7.02.13

Parlamento británico

Interesante dato que ofrece The Tablet sobre el voto católico. La votación sobre la desnaturalización del matrimonio ha roto el Partido Conservador británico y ha mostrado cómo en temas morales el voto puede ser transversal si los diputados tienen que responder a sus votantes y su conciencia, no al líder de turno.

La votación no fue nada reñida: 400 a favor y 175 en contra. Impresionante que 22 diputados laboristas votasen en contra y 16 se abstuviesen. En España sólo hubo dos diputados fieles a su conciencia en ese ámbito ideológico: Vázquez y Aroz.

Pero lo que más me llamó la atención fue el sentido de voto de los diputados autodenominados católicos, 82: el 60% votó a favor:

  • 32 laboristas
  • 12 conservadores
  • 2 Liberal-Demócratas
  • 1 del SDLP

Una muestra más de que, desgraciadamente, la clase política no es más que un reflejo de la sociedad. Y de que hay que tener mucho cuidado cuando me manosea lo del voto católico, los católicos en la política, los partidos católicos….

Sinceramente, si fuese inglés habría votado antes a un candidato fiel a los principios no negociables sin importarme su religión, que a uno que hiciese gala de su «catolicidad». En España no tengo la disyuntiva.

En otro orden de cosas creo que el episcopado en UK lo tiene más claro que en otras partes del mundo respecto al siguiente paso. Tal como señala el obispo Philip Egan:

Está claro que la visión católica del matrimonio diferirá a partir de ahora de lo que la sociedad llama matrimonio. Una posible consecuencia será que la Iglesia se vea obligada a retirarse del registro civil de matrimonios.

Que está muy en línea con lo que comentó G. Weigel tras la victoria de Obama, de desligar el matrimonio canónico del civil ya que los actos no significan lo mismo. O la propuesta del profesor Tirapu en 2005:

si los efectos que va a tener en España el matrimonio canónico, son los efectos de una unión que puede ser homosexual, rescindible en tres meses, disoluble, no abierta a los hijos, creo que ha llegado el momento de optar por el matrimonio canónico sin efectos civiles automáticos. Tales efectos civiles distorsionan de tal modo la esencia y la dignidad del matrimonio canónico, que es mejor separar ambas cuestiones. En definitiva, casarse ante la Iglesia con el compromiso eclesial que lleva tal decisión, pero no estar casado ante el Estado

Nick Donnelly lo expresaba muy bien en su entrada: «Santo Padre, por favor, ¿puede darnos otra palabra para la unión sacramental de un hombre y una mujer? Mi gobierno ha arruinado la nuestra»