16.01.13

 

Principio elemental:

El objetivo fundamental de la caridad no es el de sentirme yo bien, sino el de ayudar al pobre a salir de su situación y poder vivir con dignidad.

A partir de este principio, desde mis años de cura, y trabajando siempre de forma directa en Cáritas, quería aportar dos criterios básicos para ayudar a una persona necesitada.

LA LIMOSNA, SIEMPRE A TRAVÉS DE INSTITUCIONES.

Sé que nos parte el corazón la persona que nos pide una ayuda al salir de misa, en el metro, en la calle o a la puerta de un centro comercial. Recordemos el principio elemental: no se trata de sentirme yo bien regalando un euro al salir del cine. Se trata de ayudar a esa persona, y eso lo van a hacer mejor los profesionales y voluntarios capacitados, sea Cáritas, sean servicios sociales municipales, que yo. Normalmente las personas en necesidad suelen rechazar la ayuda de Cáritas y de los servicios sociales. La única forma de que acudan a esos servicios es que no reciban ayuda en la calle. Es decir, ayuda sí, la que sea necesaria, pero acompañamiento por un profesional o un voluntario capacitado para ayudarle a ir saliendo de esa situación muchas veces crónica.

Es sencillo. Imaginen un alcohólico pidiendo en la puerta de una iglesia. Cuanto más dinero le damos, más podrá beber. ¿Creen que darle dinero es la ayuda que necesita? Necesita servicios sociales, pero no quiere ir. ¿Cómo hacer que vaya? Dejando de darle limosna. Nos parte el corazón, pero es la mejor ayuda. Nuestra limosna, mucho mejor a Cáritas.

LA ATENCIÓN PRIMARIA SIEMPRE EN LA PARROQUIA EN LA QUE ESTÉN EMPADRONADOS.

A veces me encuentro en el despacho con personas que acuden desde los lugares más insólitos. La razón está en que alguien les dijo que en la parroquia de su cuñada dan comida y aquí se presentan. O que les van a ayudar a buscar trabajo según un amigo de una amiga de su compañero de piso. También ocurre que gente que va por la zona tocando timbres y pidiendo limosna son enviados sin más a la parroquia y aquí que te vienen.

Cáritas tiene como criterio muy firme y desde hace años, que la atención primaria es siempre, SIEMPRE, en la parroquia que le corresponda según su empadronamiento. Por tanto, ante una persona que pide ayuda, que necesita comida, que busca trabajo, siempre, insisto, siempre, se le debe remitir a la parroquia que le corresponde según donde esté empadronado. La parroquia tendrá sus recursos, y si no los tiene ya sabe dónde acudir.

Es triste ver personas a las ocho de la mañana en la parroquia, que vienen desde la otra punta de Madrid, porque alguien les dijo que aquí se busca trabajo y que vengan pronto porque hay mucha cola. O que aparezcan cualquier día a buscar comida porque un amigo de su hermana les ha dicho que damos alimentos los lunes. La falta de información correcta les ha hecho perder una mañana, desplazarse, y gastar dinero en transporte público.

¿Y si es una persona transeúnte, no empadronada? Pues se le remite a la parroquia más cercana o a los servicios centrales de Cáritas.