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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 01 de diciembre de 2013

El papa Francisco

El papa: en Adviento dejémonos guiar por María que es madre
Francisco pide medicinas para todos los enfermos de SIDA, expresa cercanía y también a los religiosos y quienes les asisten en el silencio

'Que todos los enfermos de SIDA, tengan acceso a las curaciones' pide el Papa
Agradece a los religiosos y operadores que en el silencio atienden a los enfermos

El papa visita una parroquia de la periferia romana
El obispo de Roma pide disculpa a los fieles por los inconvenientes causados por la seguridad y les dice: 'No estoy de acuerdo con esto, estoy de acuerdo con ustedes'

Iglesia y Religión

Fátima: exponen el manuscrito del tercer secreto
En la exposición 'Secreto y Revelación' es la primera vez que el público puede apreciar el escrito de la hermana Lucía

Misa por los 450 del concilio de Trento
El cardenal Brandmuller, enviado especial por el papa Francisco, reitera la continuidad del Vaticano II con el concilio del credo Niceno-constantinopolitano

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato Charles de Foucauld
«Apóstol de los tuaregs, este Hermano universal de origen aristocrático, que se convirtió siendo adulto, se dejó literalmente la vida en su misión. A él se debe la proliferación de numerosas fundaciones asentadas en su espiritualidad»


El papa Francisco


El papa: en Adviento dejémonos guiar por María que es madre
Francisco pide medicinas para todos los enfermos de SIDA, expresa cercanía y también a los religiosos y quienes les asisten en el silencio

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - En este primer domingo de Adviento el santo padre Francisco rezó el ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la plaza de san Pedro a pesar del frío y la lluvia.

Dirigiéndose a ellos, después del largo aplauso que le acogió el papa les dijo:

¡Queridos hermanos y hermanas!

Comenzamos hoy, primer domingo de Adviento, un nuevo año litúrgico, o sea un nuevo camino del Pueblo de Dios con Jesucristo, nuestro pastor que nos guía en la historia hacia el cumplimiento del Reino de Dios. Por lo tanto este día tiene una fascinación especial, nos hace probar un sentimiento profundo del sentido de la historia.

Redescubramos la belleza de estar todos en camino: la Iglesia, con su vocación y misión, y la humanidad entera, los pueblos, las civilizaciones, las culturas, todos en camino hacia los senderos del tiempo. ¿En camino hacia donde? ¿Hay una meta común? ¿Cuál es esta meta?

El Señor nos responde a través del profeta Isaías: “Al final de los días, el Monte del Templo del Señor/ estará firme en la cima de los montes/ y se levantará encima de las colinas/ y hacia éste afluirán todos los pueblos./ Vendrán muchos pueblos y dirán: /Venid, subamos al monte del Señor, / al templo de Jacob, / para que nos enseñe sus vías / y podamos caminar por sus senderos”. Esto es lo que dice Isaías sobre nuestra meta a la que nos dirigimos.

Es una peregrinación universal hacia una meta común, que en el antiguo testamento es Jerusalén, donde surge el templo del Señor, porque desde allí, desde Jerusalén ha venido la revelación del rostro de Dios y de su ley. La revelación ha encontrado en Jesucristo su cumplimiento, es el 'templo del Señor', se ha vuelto Él mismo, el Verbo hecho carne: es Él la guía y al mismo tiempo la meta de nuestra peregrinación, la peregrinación de todo el Pueblo de Dios; y con su luz también los otros pueblos pueden caminar hacia el Reino de la justicia y de la paz.

Dice aún el profeta: Romperán sus espadas y las harán arados, /de sus lanzas harán hoces; una nación no levantará más la espada / contra otra nación, no aprenderán más el arte de la guerra'.

Me permito de repetir esto que dice el profeta: escuchen bien: 'Romperán sus espadas y las harán arados, /de sus lanzas harán hoces; una nación no levantará más la espada / contra otra nación, no aprenderán más el arte de la guerra'.

¿Pero cuándo sucederá esto? Qué hermoso día en el cual las armas sean desmontadas y transformadas en instrumentos de trabajo. Qué lindo día será este, y esto es posible, apostamos sobre la esperanza sobre una paz que será posible.

Este camino nunca ha concluido. Como en la vida de cada uno de nosotros es siempre necesario partir nuevamente, levantarse nuevamente, encontrar el sentido de la meta de la propia existencia. Así para la gran familia humana es necesario renovar siempre el horizonte común hacia el cual estamos encaminados. ¡El horizonte de la esperanza! ¡Ese horizonte para hacer un buen camino!

El tiempo de Adviento que hoy de nuevo comenzamos nos restituye el horizonte de la esperanza, una esperanza que no desilusiona porque está fundada sobre la palabra de Dios.¡Una esperanza que no desilusiona simplemente porque el Señor nunca desilusiona. Él es fiel y Él nunca desilusiona! Pensemos y sintamos esta belleza.

El modelo de esta actitud espiritual, de este modo de ser y de caminar por el camino es la Virgen María. Una simple joven de pueblo, que lleva en su corazón toda la esperanza de Dios. En su vientre, la esperanza de Dios ha tomado carne, se ha hecho hombre, se ha hecho historia: Jesucristo. Su Magnificat es el cántico del pueblo de Dios en camino, y de todos los hombres y mujeres que esperan en Dios, en la potencia de su misericordia.

Dejémonos guiar por Ella que es madre, que es mamá y sabe cómo guiarnos, dejémonos guiar por Ella en este tiempo de espera y de vigilancia operosa".

En este momento el santo padre rezó la oración del ángelus. Y al concluir la plegaria dijo:

"Queridos hermanos hermanas, hoy es la Jornada mundial de lucha con tra el HIV/SIDA.

Expreso mi cercanía a las personas que están afectadas, especialmente a los niños; una cercanía que es muy concreta a través del empeño silencioso de tantos misioneros y operadores. Recemos por todos, también por los médicos y los investigadores. Que cada enfermo, ninguno excluido, pueda acceder a las curaciones que necesita".

“Saludo con afecto a todos los peregrinos presentes: las familias, las parroquias, las asociaciones. En particular saludo a los fieles provenientes de Madrid, el coro Florilége de Bélgica”. Y tras saludar a algunos grupos y asociaciones italianas se despidio, dando la bendición.

Y concluyó con su ya famoso: “¡Buon pranzo e arrivederci!”


(RED/HSM)

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'Que todos los enfermos de SIDA, tengan acceso a las curaciones' pide el Papa
Agradece a los religiosos y operadores que en el silencio atienden a los enfermos

Por Redacción

ROMA, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el VIH/SIDA, por ello el papa Francisco después de la oración del ángelus se refirió al tema.

“Queridos hermanos hermanas, hoy es la Jornada mundial para lucnar con tra el HIV/SIDA” dijo el papa.  “Expreso mi cercanía a las personas que están afectadas, especialmente a los niños”, y precisó que se trata de “una cercanía que es muy concreta a través del empeño silencioso de tantos misioneros y operadores”. Y pidió que “recemos por todos, también por los médicos y los investigadores”.

Al concluir su mensaje solicitó: “Que cada enfermo, ninguno excluido, pueda acceder a las curaciones que necesita”.

Un estudio de la Universidad de Washington en la revista AIDS, apenas publicado por la CNN indica que en 20 años el VIH/SIDA creció hasta ubicarse como la quinta causa de pérdida de salud a nivel mundial, cuando en 1990 ocupaba el lugar 23 de dicha lista.

La cantidad mayor de muertes por SIDA se registró en 2006 y a partir de este año, gracias a los antibióticos retrovirales comenzó un lento descenso paulatino en la mortalidad.

Sigue siendo una enfermedad letal, esto debido a los diagnósticos tardíos y porque que no todas las personas tiene acceso a los tratamientos que son muy costosos.

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El papa visita una parroquia de la periferia romana
El obispo de Roma pide disculpa a los fieles por los inconvenientes causados por la seguridad y les dice: 'No estoy de acuerdo con esto, estoy de acuerdo con ustedes'

Por Redacción

ROMA, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco ha visitado en la tarde de este domingo la parroquia de San Cirillo Alessandrino, en el barrio romano de Tor Sapienza, al este de la ciudad. Se trata de un barrio periférico de la capital italiana, situado adentro del anillo de la autopista, a unos seis kilómetros del centro. Zona popular y construida en los años sesenta, con su primera iglesia levantada en 1963 y sustituida con el nuevo templo consagrado recien el año pasado.

El santo padre en su homilía recordó que en la primera lectura se leyó la profecía de Isaías que habla del camino que nos lleva al Monte del Señor y precisó que “este Monte del Señor es el encuentro con Jesús, que nos ama y que ha dado la vida por nosotros”. Y recordó a los presentes que entretanto “a Jesús lo encontramos siempre, todos los días: en la oración, en los sacramentos, en el bautismo” y también “en la confirmación y la comunión”.

"El cristiano debe siempre encontrar a Jesús, mirarlo, dejarse mirarl por Jesús, porque Jesús nos mira con amor". Alguien podrá decir, dijo el papa: "Pero padre usted sabe que este camino para mi es un feo camino, porque yo soy muy pecador, cometí tantos pecados... ¿cómo puedo encontrar a Jesús?". 

Y recordó que "las personas que Jesús buscaba mayormente eran los más pecadores, y lo criticaban por esto, y la gente --las personas que se creían justas-- decían: pero éste no es un verdadero profeta, mira que linda compañía tiene. Estaba con los pecadores... Y el decía: Yo he venido para aquellos que necesitan salud, ser sanados. Y Jesús nos cura de nuestros pecados".

Advirtió del peligro que la Confirmación se transforme en el “sacramento del adiós” después del cual uno se aleja de la Iglesia. “¡No debe ser así!” dijo. Y reiteró: “La via es un camino que lleva a Jesús y cuando este camino no lleva a Jesús no es un camino cristiano”. El santo padre recordó también que “ir hacia Jesús significa pedirle que perdone nuestros pecados” y que no hay que desanimarse porque “Jesús buscaba especialmente a los pecadores”.

Delante del público que le escuchaba con gran atención el papa indicó que “la vida cristiana es caminar, ir adelante, unidos como hermanos, amándose uno con los otros, para así encontrar al Señor”.

Y a los nueve niños a quienes impartió la Confirmación, el obispo de Roma les dijo: “A ustedes queridos jóvenes, con el sigilo del Espíritu Santo, ahora tendrán más fuerza y coraje para ir hacia Jesús. Sean corajosos, no tengan miedo, la vida es este camino. Y el regalo más lindo es encontrar a Jesús. Adelante y coraje". 

Al concluir la misa, después de la bendición final, antes de salir se dirigió a los fieles: "Les agradezco este espacio del camino que hemos hecho juntos, les agradezco por vuestra acogida y vuestra alegría" dijo. Y les pidió oraciones "porque las necesito". Y precisó que "si algo de la organización de esta visita les ha molestado, quizás algún exceso de seguridad o de miedo, sepan que no estoy de acuerdo con esto y estoy de acuerdo con ustedes". 

Es posible ver en google maps el barrio y el templo

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Iglesia y Religión


Fátima: exponen el manuscrito del tercer secreto
En la exposición 'Secreto y Revelación' es la primera vez que el público puede apreciar el escrito de la hermana Lucía

Por Redacción

ROMA, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - El manuscrito de la hermana Lucia sobre el tercer secreto de Fátima fue expuesto este sábado por primera vez al público, en el santuario mariano de Portugal.

El obsipo de Leiria-Fátima António Marto no escondió su emoción de haber leído por primera vez el manuscrito de la hermana Lucía, y le dijo a los periodistas 'me tocó el corazón'.

La tercera parte del mensaje de Fátima, llamado también secreto, la Virgen María lo reveló en 1917 a los tres pastores, Lucía, Francisco y Jacinta durante las seis apariciones en la Cova de Iría. 

La exposición está ubicada en la parte del santuario de Fátima llamada de la Reconciliación, en basílica de la Santísima Trinidad. La exposición lleva como nombre “Secreto y Revelación” y allí se muestran los objetos y recuerdos relacionados con las apariciones, entre los cuales el manuscrito de la Hermana Lucía.

El director del Mueso del Santuario de Fátima y responsable de la exposición, Marco Duarte precisó que la exposición contiene las tres partes del mensaje de Fátima. Y que el manuscrito de la hermana Lucía fue traído desde el Vaticano, gracias a la autorización que el papa Francisco concedió 10 de junio pasado, puesto que el escrito pertenece al Archivo Secreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde entró el 4 de abril de 1957.

En declaraciones a la sala de Prensa del Santuario de Fátima, Marco Duarte recordó que “el manuscrito salió rarísimas veces del Vaticano, la primera vez “por petición del Papa Juan Pablo II, después del atentado del 13 de mayo de 1981 y en el año 2000 cuando el prefecto de la Congregación, como emisario del papa, vino a Coímbra para ver a Lucía que hizo el reconocimiento del manuscrito”.

(RED/HSM)

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Misa por los 450 del concilio de Trento
El cardenal Brandmuller, enviado especial por el papa Francisco, reitera la continuidad del Vaticano II con el concilio del credo Niceno-constantinopolitano

Por H. Sergio Mora

ROMA, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - En la catedral de la ciudad italiana de Trento, sede del concilio iniciado en 1545 y concluido en 1563, se realizó este domingo 1 de diciembre por la tarde, una misa recordando los 450 años del mismo, presidida por el cardenal alemán Walter Brandmuller, enviado especial de su santidad Francisco.

El Concilio definió la doctrina de la Iglesia delante de las propuestas protestantes y determinó el Credo Niceno-constantinopolitano como en todo aquello en lo que deben creer los bautizados.

En su homilía el cardenal alemán recordó que un estudioso del concilio lo ha definido “el milagro de Trento" y que "solamente en retrospectiva podemos reconocer con cuanta potencia el espíritu de Dios, justamente por medio de tal concilio intervino en el destino de la Iglesia” a tal punto que los siglos posteriores son definidos post-tridentinos. “Y hoy después de 450 años --prosiguió el purpurado-- en que nosotros cristianos del tercer milenio entonamos el mismo Te Deum de entonces, no debemos hacerlo con la mirada nostálgica hacia el pasado, sino que más bien celebramos este jubileo con la mirada hacia la Iglesia y el mundo, aquí y ahora”.

Y el cardenal se interrogó cuál mensaje nos llega del concilio hoy en día a través de los siglos. “¿O quizás tenían razón quienes consideraron al Concilio Vaticano II como una despedida del de Trento?”. 

Bastaría solamente recordar que "la constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, que expone la enseñanza sobre la Iglesia en bien 16 pasos, hace referencia explícita al documentos doctrinarios del Concilio de Trento. O sea después de 450 años éste está presente en la doctrina de la Iglesia” dijo.

Al concluir, el cardenal alemán nacido en una familia protestante y convertido de joven a la Iglesia católica, indicó la necesidad del descubrir en la figura terrena y humana de la Iglesia “la figura de lo divino, para superar aquella deplorable mundanización de la Iglesia que es un obstáculo para la salvación eterna de los hombres”.

Y mirando para el pasado recordó que en la apertura del concilio de Trento, ninguno de los pocos cardenales allí presente provenía de Alemania y se temía un futuro obscuro para la Iglesia. “No teman, pequeña grey le dijo el Señor a sus apóstoles, y por lo tanto también a sus sucesores que se habían reunido en Trento. Así se dedicaron en seguida al trabajo para entender y discernir la verdad de la fe del error que era el de reforma”.

Recordó también los frutos del Concilio de Trento, y ente ellos la evangelización de los nuevos continentes descubiertos.

“Hoy tememos que estar colmos no solamente de gratitud por ésto, pero también de esperanza de que el concilio Vaticano II --que los más ancianos entre nosotros hemos vivido personalmente-- en su tiempo pueda dar los mismos frutos de ese concilio que recordamos hoy”.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato Charles de Foucauld
«Apóstol de los tuaregs, este Hermano universal de origen aristocrático, que se convirtió siendo adulto, se dejó literalmente la vida en su misión. A él se debe la proliferación de numerosas fundaciones asentadas en su espiritualidad»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 01 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - Este «misionero del Sahara», apóstol de los tuaregs, nació en Strassbourg, Francia, el 15 de septiembre de 1858. Su origen aristocrático –fue vizconde de Foucauld– inicialmente no le otorgó a su carácter la distinción que cabría esperar en alguien de su alcurnia. Él y su hermana María perdieron a sus padres. Charles tenía 6 años. Creció junto a ella bajo la tutela de su abuelo, encaminándose a la vida militar. Antes había estudiado con los jesuitas, pero en los tres años que estuvo con ellos, no parece que sus enseñanzas hicieran mella en su espíritu. Desde sus 16 años vivía alejado de la fe. Como el hijo pródigo, dilapidó la copiosa herencia que le legaron tiñendo su existencia con las sombras de ese ambiente licencioso al que se asomó.

Fue en 1878 cuando se integró en el ejército y dos años más tarde convertido en oficial prestó sus primeros servicios en Sétif, Argelia. Dios no existía entonces para él. Otros intereses mundanos llamaban su atención y al año siguiente su mala conducta supuso su expulsión. A partir de ese momento tuvo una vida ajetreada. Se convirtió en explorador, aunque a la par sondeaba, inquiría íntimamente una respuesta espiritual que, todavía difusa, le inquietaba.

Participó en la revuelta de Bon Mama en Orán del Sur, estudio árabe y hebreo, y en 1883 inició una expedición a Marruecos por la que fue condecorado con la medalla de oro de la Sociedad Geográfica; recorrió Argelia y Túnez. Fue un viaje que preparó su espíritu para ser fecundado por la gracia divina ya que al ver cómo vivían su fe los musulmanes, brotó de su interior esta ardiente súplica: «Dios mío, si existes, haz que te conozca». Esta sinceridad y apertura fueron suficientes para que penetrase la luz divina en su corazón a raudales. En octubre de 1886 cuando se hallaba en París preparando el texto sobre su viaje por Marruecos, inició su itinerario espiritual llevado de la mano del P. Huvelin. Obedeciendo sus indicaciones, se confesó, pese a declararse no creyente, y se sintió totalmente renovado: «Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa sino vivir para El; mi vocación religiosa es del mismo momento que mi fe: Dios es tan grande».

Durante siete años la Trapa fue su hogar. Primeramente pasó uno en la casa de Nuestra Señora de las Nieves, en Francia, y de allí, a petición suya vivió otros seis en la que tenían en Akbés, Siria. Impactado por la experiencia, pero sin terminar de encajar allí totalmente, regresó a Roma para cursar estudios por indicación de sus superiores, pero en 1896 abandonó la comunidad trapense y peregrinó a Tierra Santa. Allí permaneció un tiempo asistiendo a las hermanas clarisas en Nazareth. Fue otro momento importante para su vida espiritual que recorrió impregnándose de la pobreza que hallaba encerrada en estos matices: «No tenemos una pobreza convencional, sino la pobreza de los pobres. La pobreza que, en la vida escondida, no vive de dones ni de limosnas ni de rentas, sino sólo del trabajo manual».

Después de una profunda experiencia casi eremítica, saboreando la riqueza de la contemplación, regresó a Francia donde prosiguió los estudios que en 1901 culminaron con su ordenación sacerdotal en Viviers. Tenía 43 años y una idea apostólica tan clara que no dudó en materializarla: la evangelización de Marruecos. Al no poder residir en el país, como hubiera sido su deseo, se afincó lo más cerca posible, en Beni-Abbés, Argelia. Ya tenía clavada esta convicción: «Haré el bien en la medida en que sea santo». El espíritu de sacrificio, la pobreza, el desvelo por los enfermos y los más necesitados se había convertido en el objetivo prioritario de su vida que había encendido con sus largas horas de adoración ante la Eucaristía: «La Eucaristía es Dios con nosotros, es Dios en nosotros, es Dios que se da perennemente a nosotros, para amar, adorar, abrazar y poseer». Sabía por experiencia y así lo expresó que «cuanto más se ama, mejor se ora».

Emulando a los mercedarios, liberó esclavos en 1902, y entre 1904 y 1905 se estableció en Tamanrasset junto al pueblo tuaregs del Hoggar argelino. Parecía como si tuviese la impresión de que debía apurar el tiempo. Trabajó con denuedo en una formidable labor de inculturación, primeramente traduciendo al tuareg los evangelios, labor que continuó con a la inversa, traduciendo al francés poesía tuareg. Es autor de un diccionario bilingüe francés-tuareg y tuareg-francés, de una gramática y de varias obras sobre esta tribu nómada. Este era su anhelo: «Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: ‘Si tal es el servidor, ¿como entonces será el Maestro...’?».

En 1909 puso en marcha la Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón con el objetivo de llevar la fe a África. En los once años que convivió con los tuaregs se hizo uno con ellos sin escatimar esfuerzos, con el gozo de saber que de ese modo cumplía fielmente la misión a la que se sintió llamado por Cristo. Amó al pueblo hasta el fin, y allí entregó su vida. El 1 de diciembre de 1916 una bala de fusil en medio de una emboscada bereber acabó con este gran apóstol que fue beatificado por Benedicto XVI el 13 de Noviembre de 2005.

El influjo de su espiritualidad se halla en diversas instituciones: los Hermanitos y las Hermanitas de Jesús, las Hermanitas y los Hermanitos del Evangelio, las Hermanitas de Nazaret, las Hermanitas del Sagrado Corazón, la Fraternidad Jesús Caritas, y la Fraternidad Charles de Foucauld.

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