9.02.13

 

La cosa va un poco por modas. Mediados de los 90, si no hacías una oración, encuentro, comunicado, chapa, camiseta, pulsera o lazo por el 0,7, no eras nada. Más tarde el centro de la cuestión fue la condonación de la deuda externa ¿recuerdan? Más de lo mismo. No había grupo parroquial, movimiento, asociación, comunidad o colectivo que no pidiera contundentemente esa condonación. Tocaba.

Ahora es el momento del no a los desahucios. No hay grupúsculo, por más extrafronterizo que sea, por minúsculo, desconocido o en la sombra, que se resigne a no sacar un comunicado sobre el asunto. En las últimas semanas habremos visto tropecientos. To quisqui metido en el ajo.

Todos los comunicados coinciden en las mismas reivindicaciones con las que estoy completamente de acuerdo. A saber: dación en pago, no a los desahucios de primera vivienda, alquiler social. Me parece de justicia y es de cajón de madera de pino. Para esto basta ver los datos: gente en la calle, un paro que no cesa, viviendas vacías y unas hipotecas que se ofrecían como caramelos (también unos hipotecados que firmaban tan felices unas cuotas que parecían imposibles). En cualquier caso, no se puede dejar a la gente desamparada. Para un cristiano es obra de misericordia dar posada al peregrino de la vida (por cierto, chula la frase).

Lo normal de un comunicado es ver, juzgar y actuar. La impresión que tengo de los últimos que he leído es que se ha seguido otro itinerario: decidir las conclusiones y luego buscar premisas que las originen. Al revés.

Comunicados que servidor ve llenos de tópicos sin dato que los avale: “un derecho, recogido por la Constitución (art. 47), se deja en manos de la especulación y de la economía más injusta”; “se han puesto por delante del interés general los intereses de los grandes bancos”; “Junto a los bancos y las cajas, se han beneficiado de la especulación ayuntamientos, inmobiliarias, ciudadanos que aprovecharon la situación”; “ahora no son capaces de modificar las injustas leyes que crearon porque no quieren enfrentarse a las grandes entidades que les financian y aseguran puestos de consejeros para su retiro. Además, ponen al servicio de intereses particulares a funcionarios del estado que deberían ser los garantes del interés general”. Son párrafos de un comunicado de ayer mismo de la Federación de movimientos de acción católica, pero que pueden encontrarse iguales o parecidos en cualquier comunicado.

Nada nuevo bajo el sol. Los obispos lo han dicho en general y algunos lo siguen diciendo en particular. Entonces, ¿por qué tanto afán de hablar cada grupúsculo de la crisis, por qué tanta publicidad a cualquier manifiesto aunque sea de la comunidad de Zarrias de Arriba, que son cuatro y uno del sector crítico?

Todo es lo mismo: no se trata tanto de solidaridad, como de sacudir a los obispos, salvando eso sí a la gente de buena voluntad, a la que a veces se manipula en contra de lo que ellos mismos quisieran. Ya saben: los obispos no hablan de la crisis porque están con el PP y con la banca… ¿No lo habían escuchado nunca? Por eso no hablan (que sí han hablado y siguen hablando) y tiene que sacar comunicados la gente de la iglesia de base que son los solidarios…

Por cierto, a ver si los cristianos del norte de Madrid elaboramos un manifiesto sobre la crisis y los desahucios, que no vamos a ser los únicos que nos quedemos sin decir nada.

Ah, perdón, obispos mudos!!!, que se me había olvidado.