10.12.13

El religioso mártir que se entregó a cambio de su primo

A las 12:18 AM, por Santiago Mata
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Del jueves 10 de diciembre de 1936 se ha beatificado al lasaliano Mariano Anel, mártir en Barcelona, y al sacerdote Gonzalo Viñes, de Xàtiva (Valencia). El primero se entregó a cambio de un primo suyo y el segundo destacó como cronista y arqueólogo.

Se alistó en el Ejército Republicano para instruir a los analfabetos

Mariano Anel Andreu (hermano Adolfo Mariano), de 26 años, tomó el hábito de La Salle en 1927 y en 1936 estaba en la Bonanova con más de 60 religiosos. A partir del 19 de julio se refugió con su primo Donato Anel en la Rambla de las Flores. Sin sospechar de la censura, escribió dando demasiados datos a su familia de Josa (Teruel), y el 1 de diciembre se presentó una patrulla a buscarlo, pero no estaba en casa. Aconsejado por un sargento de vigilancia, se alistó en el ejército, con idea de ser instructor de analfabetos. Una noche llegó a casa de su primo muy nervioso y les dio cuanto tenía: reloj, pluma, cartera, diciendo: “estoy destinado al frente y antes de marchar vengo a despedirme de vosotros. Tomad, os dejo todo lo que poseo”. Las milicias volvieron a la casa y se llevaron preso a Donato Anel, acusado de haber ocultado a un religioso. Para salvar a su primo, el hermano Adolfo declaró ser religioso y fue llevado al calabozo del barrio de Clot donde estaba Donato. A este lo pusieron en libertad el 10 de diciembre sin contarle lo que había declarado su primo, asesinado ese mismo día.

El setabense Gonzalo Viñes Masip, de 53 años, sacerdote desde 1906 y canónigo de la Seo de Xàtiva, era desde 1917 también cronista de esa localidad. Tuvo gran interés por la arqueología y publicó tres libros sobre esa materia, así como sobre la patrona y la hidrografía local. Fue director del semanario católico El Obrero Setabense, escribiendo desde él numerosos artículos de arqueología, de historia y poesías de una factura muy elegante (ganó los Juegos Florales de la Feria de 1934 con la obra El poema de la terreta). Desde las páginas del semanario -según la web del Ayuntamiento de Xàtiva, localidad donde el PP ganó por mayoría absoluta en 2011- “se difundieron también actos en favor del Estatuto de Autonomía o noticias sobre la aprobación de las Normas de Castelló, que fundamentaron la unidad de la lengua catalana. Publicó también la transcripción de documentos de los archivos municipales y colegial, siendo él quien localizó la partida de bautismo de José Ribera. Iniciada la Guerra Civil Española, y tomado el gobierno de la ciudad por un Comité Revolucionario, Gonzalo Viñes fue presionado para renegar del sacerdocio, hecho que rehusó, y fue obligado a trabajar para el comité. El día 10 de diciembre de 1936, cerca del molino de Vallés, fue asesinado por un grupo radical incontrolado”.

Frente a este falso recurso a supuestos “incontrolados”que leemos en la web municipal, Andrés de Sales Ferri Chulio no olvida mencionar la destrucción de la Colegiata y sus obras de arte, de forma perfectamente controlada, el 27 de julio; así como que a Viñes “se le ofertó trasladarse á la población de Algemesí para pasar desapercibido, pero rehusó ocultarse, dedicándose a sus investigaciones. Nunca fue detenido, pero en más de una ocasión los milicianos se lo llevaron aprestar declaración, colaborando en labores de escribiente y tareas administrativas, por las cuales nunca percibía gratificación alguna.

A medida que avanzaba el tiempo de la persecución se afianzaba en dar la vida en defensa de la fe: Si hemos de morir —le decía a su hermana— que nos maten los malos, así seremos mártires. Nunca ocultó su condición de sacerdote, mostrándose siempre animoso y valiente; en su domicilio continuó su ministerio pastoral, confesando y animando a perseverar en la fe, entregado totalmente a la voluntad de Dios. Sus enemigos pretendieron que renegara de la vocación pero resistió valientemente y se mantuvo firme, conservando hasta el último momento su entereza y la fidelidad a la Iglesia. El día 10 de diciembre de 1936 los milicianos le engañaron, diciéndole que les acompañara para hacer un inventario en el molino de Valles, próximo a Játiva. Se despidió de su hermana, a quien consoló pidiéndole que confiara en la Providencia, y fue asesinado cerca del puente de la carretera de Vallés”.

Más sobre los 1.523 mártires beatificados, en “Holocausto católico”.