26.03.13

Conversos sin convicción

A las 12:48 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

Las noticias de conversiones tienen un público lector muy ansioso de conocer las peripecias, los equilibrismos y compromisos de quienes han dejado una vida vacía y superficial y han optado por un compromiso valiente con la Religión.

Con todo, hay conversiones y conversiones. Unas son cambios radicales en la vida de las personas pasando del pecado a la Gracia de forma visible, convencida, libre y comprometida.

Otras, se notan que son aprovechar el oportunismo de una situación determinada con la ayuda de una persona concreta.

Cuando el converso cae en el grave defecto del fanatismo comienza un proceso de entrar en colisión con todos los que le rodean, los que imagina y consigo mismo. La conversión hace aguas.

Las rajas de la persona conversa han entrado en el escaparate de la actualidad como un elefante en una cacharrería. Unos dicen que empiezan a dar la razón a quienes hablan de un nuevo Papa que tendrá en poca cuenta a los movimientos laicales dentro de la Iglesia Católica, los cuales han recibido friamente la elección del Santo Padre Francisco.

Otros afirman que las conversiones habidas en el interior de algunas de estas realidades eclesiales son meramente sugestiones pasajeras causadas por el choque psicológico de encontrarse entre algodones, que, al desaparecer, y llegar la vida real, llevan a esos conversos a caer en las cunetas del camino sin ningún buen samaritano que les cure las heridas de la caída o del ataque de algunos ladrones de almas circulantes bajo la capa de un viejo y falso misticismo tan antiguo en la Iglesia como tan demostradamente inútil e hipócrita.

El infantilismo de culpar a otros de decisiones personales es propio de gentes inmaduras, que han buscado cobijo bajo los paraguas de tales o cuales instituciones, en las cuales, pasada la luna de miel, se convierten rapidamente en luna de hiel.

Por lo tanto, lo que hoy pretendo resaltar es mi apoyo a personas concretas que han dado el paso importante de su conversión a Dios dentro de la Iglesia Católica con total libertad y son felices como perdices.

Deseo, también, invitar a la oración por esas personas conversas nadadoras en el fanatismo y en el abandonismo de sus pasos haciendose unos figurantes en un teatro, donde no tienen madurez ninguna para representar el papel que desearon, cuando le aplaudieron diciendole: Sigue, que tu vales mucho.

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Tomás de la Torre Lendínez