién menos comprende que la familia es escuela de convivencia, de aprendizaje de valores humanos, de formación como personas. Otra cosa es que seamos igualmente conscientes de su finalidad especialísima de criar hijos para el cielo. Es decir, la familia escuela y aprendizaje de santidad.

Como siempre, qué bien entendemos la teoría. Pero en un día como hoy habría que revisar la práctica.

Seguro que todos me van a decir que salvo rarísimas excepciones en las familias se da todo por los hijos. Los padres están dispuestos a sacrificarse por la formación académica y en valores de sus hijos. Si el niño no saca buenos resultados, no hay problema en psicólogos, profesores de apoyo, kumon y lo que se tercie. Y ojo a lo que supone el desarrollo físico de nuestros niños: clases de educación física, deporte escolar, esquí, tenis, judo… Pero no nos perdamos lo que hacen los padres para que sus retoños sean incluso físicamente “perfectos”. ¿Conocen a algún niño que se haya librado de los famosos breakers para tener la dentadura perfecta? Y en cuanto se nos dice que podría tener una posibilidad de quién sabe cuál de tal vez un problemilla no seguro en la espalda, dos horas por semana de natación. Si es que está visto que por los niños todo.

¿Y eso de que vayan al cielo? Pues hombre, eso también. Quizá en el colegio asistan a clase de religión (no siempre) y fueron a catequesis de primera comunión un par de añitos justos, faltando algo, eso sí, porque claro entre la piscina, los breakers, el psicólogo y los entrenamientos de fútbol, pues todo el día a carreras. Incluso algunos domingos que no hubo partido hasta fueron a misa. La primera comunión resultó bien. Lástima que el sacerdote se empeñara tanto en que fueran a misa los domingos, que no sé cómo no se dan cuenta de que hay que ser más flexibles. Luego ya… pues que los niños decidan, no van a estar los padres llevándoles a misa cada domingo.

Entonces, ¿ni la misa del domingo? Jorge… iremos cuando podamos, pero pretender que vayamos todos los domingos, imposible. Nosotros somos creyentes, pero no fanáticos. (Les prometo que esta contestación es real).