24.03.13

Cuatro de la mañana de un domingo de Ramos

A las 4:03 AM, por Jorge
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Son las cuatro de la mañana. Llevo en la capilla de la adoración perpetua desde las tres. Es mi turno de cada domingo: de tres a seis de la madrugada. Feliz turno. Mi compañero y yo nos habíamos ofrecido una noche cada uno y finalmente sólo ha sido necesario pasar una noche entre los dos.

Ayer me ofrecieron la posibilidad de suplirme en la guardia, pero no lo consideré necesario. Es verdad que el día es complejo: domingo de Ramos y por la tarde reunión del consejo económico, pero por eso mismo es bonito estar ahora en la capilla. Mas que bonito, es todo un privilegio. Estoy pasando la noche de Ramos a solas con Él.

Cuántas gracias tengo que darle por este remanso de paz, por la bendición que esta siendo para todos y por ver cómo la capilla está abierta casi de forma milagrosa.

El primer reto fue qué pasaría en Semana Santa teniendo en cuenta que tanta gente sale de Madrid. Pues se ha completado sin problemas. La capilla como tal se cerrará a las doce de la noche del miércoles santo hasta las catorce horas del domingo de Pascua. Eso sí, tendremos vela toda la noche del jueves santo ante el monumento, también cubierta.

Descubro detalles que hablan de ternura y don de parte de Dios. Por ejemplo, esas flores que nos llegan semana a semana para el Señor. Las personas que constantemente pasan a hacer una visita. La alegría y el dolor de cada uno puestos a los pies de Jesús Sacramentado. Esos padres que vienen del hospital donde han dejado a su pequeñita y que entran buscando consuelo y confianza. El joven que pone ante Dios su oposición. Dos abuelos que acuden cada día pensando en sus hijos y a rezar por ellos que andan sin tiempo. Esa familia que acude a las tantas desde el tanatorio.

Jesús en la custodia a todos espera. En esta madrugada estamos solos. Tengo a Cristo Eucaristía en esta capilla para mí, para hablar de nuestras cosas y hacerle notar tantas necesidades. Mucho que pedir por la parroquia, que los tiempos no son buenos, sobre todo para que le conozcan, le amen y le sirvan. Una oración especial por la Iglesia y por el papa Francisco para que sepamos ser fieles al evangelio.

En esta semana especial quiero pedir por los compañeros sacerdotes para que no seamos funcionarios, para que sepamos dar la vida como hizo el maestro. Especialmente hoy pido por mi compañero, Óscar, por su sacerdocio, por su capacidad de entrega al Señor, para que el mismo Señor le guarde.

Te pido por mi familia de sangre, Jesús, por mi anciana madre, por mis hermanos y sobrinos, por ese montón de sobrinos nietos que ya han venido, por el que está de camino. No dejes de tu mano a C., a punto de emitir su profesión religiosa.

Acuérdate de los pobres. Y con ellos de todos los voluntarios de Cáritas para que no desfallezcan.

Y ten misericordia de este cura, de esta calamidad de cura que quiere ser fiel a su Señor, a la gente, a la parroquia y que tantas veces se siente lejos de lo que tú esperabas de mi vida y mi ministerio. Ten piedad de mí.