23.01.13

Torres Queiruga da “lecciones” al padre Manuel Carreira S.I.

A las 7:50 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

El escribiente Torres Queiruga, inasequible al desaliento, tras el aviso que le dio la Comisión Episcopal de la Doctrina de la Fe, sigue erre que erre.

Con uno de sus asuntos estrella: la “reinterpretación” de la Resurrección de Cristo. Ahora trata de dar una palmada al padre jesuita Carreira y darle lecciones absurdas como buenas.

El papelucho de Torres Queiruga está publicado en la revista gallega Encrucillada, número 180, noviembre-diciembre 2012. El título es: Ciencia y religión hoy (III).

Sobre el padre Carreira afirma lo siguiente:

“Como ilustración, que de algún modo me afecta, vale la pena aludir al tema de la resurrección, fijándonos en un artículo del profesor Manuel M. Carreira. Artículo excelente, por la claridad, la información y el rigor de la exposición, mientras se mueve en el plano de su reconocida competencia científica. Pero no sucede lo mismo cuando, saliendo de la propia especialidad, entra en la teología.”

Esta es la palmada en la espalda. Ahora viene la puñalada trapera al jesuita:

“Empieza por apoyarse en una lectura literalista de los relatos evangélicos -incluida la capacidad “de comer” por parte del Resucitado- que hoy resultan exegéticamente y teológicamente inaceptables. En consecuencia, al tomar todo eso al pie de la letra, se siente obligado a aclarar mediante mecanismos físicos la realidad trascendente del Cristo realmente resucitado, es decir, en el sentido auténtico y verdadero de la resurrección, que es algo toto coelo distinto de la revivificación de un cadáver.”

Aquí se nota la desnortada teoría que el gallego hace de la Resurrección de Cristo y su disconformidad con la línea argumental del padre Carreira.

Ahora, el escribiente gallego saca su ropa a tender.

“Se comprende que le influyan (al padre Carreira) ciertas especulaciones tradicionales acerca de las “propiedades del cuerpo glorioso", acaso inevitables cuando reinaba el literalismo bíblico y persistían los restos de una mentalidad mítica, que no contaba con la autonomía de las leyes naturales. Pero después del reconocimiento solemne por parte de la iglesia, sobre todo en el Vaticano II, de la necesidad de tener en cuenta no sólo la crítica bíblica sino también la autonomía “absolutamente legítima” tanto “de las cosas creadas” como también “de la misma sociedad” (Gaudium et Spes, n. 36), el discurso teológico debe ser radicalmente distinto.”

No ceja, el gallego de arrimar el ascua a su sardina:

“Pero, si reconoce que esto vale para la conciencia, el pensamiento y la libertad, no se comprende como luego intente, en largas y polémicas páginas, incluir en estos parámetros la realidad estrictamente trascendente del Señor resucitado:
Ciertamente es difícil entender la materia, y no debemos negar fácilmente la posibilidad de que, por concesión divina, se comporte en niveles macroscópicos como vemos que lo hace en nuestros laboratorios al nivel de lo increíblemente pequeño. Eso es aplicable al cuerpo resucitado.”

Conclusión

El gallego está emperrado en su tesis sobre la Resurrección de Cristo y la moderna ciencia. Por lo tanto, las explicaciones del padre Carreira corren “el típico riesgo de buscar huecos para “el dios tapa-agujeros", una vez desplazado de un espacio anterior. “ Todo, porque, el padre Carreira, toma literalmente los textos evangélicos sobre la Resurrección de Cristo. Algo que el gallego rechaza sin motivos.

Podemos concluir que el tirón de orejas que le han dado al gallego desde la Conferencia Episcopal Española se lo ha ganado a pulso.

Para saber más aquí está el artículo.

Tomás de la Torre Lendínez