“En las relaciones entre ciencia y fe debemos trabajar por un objetivo más ambicioso que la mera coexistencia pacífica”


 

“La coexistencia pacífica no es el estado más deseable para las relaciones entre ciencia y fe. Mostrar la compatibilidad entre ambas es muy poco: se puede y se debe trabajar por un objetivo más ambicioso”. Así lo expuso en la Universidad de Navarra Juan Arana, catedrático de Filosofía de la Naturaleza en la Universidad de Sevilla, durante la conferencia que impartió bajo el título ‘El papel de la filosofía en el diálogo ciencia-religión’.

En ese sentido, indicó que “fe y razón son como dos ramas que nacen de un mismo tronco. Sin embargo, las vicisitudes de la historia las han separado tanto que muchos incluso las consideran extrañas y hasta enfrentadas. El hombre de fe no puede aceptar que este alejamiento se haga definitivo. Es imperativo que intente atajar el proceso de mutuo extrañamiento para recuperar la armonía que en un principio hubo y siempre debió haberse mantenido”.

Para Juan Arana, una de las contribuciones de la filosofía al diálogo entre ciencia y fe consiste en “recordar tanto a los científicos como a los teólogos que sus trabajos conjugan a la vez lo divino y lo humano. Unos se ocupan de Dios y otros de la Creación. Para llevar a término su trabajo sólo cuentan con una razón bien limitada y un medio de expresión, el lenguaje, que se deshace en las manos como blanda roca pulverizable”.

Así, señaló que “el error es confundir la grandeza objetiva de la verdad investigada con el resultado de sus afanes, olvidando la pequeñez de los medios a su disposición para acercarse a ella”.

25 aniversario de la Facultad Eclesiástica de Filosofía

El catedrático recalcó que la clave reside en la unidad del saber: “Para que la filosofía desempeñe un papel significativo en las relaciones entre ciencia y religión, es imperativo que permanezca fiel a ese paradigma, que fue mantenido por todos los grandes filósofos al menos desde Aristóteles hasta Leibniz. La incapacidad de la filosofía para potenciar el diálogo entre ambas manifiesta la decadencia de la propia filosofía”.

Por último, el profesor Arana hizo hincapié en que “no se trata tan sólo del diálogo entre la ciencia y la religión: es el diálogo entre las diferentes ramas de la ciencia el que debe ser potenciado, para poner en claro lo que dentro de ellas puede haber de precipitadas extrapolaciones formuladas a partir de pesquisas todavía incompletas, y lo que hay de legítima aspiración a un saber más amplio, más profundo, más verdadero”.

La conferencia de Juan Arana fue organizada por la Facultad de Teología y la Facultad Eclesiástica de Filosofía con motivo de la celebración de Santo Tomás de Aquino. Asimismo, se trata de una de las actividades previstas para conmemorar el 25 aniversario de la Facultad Eclesiástica de Filosofía. Precisamente, el tema de la jornada es una referencia al primer decano del centro, Mariano Artigas, que fue uno de los pioneros en el diálogo ciencia-fe en España y primer director del grupo de investigación ‘Ciencia, Razón y Fe’, al que el profesor Arana pertenece como miembro colaborador.