27.03.13

A vueltas con el papa Francisco

A las 9:30 AM, por Jorge
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Y dale con tirarle a uno de la lengua. Apenas un par de semanas con el papa Francisco y que si me parece bien, que si vaya gestos, que mira qué cosas, que parece todo nuevo, que ojo el jueves santo, que si llamó por teléfono…

No me parecen mal los gestos. Pero voy a señalar algunos peligros que estoy notando no en el papa, sino en periodistas y católicos de a pie.

- Pensar que los papas anteriores no eran suficientemente humildes, buenos, sencillos y cercanos a los pobres, o que no estuvieron suficientemente cerca del evangelio. Podría dar la impresión de que este papa sí que es bueno… y no como otros que hemos tenido. Sería una enorme injusticia. Por ejemplo el gesto de Benedicto XVI de renunciar y enterrarse en vida me parece algo sublime.

- Creer que un papado se hace con pequeños gestos, que también. Y prefiero un papa cercano a uno huraño, me gusta la sensibilidad hacia los pobres, que salude a la gente y bese a los niños y enfermos como de hecho hacían también los papas anteriores y saben hacer a su vez todos los políticos, me gusta la sencillez en el trato. Son buenos elementos de cercanía sobre todo ante los no creyentes.

- El papado tiene retos cuya forma de abordarse mostrarán abiertamente un estilo de llevar adelante la barca de Pedro. La reforma de la curia, que hay que hacer pero necesitamos ver cómo; los nombramientos de obispos, la gran tarea de la nueva evangelización, los problemas de órdenes y congregaciones religiosas, la implicación de la iglesia en los graves problemas de violencia e injusticia en nuestro mundo, las relaciones con otras confesiones religiosas y el mundo de los no creyentes, la economía de la santa sede, el cuidado por la doctrina, la liturgia… Mientras no vayamos viendo cómo se abordan estas cuestiones, el papa Francisco seguirá siendo una incógnita rodeada de buenos detalles.

Pongo un ejemplo. Si se elige un nuevo alcalde para mi pueblo, me encantará que en los primeros días se pase por la residencia de ancianos, tome café con los jubilados, acuda al colegio y entre en la casa de algún enfermo. Me encantará que trabaje en un despacho sencillo y que prescinda de coche oficial. Eso sí, a ver qué hace con la deuda del municipio, con tanto empleado municipal, con el deporte y la cultura, qué planes tiene de futuro para el desarrollo equilibrado de la zona, la atención a los débiles, el trabajo para todos y una convivencia mejor.

Por eso digo que de momento me parece bien el papa Francisco. Sus gestos son muy humanos y su predicación sencilla está soltando verdades de fe que impresionan. Pero lo “gordo” vendrá a partir de semana santa. Confiamos en que todo irá bien. La iglesia entera reza para que así sea.