CARTA DEL OBISPO

ANTE LA FIESTA DEL 1º DE MAYO

Por un empleo digno

 

 

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SANTANDER | 28.04.2013


Queridos hermanos en Cristo:

            Un año más celebramos la fiesta del día 1º de mayo en medio de la crisis económica. La Iglesia ha colocado la fiesta del trabajo bajo la custodia fiel de San José, el artesano de Nazaret.

            La celebración del 1º de mayo reclama de todos nosotros compromiso y solidaridad. Como Iglesia Diocesana y como cristianos debemos hacer nuestros los gozos y las angustias de los trabajadores. No podemos permanecer ajenos a la dramática situación de familias, niños y jóvenes, que están siendo duramente golpeados por la persistente crisis económica en sus necesidades vitales: trabajo, comida, vivienda, educación.

            Debemos evitar la tentación de acostumbrarnos a convivir con el paro y caer en la resignación. La cruda realidad es que el paro aumenta cada día. Según los datos de la última EPA (Encuesta de Población Activa) difundida por el Instituto Nacional de Estadística, en el primer trimestre de 2013, en España hay 6, 2 millones de parados. En Cantabria los parados son 56.900 y la tasa se sitúa en el 20, 76 %. Detrás de las frías cifras se esconden situaciones de mucho dolor y sufrimiento.

            Ante esta situación lamentable, debemos seguir trabajando cada uno, según la medida de nuestras posibilidades, desde la justicia social, la solidaridad humana y la caridad cristiana. Es verdad que la Iglesia no tiene soluciones técnicas para el problema del desempleo, pero sí puede desencadenar una nueva conciencia y compromiso, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, que sitúa la primacía de las personas sobre los intereses sin alma de la economía y los mercados. “La Iglesia considera deber suyo recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres del trabajo, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y contribuir a orientar estos cambios para que se realice un auténtico progreso del hombre y de la sociedad” (Juan Pablo II, Laborem exercens, n. 1).

            Agradecemos sinceramente la labor de Cáritas Diocesana y el esfuerzo de las parroquias, las comunidades de religiosos y otras instituciones eclesiales para atender las demandas crecientes de las personas y familias que más directamente sufren las consecuencias de la crisis, que tiene profundas raíces éticas.

            En nuestra Diócesis de Santander, además de continuar promoviendo las iniciativas ya consolidadas en el campo de la acción social y caritativa, desde el 1º de mayo del año 2010, hemos establecido “la campaña de solidaridad en favor de los parados mediante el gesto mensual de la entrega del salario de un día”, que gestiona Cáritas Diocesana. Apoyemos esta iniciativa testimonial, educativa y significativa de solidaridad con las personas que no tienen empleo.

            Interpelados por la realidad y urgidos por el Evangelio de Jesucristo y por la Doctrina Social de la Iglesia nos comprometemos a trabajar por un nuevo modelo de sociedad más justo, más humano y más cristiano.

+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander