La generosidad de los niños de Infancia Misionera ayudó en 2012 a la construcción de un colegio en Papúa Nueva Guinea


 

Hoy es un edificio de dos plantas, que tiene 4 clases y dos oficinas, junto con varios almacenes. La diócesis de Mount Hagen -Papúa Nueva Guinea- pudo ampliar la escuela de Primaria de los Santos Ángeles de la Guarda gracias a la generosidad de los niños de Infancia Misionera de todo el mundo. El año pasado, desde España se envió  una ayuda de 15.000 dólares, que se sumó a otras aportaciones de otros países y donativos.

En un informe de diciembre de 2012 enviado por el Arzobispo de Mount Hagen, monseñor Douglas W. Young a Obras Misionales Pontificias, se detallan las fases de construcción. “Desde enero de 2010 la diócesis está apoyando la ampliación de esta escuela”, afirma Birgit Gruber, directora del proyecto. Además del edificio, construido con hormigón, acero y madera,  se ha instalado un sistema de cañerías unido a un tanque de agua con capacidad de 9000 litros, para asegurar el suministro de agua.

Este es solo un ejemplo de utilización de las ayudas de Infancia Misionera, que financia proyectos exclusivamente implicados directamente con los niños. De hecho, Baptistine Ralamboarisom, secretaria general de Infancia Misionera afirmó en declaraciones a OMP que “el dinero se destina a las necesidades directas de los niños, no es para los adultos que se ocupan de ellos”.

En el caso de Papúa Nueva Guinea, Infancia Misionera internacional destinó 195.800 dólares a proyectos infantiles. Por orden de la Secretaría General, Infancia Misionera de España se encargó de aportar 30.175 euros.

En toda Oceanía, esta Obra Pontificia ha financiado 30 proyectos, con una aportación de 243.800 dólares, lo que constituye un 1,24% de la ayuda mundial.