25.04.13

Comunión a divorciados, polémica en Vaticano

A las 1:10 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia Universal

Fue cuestión de horas. Una reacción en tiempo récord tuvo el Pontificio Consejo para la Familia la mañana de este jueves para salir al paso de una publicación de la prensa italiana. Cayó muy mal, no sólo en ese sino también en otros dicasterios de la Curia Romana, un artículo del diario italiano La Repubblica según el cual el Papa Francisco estaba seriamente pensando en aligerar la prohibición de la Iglesia a dar la comunión a los católicos divorciados y vueltos a casar. “Todo un invento”, hicieron saber desde el Palacio de San Calixto, sede de ciha oficina vaticana.

“El Pontificio Consejo para la Familia declara que no existe fundamento alguno con respecto a la noticia, difundida por algunos órganos de prensa, que se esté preparando un documento sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar”. Tres líneas fueron suficientes para acabar con la especulación, que ya se estaba difundiendo en la prensa internacional.

Todo producto del un artículo titulado “El desafío de Bergoglio. Comunión a los divorciados, sirve una solución”. El texto afirmó que muchos obispos italianos pidieron en días pasados al líder católico encontrar nuevas soluciones para los divorciados vueltos a casar que, en este momento, no pueden recibir la comunión.

“Instancias que Bergoglio recibió encargando a monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, de redactar un documento y encontrar una solución. El camino parece ser aquel de la valoración caso por caso. La Iglesia católica podría así revisar la posición de 1994 cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger defendía la imposibilidad de reconocer una nueva unión, ante un primer matrimonio válido”, agregó.

Con la desmentida neta el asunto quedó ahí. O eso parecería. Resulta significativo que a un mes de haber asumido como vicario de Cristo Francisco no ha expresado opinión pública alguna sobre los temas morales delicados como el divorcio, el aborto o el “matrimonio” homosexual. Y eso que tuvo oportunidades coyunturales para hacerlo. Sin ir más lejos en Francia continúa fuerte el debate respecto de las uniones legales entre personas del mismo sexo, con los obispos empeñados en primera línea en defensa del matrimonio tradicional, una batalla que recibió significativos espaldarazos públicos de parte del anterior obispo de Roma, Benedicto XVI.

Con su actitud el pontífice argentino parece marcar una línea muy concreta: la prioridad publica número uno del Papa es pastoral, el confirmar en la fe, promover con todas sus fuerzas un despertar de las conciencias al más profundo y auténtico mensaje evangélico sabiendo que es justamente ahí donde se combate la batalla decisiva, la de la salvación de las almas.

Se trata de la misma posición que tuvo Jorge Mario Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires y que tantas críticas le granjeó. Él nunca quiso lanzarse abiertamente contra la ley del “matrimonio igualitario” en su país y optó por mantener un bajo perfil. Existen quienes nunca estuvieron de acuerdo con esa opción, tanto en la Argentina como en Roma. “La Iglesia renunciataria” le llamaban, acusando en ella una alternativa timorata.

Este asunto merece un análisis más profundo. De todas maneras, en su momento el mismo Bergoglio no tuvo problemas en calificar a la legislación pro-homosexual como “una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios” en una carta dirigida a un grupo de monjas carmelitas.

Su forma de ver estas cuestiones quedó bien plasmada en el libro-entrevista “El Jesuita”, de los periodistas Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti. “Estoy sinceramente convencido que, al momento actual, la decisión fundamental que la Iglesia debe poner en práctica no sea la de disminuir o quitar preceptos, de hacer más fácil esto o aquello, sino la de salir a la calle a buscar a la gente, de conocer a las personas por nombre”.