5.02.13

Un amigo de Lolo - Todo se puede con Fe

A las 12:31 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Han de resonar, en nuestros oídos, aquellas palabras de Cristo: “Estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos”. En ellas reside la presencia de Dios en nosotros.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación

Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Todo se puede con Fe

“Cada veinticuatro horas viene, infaliblemente, la noche, pero no hay tinieblas que puedan abatirse sobre un corazón en el que arde la fe”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (573)

El devenir nuestro, en este mundo y en este tiempo en el que nos ha tocado vivir, no siempre es plácido sino que, al contrario, bien por contravenir los mandatos de Dios, bien por no comprenderlos o, por fin, por el simple hecho de ser muy humanos, se deja caer, muchas veces, sobre nuestras realidades, las muchas espadas de Damocles que no sabemos contener.

Tiniebla, hay, pues, en nuestra vida porque es buscada, a lo mejor sin saberlo, o porque es encontrada en el simple camino hacia el definitivo Reino de Dios. El Maligno, sabedor de que con la gracia de Dios todo lo podemos y que contra ella nada pueda, no cesa de ponernos zancadillas y de atraernos hacia el mundo con la malsana intención de alejarnos de Dios.

Por eso es más que cierto que tentaciones siempre vamos a tener y que, en muchas ocasiones, caeremos en ellas no diré yo que sin gozo propio y personal. A eso estamos sometidos porque nuestra voluntad es nuestra y nuestra libertad, también.

Pero tampoco es menos cierto que, como somos hijos de Dios y nuestro Creador nos ha dotado de instrumentos espirituales para tratar de no caer en lo que tanto nos impele a no ser buenos hijos con un muy buen Padre. No podemos decir, por eso mismo, que aquí y en tal aspecto nos abandone el Todopoderoso sino que, al contario, ha sido y es muy generoso con nuestras infidelidades.

Llega, pues, la noche, muchas veces pero, las mismas veces que somos abatidos por el Mal y el mismo entra, a degüello, en nuestro corazón, podemos oponer algo que, siendo sencillo también es donado por Dios a quien quiera aceptarla: la Fe.

Allí donde vive y crece la Fe, en el corazón (templo, por eso mismo, del Espíritu Santo) es donde el Mal puede morir en su intento de dominarnos. Allí mismo, los embates del Príncipe de este mundo pueden ser doblegados y vencidos; ahogados y acallados.

Nuestra fe, para eso, ha de ser fuerte y no se ha dejar dominar por los excesos del mundo. Ante ellos sabernos y sentirnos hijos de Dios ha de ser el punto de apoyo para decir ¡no! a lo que no nos conviene como tales y ¡sí! a lo que sí nos viene bien como discípulos de Cristo.

Nuestro corazón, que puede ser fuente de mal, lo ha de ser de luz y de esperanza. Arde con el fuego del Espíritu y quema, para nuestro bien, lo que nos sobra. Y nos basta tener fe como un grano de mostaza…

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán