CARTA DEL OBISPO

CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS 2013

No hay justicia sin igualdad

 

 

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SANTANDER | 06.02.2013


            Queridos diocesanos:

Manos Unidas es la Asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo del Tercer Mundo. Es una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD).

Un año más la Campaña de Manos Unidas llama a nuestras puertas con un programa de actos, que se prolongarán a lo largo del año 2013 y reclaman nuestra atención e interés.

La Campaña de Manos Unidas  quiere ser conciencia crítica de la sociedad y de la Iglesia, que sienten el aguijón de la responsabilidad ante la situación del hambre en el mundo, resumen de todas las injusticias, con un cortejo de subdesarrollo e incultura. En la solución de este gravísimo problema hay implicadas muchas responsabilidades, a distintos niveles, que no es éste el momento de concretar, sino más bien de aprovechar la oportunidad que nos ofrece la Campaña de Manos Unidas, para aceptar con todas sus consecuencias lo que nos afecta y compromete a nosotros desde la conciencia cristiana y humana.

La Campaña de este año 2013 tiene como lema: “No hay justicia sin igualdad”. Los cristianos tenemos en cuenta las palabras del Apóstol San Pablo: “No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál  3, 28).

Se propone sensibilizar y actuar en la promoción y la igualdad de los sexos y la autonomía de la mujer. La mujer, a lo largo de la historia, ha sido y es víctima de violencia física, sexual y psicológica. Son también las niñas y mujeres las grandes víctimas del comercio de personas, así como de graves decisiones constantes como el aborto de niñas y el infanticidio.

La Campaña denuncia que se dan graves discriminaciones de las mujeres en asistencia sanitaria y alimentación. Las mujeres, además, ven, en muchos casos, impedido su acceso a la educación, a la igualdad del trabajo, a la participación en la vida política.

La Campaña de Manos Unidas quiere acabar con las raíces de la discriminación que sufren las mujeres y apoyar proyectos que reconocen su dignidad para impulsar el desarrollo integral de las personas y de los pueblos.

Con esta carta pastoral expreso públicamente mi gratitud sincera al Sr. Presidente y a todo el equipo de nuestra Delegación Diocesana de Manos Unidas y a todos los voluntarios por su trabajo entusiasta y eficaz. Gracias a Dios, la respuesta de los diocesanos es siempre generosa y nos permite financiar los proyectos propuestos para cada Campaña.

+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander