8.05.13

 

Pues servidor, como Umbral en tiempos ¿recuerdan?, aquí viene a hablar de su libro. Lo vamos a presentar en la parroquia (Beata María Ana Mogas, Bella Altisidora, 6 Madrid) pasado mañana viernes a las 20 h. Aviso que no contamos con el P. Ángel, ni siquiera con D. José Bono, quizá afortunadamente, y a cambio estarán con nosotros tres amigos muy especiales:

- D. Vicente Ángel Álvarez Palenzuela, catedrático de historia medieval de la Universidad autónoma de Madrid, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, creyente, practicante, militante y feligrés. Y por si fuera poco experto en historia de la Iglesia, lo que quiere decir que sabe mucho de la vida ordinaria de los curas especialmente en el Medievo, no siempre edificante, según dice.

- P. José María Torrijos Carrillo, agustino, filólogo, profesor, director del colegio mayor universitario Elías Ahúja durante veinte años.

- D. Bruno Moreno Ramos, físico, teólogo, traductor jurado, del consejo de Infocatólica y director de la editorial Vita Brevis.

Los tres con un excelente sentido del humor y eclesialmente diversos: un opus, un neocatecumenal, y la heterodoxia propia del agustino. Allá ellos.

Creo que lo pasaremos en grande. Entre otras cosas porque me ha chivado un pajarito que la señora Rafaela anda organizando el piscolabis con algunas damas de su confianza y que la cosa promete.

Creo que nos ha salido un libro interesante, ameno y de fácil lectura. Copio un par de párrafos del magistral prólogo de Bruno Moreno:

“De profesión, cura es un libro sincero, escrito en primera persona de manera cercana y coloquial. No busca mostrar una visión angelical del sacerdote, sino que se limita a describir de forma sencilla, real y sin pretensiones la vida y las ocurrencias de un simple cura de parroquia…

No quiero extenderme más, porque un buen prólogo no debe cansar a los lectores, sino solamente abrir boca para que disfruten del plato principal. Y este libro apenas precisa aperitivos, porque tiene todos los ingredientes de un plato de éxito. Ha sido escrito con lenguaje sencillo y ameno, está repleto de buen humor, une temas transcendentes con anécdotas y detalles de todos los días, junta lágrimas y risas… Difícilmente podría capturarse mejor ese pequeño mundo maravilloso, repleto de humanidad, pecados, santidad, historias y milagros, que es una parroquia católica. Y en ella, al servicio de Dios y de todos, siempre, el señor cura.”

Pero por encima de todo, me gustaría que con ocasión de la presentación del libro pudiéramos darnos un abrazo real los que ya compartimos espacios virtuales. Seguro que lo haremos. Os espero.