4.02.13

Vagos morales

A las 8:43 AM, por Jorge
Categorías : Sin categorías

 

Podemos decir que la moral católica es el conjunto de las normas que enseñan al hombre cómo debe comportarse para vivir según Dios, y así realizarse así mismo y alcanzar después de esta vida la felicidad eterna del Paraíso.

Conocer, comprender y vivir de acuerdo con la moral católica en todo no es tarea sencilla. Hacer que pensamientos, palabras, acciones y omisiones de cada cual sean en todo conformes a la moral católica supone estudio, discernimiento y una buena dirección espiritual. Podría poner muchos ejemplos: desde dar limosna al pobre a la puerta de la iglesia, o si amar más a mi padre es llevarle a mi casa o a una residencia, qué hacer con el hijo que no me habla, cómo practicar mejor la oración y la vida sacramental en mis propias circunstancias, o si tener más hijos o no.

La forma correcta de ir dando soluciones pasa por el estudio, la reflexión, la oración ante el Señor, y la petición de ayuda a un buen director espiritual. Pero esto es muy cansado. Por eso existen los vagos morales que han decidido dar respuesta a sus interrogantes siguiendo dos caminos igualmente disparatados.

La apertura al azar de la Escritura. Lo he visto hacer mucho. Un problema moral, se abre la Biblia por donde salga y a ver qué nos dice. Peligrosísimo. Porque vete a saber qué sale, y sobre todo peligrosísimo ese “a ver qué nos dice”. Porque eso se llama libre interpretación y eso se llama protestantismo y hacer el canelo.

Cristo haría. Esto es aún más disparatado. ¿Qué sabemos lo que haría Cristo ante el cambio climático, el alzheimer de la abuela o la habitación vacía que tengo en casa? ¿Cómo nos atrevemos a decir que Cristo haría, no haría, diría o dejaría de decir? Unido a esto aparece el remate de los remates: “¿tú crees que a Cristo le importa mucho?”

¿Ven qué fácil? No hay que estudiar moral, ni leer el catecismo, ni buscar consejo, ni acercarse a los documentos de la Iglesia. Nada de nada. Abro la Biblia al azar y después interpreto lo que me dé la gana. Y en último caso a Cristo tampoco es que le importe demasiado.

Conducirse bien en lo básico sabemos todos como hacerlo. Acertar en lo complicado es todo un reto. Resolver las cosas con un “Cristo haría”, un “a Cristo tú crees que le importa mucho” o sacando un pasaje cualquiera de la escritura fuera de contexto para escudriñar “qué me dice” no deja de ser un disparate de los gordos. Pero cada cual se conduce en la vida como quiere y se pega los golpes que le parece. Que para eso libres nos hizo Dios.