“La diócesis de Cádiz y Ceuta es una referencia en la atención en tránsito de los inmigrantes”


 

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Con motivo del Día Mundial de las Migraciones que se celebra el domingo, 20 de enero, hablamos con el sacerdote José Luis Pinilla, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones.

Pregunta- Este domingo, día 20 de enero de 2013, celebramos el Día Mundial de las Migraciones bajo el lema “Migraciones: peregrinación de fe y esperanza”. ¿Cuáles son los objetivos principales de la campaña de este año?

Respuesta- Los objetivos fundamentales son traer a la realidad de la iglesia española el mensaje del Papa y las aplicaciones pastorales concretas que de dicho mensaje se deducen. En este sentido, los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones aplican ese mensaje a la realidad de España y hacen propuestas concretas, que se inician con la publicación de la carta de los obispos y que después se pueden generar con actividades y propuestas operativas en las diócesis, parroquias, instituciones eclesiales, etc.

P-¿Cuáles son las líneas pastorales que la iglesia española está marcando para el Secretariado de Migraciones?

R-Siguiendo las directrices del Vaticano y enfocándolas a las realidades de nuestro país, podemos decir que las líneas principales son: el apoyo y la coordinación en las diócesis; fomentar el trabajo en las parroquias desde una dimensión acogedora, hospitalaria y misionera; la sensibilización del mensaje eclesial, de la fe y de la esperanza que transmite la buena noticia de Jesucristo; fomentar la formación de agentes de pastoral, punto muy importante, ya que a veces se concibe la asistencia en la migración sólo desde el voluntariado y creemos que hay que dar más pasos y no detenernos solamente ahí. Lo mismo que se forma a la gente a todos los niveles para otras atenciones, en el campo de la migración hay que formar muy bien a los agentes de pastoral. El último de los puntos sería colaborar, como ya hace la Iglesia en su conjunto, en la denuncia profética de las situaciones donde se afecte a la dignidad de nuestros hermanos emigrantes.

P-Se han cumplido 50 años del Concilio Vaticano II. Concilio en el que se tuvieron en cuenta a miembros de otras religiones y culturas. ¿Cree usted qué este momento fue un punto de inflexión que marcó el futuro trabajo de la Iglesia en el ámbito de las migraciones?

R-Por supuesto, por la impronta que el Concilio Vaticano II dejó en la Iglesia en el ámbito de las migraciones, no sólo desde el punto de vista del diálogo interreligioso o ecuménico, sino en la misma comprensión de la Iglesia en sí misma. Hay que recordar que la transmisión que el Concilio Vaticano II hace de la propia Iglesia favorece mucho el mensaje de ésta como comunión, que es muy importante desde el punto de vista de las Migraciones, porque el trabajo pastoral con los emigrantes se enraíza teológicamente en la Trinidad, que es una y diversa a la vez; tres personas y un solo Dios que están en perfecta comunión. Por este motivo, la Trinidad establece el grado de alianza con la humanidad entera y esa comunión que surge del Concilio Vaticano II nos parece que hay que seguir aplicándola y es una referencia clave para las Migraciones.

P-La presencia de inmigrantes en nuestro país es continua, pero concretamente nuestra diócesis se encuentra en uno de los pasos de flujo migratorio más importantes del mundo. ¿Qué opinión le merece esta realidad tan presente en la Diócesis de Cádiz y Ceuta?

R-Hay dos aspectos muy importantes en este sentido: uno es la presencia en España de más de seis millones y medio de extranjeros, lo que supone un 14% de la población; y el segundo, la realidad de que esta población inmigrante ha sido muy rápida, muy plural, muy sobrevenida, pero ya después de estos quince años de las primeras llegadas de inmigrantes estamos pasando, dentro del eje del comportamiento de la Iglesia con los inmigrantes, de un trabajo de pastoral de acogida a una pastoral de comunión y de integración. Es verdad que se están yendo algunos, pero aún así no hay que exagerar, ya que se marchan sólo el 2% de los que hay. ¿Qué hacemos con el resto? Como no nos sigamos preparando y que la Iglesia siga siendo casa de acogida, comunión e integración para ellos, todos los que se quedan no enriquecerán nuestra propia Iglesia. Por lo tanto, la inmigración en España es un fenómeno de permanencia; de previsión de futuro, que las estadísticas dan incluso de crecimiento, más allá de que se supere la crisis, debido a que se seguirán necesitando inmigrantes, principalmente porque la natalidad en nuestro país es muy baja y esta realidad de futuro de presencia extranjera habrá que seguir cuidándola como factor de integración y, como nos gusta decir en la Iglesia, como factor fundamental de comunión.

P-Debido a estos datos, el trabajo del Secretariado diocesano de Migraciones es constante. ¿Qué le parece la labor que se está desarrollando en los últimos años en la diócesis?

R-Para nosotros la labor de la diócesis en su conjunto y del Secretariado de Migraciones en concreto, con Gabriel Delgado al frente, es una labor ejemplar. Es una labor de referencia muy importante y así se reconoce en muchísimas otras iglesias locales. Además, un aspecto característico de la diócesis de Cádiz y Ceuta es que no existe un gran número de población extranjera. La media en España es de un 14% y en Cádiz se sitúa en un 4,5%, pero hay un punto fundamental, que es su situación estratégica al ser puente de las dos orillas. En este sentido, la Iglesia insiste mucho en la importancia de la atención a los emigrantes en tránsito. Nos olvidamos que la atención al emigrante no se debe producir únicamente cuando llegan, sino que hay que cuidarlos en origen, con la labor que hacen los misioneros, y también es muy importante la labor en tránsito. Hay menciones concretas en el mensaje de Benedicto XVI y en el de los obispos, que hablan de cuidar mucho el trabajo con los emigrantes en tránsito porque ahí es donde se producen los principales peligros de las mafias que se ceban en ellos. Por tanto, la diócesis de Cádiz y Ceuta es referencia para este tipo de atención.