ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 28 de febrero de 2013

La frase del día

Belleza cuya contemplación no nos hace mejores no es tal belleza.

Miguel de Unamuno (escritor y filósofo español, Bilbao, 1864–Salamanca, 1936)

 


Papa

La última homilía de Benedicto XVI aclaró más que miles de títulos de periódicos
Gratitud a todos: La Iglesia no es de nadie, pertenece a Cristo

''Soy un simple peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra''
¡Gracias a vosotros!, palabras improvisadas de Benedicto XVI a su llegada a Castel Gandolfo

''Vamos adelante juntos con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo''
Benedicto XVI se despide en Castel Gandolfo, en su última aparición pública. Emoción entre los miles de presentes y millones en el mundo lo siguen por televisión

''Le deseamos que en su futura vida retirada siga cuidando del pequeño rebaño en China''
El clero y los fieles del gran país asiático agradecen al papa su pontificado

''Renuevo a Benedicto XVI el saludo lleno de reconocimiento y afecto de los italianos''
El presidente de Italia elogia la serena determinación de enfrentar las pruebas que se presentaron

''¡Que Dios se lo pague!''
Despedida del cardenal Sodano en nombre de todos los cardenales

Benedicto XVI promete obediencia al nuevo papa
Lo ha dicho en la despedida a los cardenales esta mañana en su último día de pontificado

''Desde hoy ya prometo mi incondicional reverencia y obediencia al próximo papa''
Palabras de Benedicto XVI al despedirse de los cardenales en la Sala Clementina

El último día del papa
El programa del 28 de febrero hasta la sede vacante

Cónclave

El Arzobispado de Barcelona lanza una web especial sobre el Cónclave
Desde hoy

Santa Sede

Cardenal Cañizares: "Un mundo sin Dios no tiene futuro"
Inaugurado el ciclo de "Conversaciones en el Palacio de España" de la Embajada

Los cardenales dan las gracias a Benedicto XVI por su pontificado
El papa se reúne por última vez con los cardenales presentes en Roma

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato Daniel Alejo Brottier
«Comerciante del cielo»


Papa


La última homilía de Benedicto XVI aclaró más que miles de títulos de periódicos
Gratitud a todos: La Iglesia no es de nadie, pertenece a Cristo

Por H. Sergio Mora

ROMA, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Ante la inmensa multitud reunida en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI hizo una homilía en la que con la tranquilidad y dulzura que le caracteriza abordó diversos temas de espiritualidad y puntualizó también algunos conceptos. Útiles en vista de una serie de voces que medios de comunicación pusieron en circulación sobre presuntas intrigas y luchas de poder, como si el cónclave fuera algo similar a una campaña electoral.

Benedicto XVI en sus palabras agradeció diversos elementos positivos que tuvo en su pontificado: “Sobretodo a ustedes, queridos hermanos cardenales; vuestra sabiduría, vuestros consejos, vuestra amistad me han sido preciosos. Mis colaboradores a partir del secretario de Estado que me ha acompañado con fidelidad durante estos años, la Secretaría de Estado y la Curia Romana, como todos aquellos que en los varios sectores dan sus servicios a la Santa Sede”.

Agradeció también a los “tantos rostros que no aparecen, que se quedan en la sombra, pero justamente en el silencio, en la dedicación cotidiana, con espíritu de fe y humildad fueron para mi un apoyo seguro y confiable”.

Recordó a los diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, “que hace presente la gran familia de naciones”, dijo. Y a los periodistas “que trabajan para una buena comunicación, a quienes agradezco su importante servicio”.

Un pontificado en el que el papa afrontó diversos escándalos. “Existieron también momentos en los cuales las aguas estaban agitadas y el viento era contrario, como en toda la historia de la Iglesia, y el Señor parecía dormir. Pero siempre he sabido que en esa barca estaba el Señor y que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino que es suya y no la deja hundir. Es Él que la conduce, seguramente también a través de los hombres que ha elegido, porque así lo ha querido”. “Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz”.

Y añadió: “El Señor verdaderamente me ha guiado y ha estado cerca de mí. He podido percibir cotidianamente su presencia".

Y al ver la plaza de San Pedro llena de fieles entusiastas Benedicto XVI indicó: “Aquí se puede tocar con la mano lo que es la Iglesia --no una organización, no una asociación con fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos”.

“Un papa no está solo –dijo-- cuando guía la barca de Pedro, incluso si es su primera responsabilidad. Yo nunca me he sentido solo al llevar la alegría y el peso del ministerio petrino. El Señor me ha puesto al lado a tantas personas que con generosidad, y amor a Dios y a la Iglesia, me ayudaron y estuvieron cerca de mí”.

Dije antes que una gran cantidad de gente que ama el Señor, ama también al sucesor de san Pedro y tiene un alto aprecio por él; y que el papa tiene verdaderamente hermanos y hermanas, hijos e hijas de todo el mundo”.

Sobre los motivos de la renuncia reiteró: "En estos últimos meses he sentido que mis fuerzas han disminuido, y he pedido a Dios con insistencia, en la oración, que me ilumine con su luz para hacerme tomar la decisión más justa, no para mi bien, sino para el bien de la Iglesia. He realizado este paso con plena conciencia de su gran gravedad y también novedad, pero también con una profunda serenidad de ánimo”.

“Amar a la Iglesia --concluyó sobre el tema- significa también tener el coraje de hacer elecciones difíciles, sufridas y poniendo siempre delante el bien de la Iglesia y no a nosotros mismos”.

“No regreso a la vida privada –precisó-- ni a una vida de viajes, reuniones, recepciones, conferencias, etc. No abandono la cruz, sino que permanezco de un modo nuevo ante el Señor Crucificado. No llevo ya la potestad del oficio en el gobierno de la Iglesia, sino en el servicio de la oración”.

“¡Queridos amigos y amigas! Dios guía a su Iglesia, la sostiene siempre, y especialmente en los tiempos difíciles. Nunca perdamos esta visión de fe, que es la única visión verdadera del camino de la Iglesia y del mundo”.

E invitó a todos “a renovar la firme confianza en el Señor, a confiarse como niños en los brazos del Dios, con la seguridad de que aquellos brazos nos sostienen siempre y son lo que nos permite caminar cada día mismo cuando estamos cansados”.

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''Soy un simple peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra''
¡Gracias a vosotros!, palabras improvisadas de Benedicto XVI a su llegada a Castel Gandolfo

Por Redacción

CASTEL GANDOLFO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos las palabras improvisadas que Benedicto XVI ha dirigido a los habitantes de Castel Gandolfo y alrededores, en la bella campiña de los Castillos romanos, que se había apiñado como queriendo ofrecerle el último abrazo, con caras sonrientes y agitando banderolas.

*****

Queridos amigos, estoy feliz de estar con vosotros, rodeado de la belleza del Creador y de vuestra simpatía que me hace mucho bien. Gracias por vuestra amistad, vuestro afecto (aplausos) Vosotros sabéis que este mi día es diferente a los precedentes: no soy ya sumo pontífice de la Iglesia católica --hasta las ocho de esta tarde lo seré todavía, después ya no--. Soy un simple peregrino que incoa la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quiero todavía (aplausos -¡gracias!) pero quiero todavía con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común y el bien de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Vamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias, os doy ahora (aplausos) con todo el corazón mi bendición. Sea bendecido Dios omnipotente, Padre, hijo y Espíritu Santo. Gracias ¡buenas noches! ¡Gracias a todos!

Traducción del italiano de Rocío Lancho García

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''Vamos adelante juntos con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo''
Benedicto XVI se despide en Castel Gandolfo, en su última aparición pública. Emoción entre los miles de presentes y millones en el mundo lo siguen por televisión

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - “Gracias por vuestra amistad y vuestro afecto”, dijo Benedicto XVI, poco después de las cinco y media de la tarde, desde el balcón de Castel Gandolfo. Tras los calurosos aplausos prosiguió: “Como ustedes saben este día mío es diverso, desde las 20 horas no soy ya pontífice de la Iglesia católica y paso a ser simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra”.

Fueron palabras dichas hacia la multitud, sin ningún tipo de anotación, que claramente provenían del fondo de su corazón y suscitaron fuertes aplausos.

“Querría todavía, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, y mi reflexión, con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común, de la Iglesia y de la humanidad” dijo. Y añadió: “Me siento muy apoyado por vuestra simpatía”.

Y el aún papa concluyó: “Vamos adelante juntos con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Les imparto con todo mi corazón mi bendición...".

Las luces de Castel Gandolfo ya iniciaban a encenderse en una tarde que fue soleada pero fría, y curiosamente después que el papa se fue, la gente demoró bastante en desocupar la misma, como si le costara hacerse a la idea de que no van a verlo más. 

Poco antes, dentro de la residencia pontificia lo recibió el cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Gobierno del Vaticano, el arzobispo Giuseppe Sciacca, secretario del mismo ente; y el obispo de Albano, la diócesis local, Marcello Semeraro.

Una hora antes a las 16,45 locales, el santo padre dejó el Palacio Apostólico y bajó al patio de San Damián, donde le esperaba el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Un piquete en uniforme de honor de la Guardia Suiza, además de numeroso público, mayoritariamente religiosos y laicos que trabajan en la Secretaria de Estado.

En el helipuerto el último saludo lo hizo el cardenal decano, Angelo Sodano, y después el papa junto al secretario Georg Gänswein se embarcó en el helicóptero de la República de Italia, que le llevó a la residencia de verano de los papas.

Fue la última aparición pública de Benedicto XVI. A las 20 horas locales los guardias suizos cerrarán el portón mayor de la residencia. La Gendarmería del Vaticano tomará las funciones de vigilancia. Estaremos en sede vacante.  

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''Le deseamos que en su futura vida retirada siga cuidando del pequeño rebaño en China''
El clero y los fieles del gran país asiático agradecen al papa su pontificado

Por Redacción

ROMA, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Los católicos de China han escrito a Benedicto XVI una carta de la cual ofrecemos a los lectores la traducción.

*****

Santo Padre:

Como sabe, desde hace mucho tiempo nosotros, clero y fieles en China, experimentamos un afecto particular hacia su persona. Le queremos mucho y ofrecemos cada día por usted nuestras oraciones y misas.

Sin embargo, la tarde del 11 de febrero, nos llegó la triste noticia: a causa de la edad avanzada y de la debilidad física, Su Santidad ha decidido renunciar, al finalizar este mes, a su ministerio. Aunque muchos de nosotros no han tenido la oportunidad de visitarle en persona y usted no ha tenido posibilidad de visitar la tierra de China en Extremo Oriente, su renuncia nos ha hecho pensar en el afecto y el amor mostrado por Su Santidad al Pueblo chino y a los católicos chinos.

"En este mundo, todos los cristianos están sufriendo por Cristo, pero sólo los católicos en China sufren, al mismo tiempo, por Su Santidad, nuestro papa Obispo de Roma": son las palabras de un exdelegado apostólico en China, mientras nos presentaba la Iglesia en China, algunos meses después de su elección al trono pontificio.

Entonces, Su Santidad parecía que había entrado en un largo, profundo silencio.

Sin embargo, sabemos que Su Santidad ha dedicado una particular atención a China y reservado un lugar especial en su corazón a la Iglesia católica en China. Ha buscado promover el diálogo y aliviar la cruz que llevamos, mostrando preocupación y bendiciendo a China y al pueblo chino. Durante los ocho años de su pontificado, se ha preocupado por el clero y los fieles chinos con profundos sentimientos de amistad hacia el pueblo chino.

No olvidaremos que, en la Fiesta anual de primavera, no sólo ha saludado a los pueblos de todas las naciones que celebran el fin de año lunar, sino que ha enviado una bendición especial a los cientos de millones de nuestros conciudadanos chinos.

No olvidaremos nunca que, mientra el relevo de la antorcha de la 28ª edición de los Juegos Olímpicos en Pekín se obstaculizaba por una fuerte oposición, usted envió generosa y justamente los mejores deseos a China y al pueblo chino que se estaban preparando para los Juegos.

No olvidaremos que, cuando graves tempestades de nieve sacudieron el sur de China, cuando en 2008 un terremoto sacudió Wenchuan en Sichuan, cuando el terremoto en Yushu, en Qinghai y los deslizamientos de tierra e inundaciones devastaron Zhouqu en Gansu, en 2010, Su Santidad no sólo expresó dolor y lloró las muertes de nuestro conciudadanos, sino que dirigió una llamada a la Iglesia universal para que rezase por las víctimas, por el personal de los diferentes gobiernos y las personas de buen corazón se implicasen en primera línea en el socorro de las zonas afectadas. Además dirigió una llamada a los otros países para que tendieran una mano de amistad y apoyo de las zonas afectadas en China y rezaran para que el Señor ayudara a China y al pueblo chino en esos tiempos difíciles. Su Santidad después ofreció, por cuatro veces, generosas donaciones a través las "Jinde charities" a través de "Cor Unum".

No olvidaremos que Su Santidad expresó públicamente sentidas enhorabuenas a los nuevos líderes de nuestro país e impartió su generosa bendición al pueblo chino en el reciente Mensaje de Navidad del pasado 25 de diciembre.

No olvidaremos nunca la larga, histórica, carta al clero y a los fieles chinos y la oración que escribió por China, poco después de haber subido al trono pontificio.

No olvidaremos nunca que, en los últimos ocho años, hubo solo felicitaciones, saludos amigables y grandes esperanzas expresadas en mensajes que usted envió a China. No obstante los conflictos y las dificultades, no obstante las tristezas y las desilusiones que podemos haberle causado, abrazó siempre a China y a la Iglesia católica en China con amor paterno y respó y mostró compasión y preocupación por el pueblo chino y los católicos. Recordaremos siempre esto con afecto en nuestros corazones.

En los últimos ocho años, cuando tuvo que afrontar situaciones internacionales complejas e inciertas, Su Santidad hizo todo el esfuerzo para salvaguardar la dignidad humana, perseguir la verdad, defender los valores de la fe y promover activamente la nueva evangelización. El 28 de febrero, Su Santidad deja la Cátedra de san Pedro con serenidad. La actitud libre y abierta que ha mostrado ante el poder, el honor y el estatus, y su respuesta fuerte, perseverante, humana frente a los distintos desafíos, han conquistado el respeto de todos. Esto no solo ha comentado el mundo, sino que nos hace también difícil a nosotros --clero y católicos chinos- decirle adiós.

¡Perdone nuestras debilidades y límites!, Santidad, le deseamos que en su futura vida retirada siga cuidando del pequeño rebaño en China y que permanezca en contacto con el pueblo chino en la oración. ¡También nosotros rezaremos por usted y por su sucesor!

¡Gracias, querido Santo Padre! Nosotros, clero y fieles chinos, no le olvidaremos nunca. ¡Le amaremos por siempre!

Traducido del italiano por Rocío Lancho García

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''Renuevo a Benedicto XVI el saludo lleno de reconocimiento y afecto de los italianos''
El presidente de Italia elogia la serena determinación de enfrentar las pruebas que se presentaron

Por H. Sergio Mora

ROMA, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - “Renuevo a Benedicto XVI, en el momento conclusivo de su mandato, el saludo lleno de reconocimiento y afecto de los italianos. He sentido y siento de poder hacerlo en nombre del pueblo y de la nación, a la cual este pontífice no italiano ha sinceramente amado y acompañado con constante simpatía y benevolencia”.

Lo escribió el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, en un artículo publicado en el diario L'Osservatore Romano y en la web de la Presidencia de Italia.

“Incluso quienes están más lejos de la Iglesia y de la práctica religiosa --escribe el jefe del Estado, proveniente del Partido Comunista Italiano- han apreciado la elevada búsqueda y aportes del pensamiento de Benedicto XVI, junto a su sencillez y discreción”.

“Los años de su pontificado fueron entre los mas serenos por lo que se refiere a las relaciones entre Iglesia y Estado en nuestro país, en el signo del respeto recíproco y de la voluntad de colaboración. La dimensión social y pública --reconocida por ambos- del hecho religioso fue en estos años siempre vivida con el justo sentido del límite”, dijo.

“El sábado pasado --prosigue el presidente cuyo mandato termina en breve- mi despedida personal de Benedicto XVI estuvo marcada por una íntima conmoción. Porque desde mi primera visita como jefe de Estado en el Vaticano, y la que él devolvió en el Quirinal [palacio presidencial], se ha establecido entre nosotros un sentido de afinidad que nos empuja a ir más allá de lo oficial y de cada formalidad".

Y añadió: “No podía entretanto, prever el nivel de atención y confianza al que habrían llegado nuestras relaciones y los encuentros entre nosotros. Así pude entender el sufrimiento y el dolor en los momentos difíciles y amargos para la Iglesia, así como la serena determinación de afrontar las pruebas que se presentaron”.

“Y hemos tenido modo --escribió el presidente- de verificar una serie de preocupaciones comunes y de puntos de vista sobre los hechos que suceden en Europa y en el mundo”.

Y concluye agradeciéndole “su estima y la confianza que me ha demostrado, y por la sensible sintonía en la que él se puso ante mi fundamental empeño por la unidad nacional”.

“Benedicto XVI deja --con un gesto de extraordinario significado histórico y humano- el trono pontificio, pero no Roma. No se aleja de Italia. Y nosotros seguiremos sintiéndolo cerca y estaremos cerca de él, con el ánimo lleno de buenos deseos”.

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''¡Que Dios se lo pague!''
Despedida del cardenal Sodano en nombre de todos los cardenales

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - A las 11 de esta mañana, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el santo padre se reunió con los cardenales presentes en Roma, para el saludo de despedida. Publicamos a continuación las palabras que el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, dirigió al papa en nombre de todos lo presentes.

*****

Santidad:

Con gran azoramiento los padres cardenales presentes en Roma se reúnen con usted, para manifestarle una vez más su profundo afecto y para expresarle su viva gratitud por su testimonio de sacrificado servicio apostólico, por el bien de la Iglesia de Cristo y de toda la humanidad.

El sábado pasado, al finalizar los Ejercicio Espirituales en El Vaticano, usted quiso darlas gracias a sus colaboradores de la curia romana, recurriendo a estas palabras conmovedoras: "Mis amigos, quisiera agradecerles a todos ustedes no solo esta semana, sino estos ocho años, durante los cuales han llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe, el peso del ministerio petrino".

Amado y venerado sucesor de Pedro, somos nosotros quienes debemos darle las gracias por el ejemplo que nos ha dado en estos ocho años de pontificado. El 19 de abril del 2005 comenzó a formar parte de la larga cadena de sucesores del apóstol Pedro y hoy, 28 de febrero de 2013, está a punto de dejarnos, en espera de que el timón de la barca de Pedro pase a otras manos. Se continuará así la sucesión apostólica, que el Señor ha prometido a su Santa Iglesia, hasta cuando se oiga en la tierra la voz de Ángel de la Apocalipsis que proclamará: "Tempus non erit amplius... consummabitur mysterium Dei" (Ap 10, 6-7) "el tiempo no existe ya...: ¡se ha cumplido el misterio de Dios!". Terminará así la historia de la Iglesia, junto a la historia del mundo, con la llegada de cielos nuevos y tierra nueva.

Padre santo, con profundo amor hemos tratado de acompañarle en su camino, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, los cuales, después de haber caminado con Jesús buena parte del camino, se dijeron el uno al otro: "¿Acaso no ardía nuestro corazón cuando nos hablaba por el camino?" (Lc 24, 32).

Sí, Santo Padre, sepa que ardía también nuestro corazón cuando caminábamos con usted en estos últimos ocho años. Hoy queremos una vez más expresarle toda nuestra gratitud. A coro le repetimos una expresión típica de su querida tierra natal: "Vergelt's Gott", ¡Que Dios se lo pague!

Traducido del italiano por Rocío Lancho García

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Benedicto XVI promete obediencia al nuevo papa
Lo ha dicho en la despedida a los cardenales esta mañana en su último día de pontificado

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Esta mañana se ha celebrado en la Sala Clementina un encuentro en el que el papa se ha despedido de los cardenales y otros miembros de la curia romana. Estaban presentes 144 cardenales. También han acudido algunos jefes de dicasterios y otras autoridades de la curia, como los ceremonieros y otros cargos de la Secretaría de Estado.

En las palabras del papa de esta mañana, ha retomado lo comentado en la celebración de ayer, una apelación al sentido del misterio de la Iglesia: la Iglesia es de Cristo. Ha hecho también referencia al libro de Romano Guardini, recordando que la Iglesia no es una institución sino una realidad viviente, cuyo corazón es Cristo. También ha hecho referencia a la figura de la Virgen y ha hecho un llamamiento a permanecer unidos en este misterio de la Iglesia: pidan al Espíritu Santo, siéntanse plenamente dóciles en la elección del nuevo papa, que el Señor les muestre aquel que Él ha elegido. El papa ha dicho que "promete obediencia al nuevo papa". Un acto, dice el portavoz vaticano Lombardi, que muestra la actitud y el propósito, que también mostró ayer en la plaza, sobre cómo vivirá como papa emérito. "Ha sido un acto muy bonito y expresivo de su actitud".

Al inicio del encuentro el cardenal Sodano, ha anunciado que enviará mañana formalmente la convocatoria para la Congregación de los cardenales.

El padre Federico Lombardi, en una rueda de prensa en la Sala de Prensa Vaticana, ha hecho algunas precisiones sobre la precedencia del colegio cardenalicio. Los cardenales están distribuidos en tres órdenes: la orden de los obispos, la orden de los presbíteros y la orden de los diáconos. Éste será el orden que seguirán en la procesión y el modo de sentarse en la Capilla Sixtina. Así los cardenales representan al clero de roma y al clero universal. El cardenal protodiacono es el encargado de anunciar el nombre del nuevo papa desde el balcón de la fachada de la basílica de San Pedro.

Hoy aparecerá el último tuit del papa en torno a las 5 de la tarde. A partir de ese momento, la cuenta permanecerá en stand by durante la sede vacante. El próximo papa decidirá si continúa usándolo.

Esta tarde se podrán ver las imágenes en directo ofrecidas por el Centro Televisivo Vaticano de la salida del papa del Vaticano y la llegada y saludo en Castengandolfo, y las de las puertas que se cierran. A su vez, los sellos se colocarán en el apartamento pontificio a las 8 y estas imágenes estarán disponibles a partir de  mañana.

A día de hoy se han acreditado casi cuatro mil periodistas temporales para este acontecimiento del Cónclave, más los habituales vaticanistas acreditados permanentemente. Proceden de casi mil medios de más de 60 países y 24 idiomas distintos.

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''Desde hoy ya prometo mi incondicional reverencia y obediencia al próximo papa''
Palabras de Benedicto XVI al despedirse de los cardenales en la Sala Clementina

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - A las 11 de esta mañana, último día de su pontificado, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico vaticano, Benedicto XVI se ha reunido con los cardenales presentes en Roma, para despedirse de ellos. Durante la audiencia, el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, ha dirigido al papa unas palabras de homenaje en nombre de todos los presentes.

Luego el santo padre, antes de despedirse personalmente de cada cardenal, ha pronunciado las palabras que ofrecemos a continuación.

*****

Venerados y queridos hermanos. Con gran alegría acojo y presento a cada uno de ustedes mi cordial saludo. Agradezco al cardenal Angelo Sodano que, como siempre, ha sabido hacerse intérprete de los sentimientos de todo el Colegio, cor ad cor loquitur. Gracias eminencia, de corazón.

Y quiero decirles tomando como referencia la experiencia de los discípulos de Emmaús, que también para mi fue una alegría caminar con ustedes, estos años a la luz de la presencia del Señor Resucitado.

Como dije ayer delante de miles de fieles, que llenaron la plaza de San Pedro, su cercanía y su consejo fueron de gran ayuda en mi ministerio.

En estos ocho años hemos vivido con fe momentos bellísimos de luz radiante en el camino de la Iglesia, junto a momentos en los que alguna nube se volvió densa en el cielo. Hemos buscado servir a Cristo y a su Iglesia, con amor profundo y total que es el alma de nuestro ministerio. Hemos dado esperanza, aquella que nos viene de Cristo, el único que puede iluminar el camino.

Juntos podemos agradecer al Señor que nos hizo crecer en la comunión y juntos rezarle para que les ayude a crecer aún más en esta unidad profunda, de manera que el colegio de cardenales sea como una orquesta donde la diversidad, expresión de la Iglesia universal, lleve siempre a la superior concorde armonía.

Querría dejarles un pensamiento simple que llevo en el corazón, un pensamiento sobre la Iglesia, sobre su misterio, que es para todos nosotros, podemos decir la razón y la pasión de la vida.

Me ayudo con una expresión de Romano Guardini, escrita justamente en el año en el Concilio Vaticano II, aprobaba la constitución Lumen Gentium. Un último libro con una dedicatoria personal para mí, por lo que estas palabras en este libro me son muy queridas.

Decía: “La Iglesia no es una institución elucubrada y construida calculadamente. Es una realidad viviente, ella vive a lo largo del curso del tiempo para evolucionar, como cada ser viviente, transformándose, y aún así en su naturaleza permanece siempre la misma, y su corazón es Cristo.

Era, me parece, nuestra experiencia de ayer en la plaza, ver que la Iglesia es un cuerpo vivo, animado por el Espíritu Santo, que vive realmente de la fuerza de Dios. Ella está en el mundo pero no es del mundo. Es de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo. Lo hemos visto ayer.

Por ello es verdadera y elocuente otra expresión de Guardini: 'La Iglesia se despierta en las almas'. La Iglesia vive crece y se despierta en las almas que como la de la Virgen María acogen la palabra de Dios y la conciben por obra del Espíritu Santo. Ofrecen a Dios su propia carne y justamente en su pobreza y humildad se vuelven capaces de generar a Cristo hoy en el mundo.

A través de la Iglesia el misterio de la Encarnación permanece presente por siempre. Cristo sigue caminando a través de los tiempos y en todos los lugares.

Permanezcamos unidos queridos hermanos en este misterio. En la oración, especialmente en la eucaristía cotidiana, y así sirvamos a la Iglesia y a toda la humanidad. Esta es nuestra alegría que nadie nos puede quitar.

Antes de despedirles personalmente, deseo decirles que estaré cerca de ustedes con la oración, especialmente en los próximos días, para que sean enteramente dóciles a la acción del Espíritu Santo para la elección del nuevo papa. Que el Señor les muestre la que es su voluntad.

Entre ustedes, en el Colegio de Cardenales, está también el futuro papa al que ya hoy prometo mi incondicional reverencia y obediencia.

Por todo esto con afecto y reconocimiento les imparto la bendición apostólica.

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El último día del papa
El programa del 28 de febrero hasta la sede vacante

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Hoy a las 20 horas Benedicto XVI deja de ser papa. El programa que le espera es intenso. Por la mañana saludará a los cardenales, uno por uno, en la Sala Clementina del Vaticano. “Solamente en ese momento sabremos cuántos cardenales han llegado a Roma”, dijo ayer el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. Y precisó que en la audiencia general en la plaza de San Pedro estaban al menos unos 70 purpurados. Indicó que hoy en esta despedida no se espera un discurso del papa sino algunas pocas palabras improvisadas que serán transmitidas junto al besamanos, todo en televisión en directo.

Siempre hoy será sellados el apartamento pontificio, como indica la constitución Universi Dominici Gregis, la ley sobre el final de un pontificado.

Dicho documento fue actualizado por el papa el lunes pasado, con algunas precisiones, entre ellas que la comisión de cardenales que se reúne durante la sede vacante puede adelantar el cónclave. Antes de la modificación los cardenales podían interpretar la ley y adelantar la elección, ahora en cambio es la misma constitución la que lo permite sin necesidad de interpretación alguna.

Por la tarde, a las 16,45 Benedicto XVI bajará al patio de San Damián en El Vaticano. Allí saludará a algunas otras autoridades y a sus estrechos colaboradores que trabajan en la Secretaría de Estado. Un piquete de la Guardia Suiza le rendirá los honores.

En automóvil le llevarán al helipuerto, situado a unos 800 metros de distancia, en la parte alta de la colina vaticana --una de las elevaciones que forman la ciudad de Roma- amurallada en la que se sitúa esta Ciudad, corazón de la catolicidad.

Últimos saludos y de allí volará aproximadamente a las 17 horas locales, en helicóptero a Castel Gandolfo, la residencia pontificia de verano situada a 20 kilómetros de Roma, o sea a unos 15 minutos de vuelo. Benedicto XVI se quedará allí un par de meses, pues no quiere con su presencia en el Vaticano influenciar a los cardenales que participarán en el cónclave.

Solamente pasado este tiempo, regresará al monasterio Mater Ecclesiae, situado en el interior de las murallas. (El lugar del retiro del papa en el Vaticano).

Siempre hoy por la tarde, a su llegada a Castel Gandolfo, el papa será recibido por la autoridades locales de la ciudad y por el obispo de la díocesis, Marcello Semeraro. Poco después saldrá al balcón de Castel Gandolfo --aproximadamente a las 17,30- para saludar a la población local.

A las 20 horas, en la tranquilidad de Castel Gandolfo, Benedicto XVI dejará de ser papa. Desde este momento se llamará "santidad Benedicto XVI" y usará habito talar blanco, o sea sotana blanca, sin la esclavina o pequeña capa que cubre los hombros y que caracteriza al pontífice que pastorea la Diócesis de Roma y es "primus inter paris" de la Iglesia católica.

Benedicto XVI será papa emérito, el cardenal camarlengo Tarcisio Bertone romperá el anillo del Pescador y el sello de plomo. La Guardia Suiza --la guardia personal del pontífice- cerrará las puertas del castillo de Castel Gandolfo y dejará de ejercer sus funciones en este tiempo en la residencia temporal de Benedicto XVI, pues ya no hay papa a quien custodiar. Entrará en función la Gendarmería del Vaticano, su servicio de vigilancia. 

La Iglesia habrá entrado en sede vacante.

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Cónclave


El Arzobispado de Barcelona lanza una web especial sobre el Cónclave
Desde hoy

Por Redacción

ROMA, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - El Arzobispado de Barcelona lanza, hoy jueves 28 de febrero, a las 10,30 horas, una página web especial que tratará en profundidad los próximos eventos relacionados con Benedicto XVI, el Cónclave y el nuevo Papa. En momentos importantes para la Iglesia y el catolicismo, el Arzobispado de Barcelona pretende ser un servicio informativo de referencia para los medios de comunicación y para todos los fieles de la Iglesia.

Por este motivo, el Arzobispado de Barcelona ha desplazado una parte de su equipo a Roma para informar con inmediatez de los últimos acontecimientos, y mostrarlos en diferentes formatos multimedia en esta nueva página web sobre la sucesión papal. El portal, que se puede encontrar en el enlace: http://conclave2013.arqbcn.org, se puede consultar en dos idiomas: catalán y castellano.

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Santa Sede


Cardenal Cañizares: "Un mundo sin Dios no tiene futuro"
Inaugurado el ciclo de "Conversaciones en el Palacio de España" de la Embajada

Por Rocío Lancho García

ROMA, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - El Palacio de España, sede de la Embajada de España ante la Santa Sede, inauguró ayer el ciclo de "Conversaciones en el Palacio de España" que pretende ser ocasión para un diálogo a varias voces, como expresión de la apertura a lo católico, es decir, lo universal, que caracteriza tanto a la ciudad de Roma como a la cultura española.

Ayer se celebró la primera de estas "Conversaciones" y bajo el título "Religión y Espacio Público" intervinieron el cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina para los Sacramentos; Giuliano Amato, expresidente del Consejo de ministros italiano; y el ministro de Interior español Jorge Fernández; moderado por Ignacio Sánchez Cámara, consejero de Educación de la Embajada de España en Roma.

El cardenal Cañizares reflexionó sobre cristianismo y secularización como una de las cuestiones claves, dijo, para el futuro de la humanidad. Afirmó que la securalización asume cada vez más fuerza en un laicismo en el que Dios no cuenta, mientras que la fe se desplaza al ámbito de lo privado. En muchos casos se está llegando a la "negación de Dios y vivir como si Dios no existiera", llevando a una ruptura de la armonía entre fe y razón. Afirmó también que "un mundo sin Dios no tiene futuro".

Por su parte Giuliano Amato, comenzó su intervención bromeando al decir que su visión es menos pesimista que la del cardenal. Habló de la intolerancia como el verdadero enemigo de las sociedades modernas. Hizo referencia al encuentro entre el filósofo Habermas y el entonces cardenal Ratzinger e insistió en la indeleble relación que hay entre razón y fe. También señaló el riesgo que corre la sociedad de perder los valores fundamentales.

Para finalizar la "Conversación", el ministro del Interior español quiso destacar la importancia del artículo 18 de la Declaración Universal de los derechos del hombre, que reconoce la libertad religiosa, como un derecho reconocido y respetable. Hizo un repaso por los distintos modelos de gobierno y cómo encaja la libertad religiosa, deteniéndose en el modelo de Estado aconfesional como es España, un modelo neutral para garantizar las distintas creencias. El ministro Fernández también habló de la crisis de valores que acecha a Europa como fondo de la crisis económica y política.

Esta iniciativa nace con la vocación de tratar desde una perspectiva abierta, crítica e integradora algunas de las grandes cuestiones que están presentes en el debate cotidiano de nuestras sociedades, las grandes realizaciones de la cultura humana o el futuro y destino de Europa.

Organizadas conjuntamente por el Pontificio Consejo de la Cultura y la Embajada de España ante la Santa Sede, las conversaciones están inspiradas en los encuentros que celebrados en el marco del "Atrio de los Gentiles", iniciativa propuesta por su santidad Benedicto XVI. En los diversos encuentros previstos para este año 2013, se alternarán ponentes de diversa procedencia y formación abiertos a un diálogo inteligente, creativo y sincero.

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Los cardenales dan las gracias a Benedicto XVI por su pontificado
El papa se reúne por última vez con los cardenales presentes en Roma

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - A las 11 de esta mañana, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el santo padre se ha encontrado a los cardenales presentes en Roma, para el saludos de despedida.

Publicamos a continuación las palabras que el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, dirige al papa en nombre de todos lo presentes.

 Santidad,

Con gran trepidación los padres cardenales presentes en Roma se reúnen con usted, para manifestarle una vez más su profundo afecto y para expresarle su viva gratitud por Su testimonio de sacrificado servicio apostólico, por el bien de la Iglesia de Cristo y de toda la humanidad.

El sábado pasado, al finalizar los Ejercicio Espirituales en Vaticano, usted ha querido agradecer a sus colaboradores de la Curia Romana, recurriendo a estas palabras conmovedoras: "Mis amigos -así nos ha llamado- quisiera agradecer a todos vosotros no solo por esta semana, sino por estos ocho años, durante los cuales habéis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe, el peso del ministerio petrino".

Análogas y conmovedoras palabras dirigió ayer en la plaza de San Pedro al pueblo presente, citándonos como sus colaboradores. 

Amado y venerado Sucesor de Pedro, somos nosotros que debemos darle las gracias por el ejemplo que nos ha dado en estos ocho años de pontificado. El 19 de abril del 2005 comenzó a formar parte de la larga cadena de sucesores del apóstol Pedro y hoy, 28 de febrero de 2013, está a punto de dejarnos, en espera de que el timón de la barca de Pedro pase a otras manos. Se continuará así la sucesión apostólica, que el Señor ha prometido a su Santa Iglesia, hasta cuando se oiga en la tierra la voz de Ángel de la Apocalipsis que proclamará: " Tempus non erit amplius ...consummabitur mysterium Dei" (Ap 10, 6-7) "el tiempo no existe más...:¡se ha cumplido el tiempo de Dios!" Terminará así la historia de la Iglesia, junto a la historia del mundo, con la legada de cielos nuevos y tierra nueva.

Padre Santo, con profundo amor hemos tratado de acompañarle en su camino, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, los cuáles, después de haber caminado con Jesús buena parte del camino, se dijeron el uno al otros: ¿Acaso no ardía nuestro corazón cuando nos hablaba por el camino? (Lc 24, 32).

Sí, Santo Padre, sepa que ardía también nuestro corazón cuando caminábamos con usted en estos últimos ocho años. Hoy queremos una vez más expresarle toda nuestra gratitud. En coro le repetimos una expresión típica de su querida tierra nata: "Vergelt's Gott", ¡que Dios le recompense!

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato Daniel Alejo Brottier
«Comerciante del cielo»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 28 de febrero de 2013 (Zenit.org) - Nació en la localidad francesa de La Ferté Saint-Cyr el 7 de septiembre de 1876. Sus padres, Jean y Bertha, humildes y creyentes, le educaron en la fe, y en 1893 se dispuso a entregar su vida como sacerdote. El seminario de Blois fue el escenario donde cursó sus estudios eclesiásticos que culminaron con su soñada ordenación en 1899. Una de las primeras misiones que le encomendó el prelado fue la docencia. De modo que, por indicación suya, durante algunos cursos impartió clases en el colegio de Pontlevoy, centro dependiente de la diócesis. Pero en su corazón se abrió paso el espíritu misionero y convencido de que se trataba de un directo llamamiento de Dios, se vinculó a los religiosos de la Congregación del Espíritu Santo en 1902. La certeza de haber sido elegido por Él no minimizó su sacrificio. Dio el paso contrariándose a sí mismo, como revela el escrito que dirigió el 6 de julio de ese mismo año al P. Genoud, que sería el responsable de su formación: «No pensé que sería tan dificil dejar el mundo atrás. Cuando se compara este sacrificio con lo que otras personas tienen que hacer, parece poca cosa, o casi nada, pero cuando te toca directamente se convierte en algo enteramente diferente. Sin embargo, me consuela que en la profundidad de mi ser, experimento el mismo entusiasmo que me motivó durante el retiro del año pasado». Era honesto y sincero. Su determinación irrevocable ponía de relieve la autenticidad de su vocación. El Padre Celestial, que todo lo conoce, no dilató el cumplimiento de ese anhelo evangelizador de Daniel. Valeroso, audaz, había sido motivo de descanso para su Superior General haciéndole saber de primera mano, a través de la carta que le envió en septiembre de 1903, su plena disposición:«No quiero presumir nada, pero si tienes una misión muy peligrosa, en donde mi vida estaría en riesgo, con toda franqueza, estoy listo para ello». Nada más profesar, un mes más tarde fue trasladado a Senegal y comenzó su labor en Dakar en noviembre.

Con gran ardor apostólico dio a conocer a Cristo entre las gentes de este país, con las que permaneció siete años, transmitiendo la fe en su propia lengua que se había ocupado de aprender, hasta que la dureza del clima afectó a su salud y tuvo que regresar a su país. Esta iba a ser la tónica de su labor misionera. Ese país africano, que ya llevaba grabado en sus entrañas, se le resistiría a causa de su endeble organismo. Los continuos ataques de migraña, remedando el flujo incesante de las olas marinas, le devolvían a su país hasta que definitivamente tuvo que entregar a Dios su misión. El proceso había sido harto doloroso. Obligado a regresar a Francia por vez primera en 1906, a indicación de sus superiores preocupados por la intensa y persistente afección, los cuidados médicos le permitieron regresar en 1907. Pero prácticamente no hizo más que llegar, y de nuevo surgió el tormentoso dolor de cabeza, con lo cual determinaron que Francia sería su lugar de destino permanente. Entonces, se dedicó a educar y asistir a la infancia y juventud abandonada. En junio de 1911 al ver disipada la opción de regresar a Senegal, hizo notar: «He prometido dejar todo en manos de la Providencia y no tomar ningún paso a favor ni en contra. Esa es la única manera para un religioso cumplir su deber».

Era un hombre de oración, sencillo y humilde, que se dejó llevar en todo momento por su confianza en la divina providencia. Estaba adornado de muchas cualidades que, unidas a su celo apostólico, le permitieron realizar grandes gestas para Cristo: iniciativa, gran creatividad así como visión y dotes para la administración. África corría por sus venas de apóstol, y pensando en nuevas vías de asistencia que pudiera llevar a cabo desde el lugar en el que se hallaba, creó «Recuerdo Africano», un instrumento que le reportó los recursos suficientes para erigir la catedral de Dakar. En medio de la labor apostólica educativa que signaba su acontecer, le sorprendió la Primera Guerra Mundial. «¿Qué puedo hacer frente a esta barbarie que arrasa con la salud, la vida y la civilización?», se preguntó. Y se convirtió en capellán de los militares, lo cual le permitió atender a los soldados y a los moribundos durante cuatro años en los que recorrió distintos frentes con grave riesgo de su vida. Por su abnegada labor ejercida entre tantas víctimas de la ferocidad humana, que se habían visto arrastradas por la sinrazón de las armas, a las que consoló, animó y confortó, además de dar cristiana sepultura a los caídos en el campo de batalla, le galardonaron con la Legión de Honor y la Cruz de Guerra. El ejemplo de Teresa de Lisieux alumbró su vida, y bajo su intercesión impulsó la casa de huérfanos de Auteuil, un magnífico proyecto que ya estaba materializado, pero que pusieron bajo su responsabilidad en 1923. Le dio un impulso decisivo. Tanto es así, que una decena de años más tarde, dio como resultado la atención de un millar y medio de jóvenes. A su entusiasta labor se debe la construcción de una basílica dedicada a la santa de Lisieux también en Auteuil, bendecida en 1930. Otra de las acciones sociales en las que se implicó fue la Unión Nacional de Excombatientes, de carácter benéfico, que aglutinó nada menos que a dos millones de personas. Es verdad que tenía arte e ingenio para despertar la solidaridad de la gente que promovía con innegable capacidad inventiva. Por ello se le ha denominado «comerciante del cielo». Pero en realidad su fecundidad apostólica se explica fundamentalmente por su insistente oración y fidelísima entrega. Consumido por el amor y extenuado por el esfuerzo continuo que había realizado, falleció en París el 28 de febrero de 1936. Fue beatificado por Juan Pablo II el 25 de noviembre de 1984.

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