La misión diocesana de Bembereké en Benin, alegría y esperanza que enriquecen a dos diáconos asturianos


 

Fueron casi 100 días en tierras africanas y serán estas navidades pasadas en el trópico un tiempo que nunca olviden. Después de conocer la misión diocesana de Bembereké en Benín, Celestino Riesgo y Miguel del Campo –dos diáconos asturianos a la espera de recibir el orden del presbiterado- han regresado nuevamente a Asturias.

Riesgo y del Campo concluyen que su experiencia en la misión ha sido “realmente un regalo por el que tenemos que dar muchas gracias a Dios” y lo dicen con la voluntad de mantener un compromiso: “compartir con los demás lo que a nosotros nos ha hecho tanto bien”.

Durante algo más de tres meses han ido enviando periódicamente a la diócesis reseñas de sus impresiones sobre la misión que gestiona el sacerdote asturiano y antiguo párroco de Pola de Laviana, Alejandro R. Catalina.

De vuelta a casa se entremezclan sabores agridulces en el que la pobreza y la miseria ensombrecen la vida de aquel pueblo, del que han aprendido su verdadera riqueza, “la alegría y la esperanza que mantienen”, afirman en su última carta de enero.