11.04.13

Obispos valientes en Alcalá de Henares y Córdoba

A las 8:19 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

La progresía hispana dirige sus invectivas sobre dos obispos que, en los últimos meses, han usado la libertad de expresión y se han pasado el lenguaje políticamente correcto por el arco del triunfo.

Son los titulares de Alcalá de Henares y Córdoba. Dos personas que reciben los palos más fuertes de la progrez, mientras la mayoría de prelados españoles prefieren pasar casi desapercibidos y no pisar jardines con bombas de relojería verbal que les afecte en la integridad de sus excelencias reverendísimas.

Ahora está colgado monseñor Reig Pla en la picota popular por anhelar que el día que desaparezca la legislación abortista en España será igualado a la fecha en que se abolió por completo la esclavitud.

El mitrado cordobés ha vuelto a tocar el tema “dogmático social” de la ideología de género y han comenzado por colocarlo al lado de los parias mentales y de los “herejes sociales” que se atreven a señalar el mal daño que este asunto genera en la familia y en la educación de niños y jóvenes.

¿Solamente estos obispos se juegan la vida ante los toros en el ruedo ibérico?

No es cierto. A nivel personal existe una amplia muestra de obispos españoles que cuando tienen que largar lo que tengan que decir lo sueltan duela a quien duela. Pero no salen en los papeles.

Aunque el tono que más se lleva dentro del actual nomenclátor de los obispos españoles es una tranquilidad con todos los partidos, con los mentores de los “dogmas sociales” intocables y con las autoridades constituidas.

Esto produce una especial comparación entre un obispo y otro. Son los laicos los que ven si su prelado se juega el tipo, se salta la tapia y entra en litigio verbal y defensivo de tales o cuales temas discutibles e indigestos en la sociedad de nuestros días.

Tengo un archivo de las cartas pastorales de los últimos diez años firmadas por obispos españoles. Las he repasado para escribir este post. La calificación es que la medianía del silencio está muy presente; se tratan asuntos tangenciales; se usa un lenguaje críptico no apto para iniciados; no aparecen los “dogmas sociales” impuestos a la fuerza sobre una pagana sociedad española cada vez más lejos de la doctrina eclesial; y, en varios casos, he constatado que algunos pocos obispos españoles hacen misión de corta y pega, cambiando solamente la fecha y el año de la firma, fotocopiando la misma carta pastoral que escribieron el año anterior y el otro y el de más atrás.

A los residenciales de Alcalá de Henares y Córdoba no les pasa esto. Son dos personas diversas en personalidad, pero igualadas en valentía y sin miedo a ser atropellados por el toro de la intolerancia social, a ser perseguidos por los izquierdosos medios de comunicación y a que le zurren la badana de lo lindo.

Esta realidad me lleva a concluir:

Cualquier obispo puede ser mudo o parecerlo, y a lo mejor consigue más con el silencio en la oración personal y comunitaria. Otros salen de vez en cuando al palenque y sueltan una clara doctrina.

Y los menos, siguen con su valentía jugándose el todo por el todo al precio que sea. Estos me encantan porque saben usar muy bien los medios de comunicación social, que es donde hoy se debe estar sin miedo a nada ni a nadie, pues estamos asistidos por la Gracia de Dios, y el sentido común que es el más común de los sentidos.

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Tomás de la Torre Lendínez