5.01.13

Creí que venían con buena intención

A las 11:18 AM, por Jorge
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Han pasado años. Comida de sacerdotes con el entonces cardenal arzobispo de Madrid, D. Vicente Enrique y Tarancón. El PSOE hacía unos meses que había ganado las elecciones generales. Un sacerdote, en aquella comida le preguntó: “Don Vicente, usted dijo en una ocasión que con gobiernos de izquierda la iglesia podría vivir mejor. ¿Lo mantiene?”. Su respuesta fue de las que hacen antología: “Yo es que creí que venían con buena intención”.

Tarancón era lo que entonces se calificaba como un obispo progresista, al que tocó en los años de la transición ejercitar sus buenos oficios para que las cosas fueran saliendo sin enfrentamientos, buscando consenso, tratando de aunar voluntades, según las estrictas instrucciones recibidas de Roma. Hizo su papel. Triste al final de su etapa como arzobispo de Madrid ese reconocimiento de mala voluntad por parte de sus interlocutores.

No se equivocaba el bueno de don Vicente. Desde la izquierda de este país, mientras se apropiaban de la bandera de la tolerancia y el respeto, se han ido minando los derechos de los católicos bajo capa de convivencia, igualdad, renuncia a privilegios y fomento del espíritu democrático.

El resultado de tanto respeto es que cada día te sacuden una bofetada nueva.

Hace apenas unos días nos enteramos de que definitivamente quieren acabar con las capillas en la Universidad Complutense de Madrid, que no acabo de entender el trastorno que causan, porque en definitiva es ceder un pequeño local y ya, dado que el coste lo asume el arzobispado. Pues nada. Eso sí, cada sindicato tiene sus propios locales en cada facultad y asociaciones de lo más diverso y variopinto gozan de locales para uso propio. Los católicos no tienen derecho. Mucho hablar de respeto, tolerancia, democracia y libertad. Pero capilla fuera. De casta le viene al galgo y el que a los suyos se parece honra merece. Un hijo de don Santiago Carrillo era normal que así actuara.

Y lo del portavoz del gobierno de Andalucía, don Miguel Ángel Vázquez, pidiendo que pongan un bozal a monseñor Demetrio Fernández es otra prueba evidente de talante democrático, respeto a la libertad de expresión y separación iglesia – estado. Toda la vida enarbolando la bandera de la libertad de expresión y la lucha contra la censura para acabar pidiendo bozales para los que piensan de forma diferente.

Mientras, Rubalcaba pidiendo que se denuncien los acuerdos iglesia – estado. El objetivo es machacar a los católicos. Qué bien lo expresaba el cardenal Tarancón: “creí que venían con buena intención”. Pues parece que vamos mejorando.