Dedicado a la Virgen de Candelaria

Bendecida imagen católica más alta del mundo en Oruro

 

A primera hora de la mañana del viernes 1 de febrero, el Obispo de Oruro, Monseñor Cristóbal Bialasik, SVD, bendijo la imagen de la Virgen del Socavón, erigida en la colina de Santa Bárbara junto a la ciudad del mismo nombre. En el solemne acto estuvieron presentes el Presidente de Bolivia, Evo Morales, junto a la alcaldesa Rossío Pimentel y otras altas autoridades. En el mensaje enviado por el Papa a través del Nuncio, pidió que el monumento pueda «fortalecer, desarrollar y confirmar en el corazón de todos los orureños el afecto filial a Dios» y que la Virgendel Socavón «ayude a todos los cristianos de Oruro a guardar encendido en su vida el cirio de la fe a su Hijo Jesús».

03/02/13 6:56 PM


(Germán Mazuelo Leyton) Al comienzo del acto se entonó el Himno Nacional de Bolivia, que el Presidente y los miembros de su gobierno cantaron con el brazo izquierdo en alto. Una multitudinaria feligresía se congregó desde tempranas horas, a pesar de la lluvia, para participar de la bendición y posterior celebración del Santo Sacrificio de la Misa.

Es la primera vez que el Presidente Morales concurre en Oruro a un acto de culto católico, aunque después de la bendición de la imagen mariana se retiró sin participar de la Misa.

Su Santidad el Papa, a través del Nuncio Pontificio en Bolivia Monseñor Giambattista Diquattro, hizo llegar al Obispo y a la diócesis de Oruro el siguiente mensaje:

“El Santo Padre Benedicto XVI me encarga comunicarle que ha sabido con mucha alegría de la Bendición, el próximo viernes primero de febrero, de monumental estatua que la ciudad de Oruro ha dedicado a la Virgen de Candelaria, a la cual el pueblo orureño rinde una especial veneración en el Santuario del Socavón.

El Sumo Pontífice goza de que la imagen de la Madre de Dios y de la Iglesia pueda en su majestuosa belleza y solemne grandeza delinearse en el horizonte de Oruro como Madre de todos aquellos que con noble y generoso compromiso buscan el desarrollo civil, humano y espiritual de esa Ciudad y de Bolivia.

El Papa Benedicto XVI se complace en destacar que la solemne ceremonia de Bendición de la imagen celebrada en el curso del Año 2013, dedicado a profundizar el don de la Fe, tenga lugar en la Vigilia de la Solemnidad de la Virgen de la Candelaria como para animar a toda la población cristiana de Oruro a ponerse al servicio de la difusión de la Palabra de Dios, que es Cristo.

Pueda este extraordinario monumento, cuya belleza y grandeza tienen desde ahora una resonancia mundial fortalecer, desarrollar y confirmar en el corazón de todos los orureños el afecto filial a Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, y Padre de toda la humanidad.

La Virgen del Socavón, Madre de ternura, ayude a todos los cristianos de Oruro a guardar encendido en su vida el cirio de la fe a su Hijo Jesús, a quien Ella sostiene en sus brazos y que ofrece por la salvación de todo ser humano.

Con renovada y cordial expresión de fraternal cercanía y en comunión de oraciones, envío la Bendición Apostólica del Santo Padre Benedicto XVI a Su Excelencia Reverendísima, a los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y laicos de su Diócesis y a cuantos se unirán al Sagrado Rito del 1º del próximo mes de febrero.

Me confirmo de Su Excelencia Reverendísima,

Giambattista Diquatro

Nuncio Apostólico.”

El festivo día concluyo con la Peregrinación de Oruro al Santuario Diocesano de Nuestra Señora del Socavón, durante el cual Monseñor Bialasik destacó el hecho de que antes de la hora prevista para el acto de bendición en la mañana, dejó de llover, situándose sobre la colina Santa Bárbara un halo luminoso que parecía coronar la estatua mariana.

El pasado año, el 1 de febrero, ocurrió algo similar. Alguien había manipulado para que la celebración de la Santa Misa, que debía realizarse después de la procesión en el atrio del santuario, fuera cambiada a un lugar cercano en el que se adora a un supuesto sapo gigante que estaría debajo del sitio. El hecho fue, que a 100 metros de llegar al Santuario se desató una granizada con vientos fuertísimos que derribaron la tarima situada sobre el pagano lugar, obligando a celebrar la Eucaristía dentro del Santuario una hora después de lo previsto.