23.04.13

Un amigo de Lolo - Dios todo lo hace bien, por nuestro bien y para nuestro bien

A las 12:06 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Verdaderamente Dios nos ama tanto que no podemos, siquiera, imaginar, qué pensará de nosotros.

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación

Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Dios todo lo hace bien, por nuestro bien y para nuestro bien

“La rosa y el jilguero son dos garantías de la amplia ternura del Padre”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (73)

Nosotros, que somos creación de Dios, dependemos de su santa Providencia y a ella debemos someternos con humildad y sin la soberbia que muchas veces nos impele a alejarnos del Creador porque nos creemos capaces de todo lo que creamos que somos capaces.

Cuando Dios llevó a cabo la creación no hizo nada que estuviera fuera de su alcance sino, justamente, al contrario. Dios pudo, quiso y lo hizo de la única forma que pudo hacerlo y que no es otra que en absoluta perfección.

Si alguien duda de esto puede empezar a preguntarse, por ejemplo, cómo es posible que la naturaleza lleve, digamos, un ritmo tan acertado donde nada está fuera de lugar y donde nada sobra; donde todo está dispuesto para que nunca cese de generarse la vida y sustituya, así, a la que desaparece. Pero también puede tratar de dar explicaciones al “funcionamiento” de su propio cuerpo porque no podrá negar que lo hace con tal precisión que sólo Dios pudo crear de tal forma.
No hay, pues, duda alguna, de que Dios todo lo ha hecho bien. Pero, además o, mejor, por eso mismo, existen una serie de implicaciones que nos afectan a sus criaturas y, entre ellas, por las que siente una predilección tal que quiso encarnarse para ser igual, menos en el pecado, a una de ellas.

Dios, por tanto, no puede haber hecho nada que no sea para el bien de su descendencia. Es más, todo lo que hace, con relación a nosotros, lo hace para que resultemos beneficiados en dones y carismas con los que caminar hacia su definitivo Reino sabiendo que nunca estamos solos y que siempre, siempre, siempre, nuestro Padre es Padre generoso y ampliamente fiel.

Pero es que, además, no ha hecho nada que no sea por nosotros mismos, por lo que somos para Él pues, aunque no nos necesite para su propia existencia, no es poco cierto que, si fue uno de nosotros durante una serie de años, debió de establecerlo todo ya no sólo para sino, también, por: por nosotros, para que sepamos agradecerle lo que nos da; por nosotros, para que nos cuidemos mucho de no olvidar ciertas realidades espirituales que están a nuestro alcance; por nosotros, por nuestra vida eterna y por la visión beatífica que nos está esperando en el definitivo Reino de Dios.

Y todo por nosotros… que somos tan poca cosa y tan infieles…

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán