«La fe es tal como nosotros la confesamos en el Credo»

La fe no se vende, se testimonia con coraje

 

La fe no se vende, hay que dar testimonio con coraje. Como Pedro y Juan, pero esto supone una gracia, que hay que pedir para vencer la tentación de eliminar una parte. Esta es la invitación que hizo el papa Francisco, durante la misa de ayer en la capilla de la residencia Santa Marta. En la celebración estaban presentes una familia argentina, algunas de la Hijas de San Camilo y de las Hijas de Nuestra Señora de la Caridad.

07/04/13 9:20 AM


(Zenit/InfoCatólica) En su homilía el papa comentó las lecturas del sábado de la octava de pascua: en la primera Pedro y Juan dan testimonio delante de los jefes judíos a pesar de las amenazas. Y del Evangelio, que narra las apariciones de Jesús a María de Magdala, a los discípulos de Emaús y la incredulidad de los once apóstoles a quienes aseguran de haberlo visto vivo.

Y el papa planteó: «¿Cómo es nuestra fe? ¿Es fuerte? ¿O a veces al ‘agua de rosas’? ¿Cuando llegan las dificultades, tenemos coraje como Pedro o somos un tanto tibios?».

Y recordó que Pedro no calló su fe, no bajó a pactos, porque como se indica en los Hechos de los Apóstoles «continuaron firmes en esta fe» diciendo: «No podemos callar delante de aquello que vemos y oímos».

En la historia del pueblo de Dios -indicó Francisco- siempre «existió esta tentación: eliminar una parte de la fe». Pero «la fe – explicó – es tal como nosotros la confesamos en el Credo». Por lo tanto, debemos superar «la tentación de hacer un poco como hacen todos, de no ser tan rígidos». Porque «cuando comenzamos a cortar la fe, a negociar la fe, de cierta forma a venderla al mejor postor, iniciamos el camino de la apostasía, de la infidelidad al Señor».

Y recordó que el ejemplo de Pedro y Juan nos ayuda, nos da fuerza, como se ve en la historia de la Iglesia, incluso hoy en día. Porque «para encontrar mártires no es necesario ir a las catacumbas o al Coliseo: actualmente, los mártires están vivos en numerosos países. Los cristianos son perseguidos debido a la fe. En algunos países no pueden usar la cruz: son castigados si lo hacen. Hoy, en el siglo XXI, nuestra Iglesia es una Iglesia de los mártires. De aquellos que, como Pedro y Juan, dicen: ‘No podemos callar lo que hemos visto y oído’. Y esto nos da fuerza a nosotros que a veces, tenemos una fe un tanto débil. Nos da la fuerza para hacer frente a la vida con esta fe que recibimos, esta fe que es el don que el Señor ofrece a todos los pueblos».

El Papa recordó entretanto «que esto no podemos hacerlo por nosotros mismos, es una gracia, la gracia de la fe que debemos pedir todos los días: «Señor, te doy gracias por la fe. Conserva mi fe, haz que ella crezca. Que mi fe sea fuerte, audaz y que me ayude en los momentos en los que, como Pedro y Juan, debo hacerla pública. Dame el coraje».

Esta -concluyó- sería una hermosa oración para los días de hoy: que el Señor nos ayude a custodiar la fe, a llevarla hacia adelante, a ser nosotros mujeres y hombres de fe. Que así sea».