CARTA DEL OBISPO
VIDA ASCENDENTE: MOVIMIENTO DE MAYORES
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Queridos diocesanos:
El Movimiento apostólico Vida Ascendente celebra su fiesta el día 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor en el templo, porque en ese momento los ancianos Simeón y Ana, que esperaban con esperanza la llegada del Salvador, reconocieron a Jesús como “Luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel”.
Con esta carta pastoral recuerdo a todos los diocesanos el sentido y valor de este Movimiento eclesial de personas mayores. Vida Ascendente es un Movimiento de Apostolado Seglar de jubilados y personas mayores, reconocido y aprobado por la Conferencia Episcopal Española y en nuestra Diócesis, para crecer en la fe, fomentar la amistad y para ser miembros vivos en nuestra Iglesia y en la sociedad. El lema de Vida Ascendente, “espiritualidad, apostolado y amistad”, es todo un programa, que lanza a los mayores a la misión de la Iglesia.
El Movimiento de Vida Ascendente reúne a sus miembros (de cualquier medio social y cultural) en pequeños grupos de trabajo y oración en las parroquias y comunidades eclesiales. Crea ámbitos de amistad, para compartir preocupaciones y vivencias, gozos y penas. Ofrece a sus miembros los medios para profundizar en su fe y acreditar su esperanza, logrando que todos vivan esta etapa de su vida en plenitud humana y cristiana. Abre cauces para su integración en la misión de la Iglesia, impulsando a sus miembros a una activa participación en la tarea de la evangelización. Les estimula y orienta para que como ciudadanos responsables participen en la animación cristiana de la sociedad, adoptando un nuevo estilo de solidaridad con los demás.
Vida Ascendente enseña el arte de envejecer; el arte de seguir siendo útiles; el arte de servir. Los mayores ofrecen a la Iglesia y a la sociedad una serie de valores: una visión plena y cristiana de la vida; la sabiduría de la experiencia; ser lazo de unión entre las distintas generaciones; dar testimonio de un amor fiel; el don gratuito de sí mismo; la serenidad; la fortaleza en las pruebas; una alegría radiante y discreta; vida interior; la esperanza en la vida eterna.
Con esta Carta pastoral exhorto a los sacerdotes, miembros de vida consagrada y fieles laicos de nuestra Diócesis a valorar debidamente el Movimiento de Vida Ascendente y a promoverlo en nuestras parroquias.
Agradezco sinceramente a los Responsables del Movimiento de Vida Ascendente y a todos sus miembros lo que son y lo que hacen en favor de nuestra Iglesia Diocesana, poniendo a disposición de los demás los talentos que Dios les ha concedido generosamente.
Que el Señor conceda a todos nuestros mayores y jubilados, por intercesión de los mayores Simeón y Ana, una vida siempre ascendente, en paz, plenitud y alegría.
+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander