La Iglesia apoya una investigación ética y de calidad


 

En la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar en la mañana de ayer, martes 9 de abril, la presentación de la Conferencia Internacional “Medicina regeneradora: cambio fundamental en la ciencia y la cultura” que tendrá lugar en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano del 11 al 13 de abril. Intervinieron el Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura; la doctora Robin Smith, Administradora delegada de la NeoStem y Presidente de la Stem for Life Foundation y monseñor Tomasz Trafny, del Departamento científico del Pontificio Consejo para la Cultura.

“La Conferencia -ha dicho monseñor Trafny- forma parte de un proyecto que ha ido evolucionando gracias a la generosidad, determinación y pasión de muchas personas pertenecientes a diversas comunidades: la Fundación Stem for Life; la científica; la de los benefactores; la de los periodistas y la de los agentes de pastoral”.

“Hay tres conjuntos de palabras que idealmente describen nuestro recorrido. La primera serie está unida a los objetivos que nos fijamos preparando el Congreso Internacional de 2011: conocer, entender, estudiar… Queríamos entender que consecuencias podría tener en la sociedad y en la cultura la investigación en el ámbito de la medicina regeneradora y de las células estaminales adultas en particular. Teníamos muy claro que no se pueden entender la repercusión y las dinámicas culturales de la investigación sin haberla conocido previamente; y no se puede conocerla sin haberla estudiado … Esta perspectiva de estudio y reflexión constante es siempre válida porque la investigación continúa y nosotros no queremos seguirla sino acompañarla”.

Pero los organizadores del Congreso de 2011 se percataron de que ese recorrido tenía que enriquecerse con tres términos más: traducir, formar, difundir. “Nos dimos cuenta -observaba monseñor Trafny- de que la ciencia contemporánea cada vez más a menudo parece hermética e impenetrable para los profanos y necesita una “traducción” sin la cual resulta difícil y, a veces, imposible seguir su desarrollo. Nos orientamos entonces sobre el primer concepto pidiendo a los relatores que dieran una forma asequible a sus conocimientos para aquellos que no tienen una formación científica. E, inmediatamente después de la Conferencia, nos dedicamos a individuar estrategias de formación y difusión de cara a una elevada divulgación. La publicación del volumen “The Healing Cell” forma parte de este recorrido y estamos muy contentos porque hemos podido presentarlo en edición limitada a Benedicto XVI”.

A estos dos recorridos hoy se añade un tercero, siempre compuesto de tres palabras: incidir, sostener, colaborar. “Queremos incidir culturalmente en la sociedad, indicando modelos de investigación de excelencia que estén en sintonía con los valores de la tutela de la vida y de la dignidad del ser humano desde su concepción. Sin embargo, somos conscientes de que no se puede incidir en la sociedad y en la cultura de forma permanente sin un respaldo constante y de amplias miras de los líderes religiosos, sociales y políticos, de los empresarios y de los benefactores, dispuestos a comprometerse en el desarrollo de proyectos de investigación científica, bioética y cultural a largo plazo. En fin, estamos convencidos de que para ello es necesario superar prejuicios y antagonismos, promoviendo el diálogo y la cooperación en diversos ámbitos. Por eso nos sentimos llamados a colaborar con los más prestigiosos catedráticos, institutos de investigación y universidades de todo el mundo”.

Por último, monseñor Trafny invitaba a los periodistas a dar a conocer la próxima Conferencia Internacional para transmitir “el mensaje positivo, alentador y optimista del apoyo de la Iglesia a una investigación ética de calidad, tanto a los estudiosos para que no tengan dudas de nuestro compromiso, como a los que viven el drama de las enfermedades degenerativas y desean que la investigación les dé señales de esperanza”.