5.12.13

"Francisco es el mensaje"

A las 12:56 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : Papa Francisco

Del Vatican Insider

“El medio es el mensaje". Una frase acuñada hace más de 50 años por el filósofo canadiense Marshall McLuhan pero que cobra sorprendente actualidad si se aplica al actual pontificado. En este caso podría decirse: “Francisco es el mensaje” y él mismo encarna el anhelo de cambio, no sólo dentro de la Iglesia. Al menos de eso está convencido el sociólogo y economista argentino Juan José Llach.

Destacado intelectual, ex viceministro de Economía y ex ministro de Educación en su país, es miembro de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales de la Santa Sede. En entrevista con el Vatican Insider describió el impacto en los argentinos de la elección de Jorge Mario Bergoglio como sucesor de San Pedro.

¿Cuánto ha sacudido a la Argentina tener un un Papa compatriota?

Cuando lo vi le dije que quizás no se imaginaba el impacto que ha producido, más entre los no católicos o los católicos no practicantes que entre los practicantes. Son muchas las personas que me han comentado el cariño y la buena predisposición que les provoca el Papa Francisco. Personas que son de otras religiones o quienes no practican religión alguna, no creyentes. Es notable el impacto.

En mayo tras mi viaje a Roma llevé a la Argentina objetos bendecidos por el Papa, rosarios y otras cosas. Allá se los regalé a personas dedicadas a tareas de servicio y muchos de ellos se ponían a llorar en el momento en que los recibían. Les daba una emoción enorme. Ha causado mucho no sólo por los mensajes, también por la actitud de cercanía, de sencillez, de no gustarle tanto el ceremonial y el boato. La Iglesia tiene etapas y era muy importante tener una etapa como esta.

¿El impacto se debe sólo a su nacionalidad?

No es tanto la argentinidad. Los argentinos con el fútbol o con otras cosas son muy fanáticos, muy nacionalistas. Pero no he visto tanto esa manifestación de nacionalismo por el Papa Francisco. Su impacto es más bien espiritual, en todo caso la gente dice: “además de todo es argentino", pero no es lo primero que los pone contentos. Quizás en un primer momento sí, porque nadie podía creer llegar a tener tal cercanía con quien había sido elegido.

Pero inmediatamente salió a la luz su historia…

Después salió a relucir su forma de ser que, a quienes lo conocíamos, no nos sorprende. Pero todavía está por llegar un tiempo difícil porque los mensajes del Papa nos exigen mucho, una conversión interior, cambiar hábitos, hacer todo más acorde con el evangelio. Es una persona que habla con el evangelio, las bienaventuranzas son su programa.

Existe un gran debate “mediático” sobre la figura del Papa, sus gestos de cercanía y su voluntad de reforma. ¿Es posible que algunos confundan una cosa con la otra?

Un famoso experto y profeta de los medios de comunicación fue Marshall McLuhan, canadiense, que hace más de 50 años escribió un libro que se llama: “Entendiendo a los medios". Parece que estaba hablando de internet pero en realidad se refería a las redes gestadas en los inicios de la televisión. Él sostuvo una idea: “el medio es el mensaje". En este caso yo lo aplico en este sentido: la actitud frente al otro es parte esencial del mensaje cristiano. No creo que se pueda separar una cosa de la otra. Él siempre actuó así, el Papa siempre se condujo de la misma manera, no porque ahora es Papa juega a ser sencillo. Él lo ve como el modo natural de ser cristiano. No es muy separable una cosa de la otra. Lógicamente ya está produciendo y va a producir en el futuro polémicas. En buena hora que haya polémicas, eso quiere decir que la situación es dinámica como el Papa desea.

Si el medio es el mensaje, entonces un argentino saliendo del balcón de San Pedro es un poderoso mensaje de cambio, ¿no?

Así es. Fue un enorme gesto, es el primer Papa del hemisferio occidental, no sólo de Argentina. Es un paso fundamental en la vocación universal de la Iglesia, es parte del cambio.

Serafines susurran.- Que así como en la Congregación para el Clero está teniendo lugar una “mini revolución” con el sello de Francisco, algo similar está ocurriendo en la oficina del Sínodo para los Obispos. Su secretario, Lorenzo Baldisseri, se ha tomado muy en serio las palabras del Papa y está dispuesto a potenciar al máximo el ámbito de acción de ese dicasterio. Evidentemente el prelado siente cerca la birreta cardenalicia, luego que el pontífice le colocó sobre su cabeza su solideo rojo, aquel con el cual el arzobispo de Buenos Aires ingresó a la Capilla Sixtina en el último Cónclave.

La noche del miércoles 13 de marzo, cuando se estaba revistiendo de blanco tras haber sido elegido como pontífice, Jorge Mario Bergoglio tomó el solideo blanco y el rojo se lo puso a Baldisseri. Un evidente gesto de apoyo y cercanía, ratificado por su nombramiento como secretario del Sínodo.

Baldisseri cree en Francisco y por ello quiere que la sede del Sínodo se conviertan en la verdadera casa de los obispos del mundo en Roma. Donde los pastores se sientan a gusto, puedan dialogar y sentirse escuchados. Por eso el secretario ha movido cielo, mar y tierra para lograr que sus oficinas sean ampliadas. Ha insistido mucho para que los trabajos tarden lo menos posible y tener todo listo lo antes posible. Para ello tuvo algunos roces con los administrativos de la Curia. Pero su persistencia le pagó. Ahora espera poder reforzar su organigrama, porque en el Sínodo trabajan apenas un puñado de oficiales. Demasiado pocos para semejante mole de trabajo.